Capítulo 51
Lust, Spite and Malice
- Y ¿a dónde vas?- preguntó, con voz oscura
el moreno que apoyado en la pared, en la oscuridad de los pasillos,
observaba con aquellos brillantes ojos azules al vampiro. Se pasó
la mano por el pelo apartándoselo de la cara para que lacio
cayese de nuevo sobre sus ojos --¿Por qué un chico
tan bueno como tú, se escapa de su celda por las noches?
¿O es esta la primera noche? Sí, lo es…
Hoshi se quedó helado al escuchar aquella voz tan profunda,
girándose para mirar a quien le hablaba y llevándose
una mano al pecho, suspirando. – Uff! Pensé que era
un guardia......Es la primera vez.... – lo miró de
arriba abajo, notando que iba vestido de negro, cosa que tampoco
lo tranquilizaba mucho. Pero por otra parte, esa información
venía de los doctores, tampoco es que le presentase demasiada
credibilidad.
-Y eso… ¿a qué se debe? ¿Tenías
que ir a algún sitio? ¿O es que tratabas de escaparte?-
el moreno se despegó de la pared avanzando hacia él
-¿Eres un vampiro? ¿Tienes hambre? Dime… ¿Qué
estabas buscando?
- Sólo......me aburría de estar en mi habitación
todo el tiempo..... – contestó, un tanto nervioso.
Era mejor no revelar mucho, que ni sabía quien era ese tipo.
Dio un paso hacia atrás por si acaso.
-Pero no te escapes… que no voy a hacerte nada…- el
moreno sonrió en la oscuridad acercándose a él
y parándose enfrente -Yo también me aburro mucho en
mi habitación… a veces hago cosas que no se pueden
hacer… pero sólo es porque me aburro…- confesó,
apoyando la mano en la pared y arrastrándola por esta, pensativo
-Y ahora estaba pensando en hacer una de esas cosas…
- ¿Ah, sí? – el chico rió nervioso,
intentando parecer casual, aunque muy miserablemente. – Y...y
¿qué pensabas hacer?
-Bueno… eso depende… de si eres divertido o no…
¿vas a beber de mí? Eso sí sería divertido…-
sonrió ante el miedo del moreno pero de cualquier modo, no
le parecía un cobarde aunque estuviese claramente asustado
-¿Por qué eres un vampiro?¿Quien te hizo así?
- Shisou.......fue él. Y no...no pienso beber de ti. –
respondió, preguntándose si se lo estaba ofreciendo
o qué. Parecía divertido por el hecho de que tuviera
que beber sangre. – Tú...¿qué eres? ¿Cómo
sabes que soy vampiro?
-Lo sé… porque te he visto quemándote…
parecía muy doloroso… - hizo una mueca con los labios
sonriendo. Después se acerco un poco más, apoyándole
la mano entre los omoplatos para acercarlo a su cuello -¿Seguro
que no? … - sonrió ante su propia invitación
-¿Quieres salir? ¿Al exterior?
- También...me viste? – susurró, respirando
con fuerza, seducido por el aroma del moreno. Podía oler
la sangre debajo de su piel. – Basta... – lo empujó,
resistiendo como podía, mirándolo a los ojos. –
Por supuesto...que quiero salir de aquí. ¿Tú
no?
-Eh… no me empujes así… encima que te lo ofrezco
de tan buenas maneras…- el moreno sonrió, divertido
por el chico -Yo no quiero, aquí me divierto… pero
puedo sacarte a ti si quieres… ¿quieres? Si pudieras
pedir algo, sólo una cosa… ¿Cuál sería?-
el moreno dejó salir de su palma una fina aguja de resplandeciente
color azul pasándola por su propio cuello para que su sangre
se derramase lentamente por él -¿Tampoco ahora quieres?
- Yo......yo..... – el chico se relamió los labios
sin poder dejar de observar la sangre que resbalaba por su cuello,
deseándola. – Quiero salir, pero.......... –
pero también deseaba llevarse a Gaoru. De todos modos, no
era posible. Ese tipo tenía que estarlo embromando.
-Tú… tú…- el moreno se pasó la
yema del dedo por el cuello acercándola a sus labios y deslizándola
por ellor embardurnándolos de sangre y apoyándose
en la pared para ofrecerse a él -¿Qué te detiene?
¿Tienes miedo?- materializó unos brillantes grilletes
en sus muñecas sujetándose a la pared y estallando
en carcajadas -¿Ya no tienes miedo?- preguntó, lo
que era una absoluta contrariedad, viendo lo que era capaz de hacer.
- ¿Qué? ¿Cómo...? – el chico
parpadeó asombrado, observándolo. – No me gusta
beber....Sí, pero no hacer daño.....No te tengo miedo.
– afirmó, su mirada diciendo todo lo contrario. Eso
era más allá de extraño.
-¿No? Bien… me alegro…- dijo soltándose
y acercándose a él para cerrarlo contra la pared sujetándole
las muñecas -Entonces yo te agarraré a ti- lo miró
a los ojos completamente serio mordiéndose el labio y abriéndoselo.
Se pasó la lengua por el corte recién abierto deslizándola
después por los labios del moreno -¿Por qué
te contienes? Lo estás deseando…
Hoshi lo observó, respirando cada vez más agitado.
Intentó soltarse, pero el tío era más fuerte
que él, y eso ya era decir mucho en su propia mente. Lo miró
asustado, aunque un tanto intoxicado por el olor de su sangre. -
¿Estás loco? ¿Por qué...deseas que beba
de ti? ¿Qué vas a hacer?
-Porque quiero saber qué se siente, aún no lo sé…
¿no me lo quieres mostrar? A mí me gustará
y a ti también, ambos quedaremos satisfechos. Bebe de mí
y yo te sacaré de aquí… ¿lo harás
o no?- se pasó la lengua por el labio una vez más,
recogiendo la sangre que se derramaba casi hasta su mentón.
- Bien.... – lo miró a los ojos, bajando la vista
hasta sus labios. No parecía que lo fuese a dejar ir, y de
todos modos, su sed le estaba ganando. Se acercó a su rostro
un tanto temeroso, alzando la vista de nuevo, y a continuación,
bebiendo de él, succionando su labio de manera que si hubiese
habido un espectador, habría jurado que se estaban dando
un beso.
El moreno entreabrió los labios, lamiendo el labio superior
del chico y respirando sobre ellos sólo para morder su propia
lengua e internarla en la boca del moreno derramando su sangre en
él. Sujetó sus muñecas con algo más
de fuerza alzándolas a la altura de su cabeza e inclinándose
más sobre él preguntándose si seguiría
así hasta matarlo, divertido por la idea y excitado por la
increíble sensación.
El chico cerró los ojos, entregándose por completo.
En esos momentos, no pensaba sólo sentía. El calor
de su sangre, llenándolo, los latidos de ambos corazones.
No podía detenerse una vez más. Como antes, deseaba
más, siempre más.
Fue entonces cuando Camai entreabrió los ojos brillando
como nunca en aquel tono azulado y las alas como si fueran de hielo
se abrieron en su espalda provocando un sonido similar al del roce
de las cuchillas al ser afiladas. Sólo esperaba, se preparaba
para absorber su poder antes de morir y adoptarlo como recipiente
de él mismo.
Hoshi abrió ligeramente los ojos, al escuchar aquel sonido,
aunque sin prestar demasiada atención. El azul brillante
del otro, reflejándose en los destellos plateados de los
suyos. Los agrandó asustado, empujándolo como mejor
pudo, lo que no le fue muy fácil, seguía teniendo
deseos y el otro chico era mucho más fuerte que él.
Apenas si consiguió apartar la boca, una línea de
sangre saltando entre ellos.
Camadai se rió ligeramente lamiéndose el labio y
agachándose sobre Hoshi para limpiar la sangre que manchaba
los suyos -¿Ibas a matarme?... Sigue… mátame…
te sentirás lleno de poder…
- No...no quiero matarte, no me interesa. ¿Qué mierda
eres?! – le gritó, un tanto alterado por el susto e
intentando soltarse nuevamente.
-¿No sé… qué mierda soy?- el moreno
estalló en una carcajada doblando la espalda hacia atrás
y ocultando sus alas mirándolo de nuevo a los ojos -Camadai…
Asmodai… Chamadai… no me conoces… - se rió
llevándoselo de la mano y arrastrándolo por los pasillos
con él de una forma un tanto brutal.
- Oye! A...¿a dónde me llevas? – se quejó
el moreno, retorciéndose como podía por soltarse.
Se sentía como si lo hubiese atrapado un animal salvaje y
ahora estaba siendo arrastrado a si madriguera para ser su alimento.
- Suéltame! – de pronto, no le hubiera importado que
lo escuchasen los guardias.
-Grita, grita!! Están todos muertos- el moreno se rió
a carcajadas -¿Quieres ver un muerto? ¿Has visto uno
alguna vez?- siguió tirando de él hasta que sintió
que caía al suelo, sin detenerse y arrastrándolo de
las muñecas de igual modo y llevándolo por los pasillos
-Mira…- dijo parándose frente a uno de los cadáveres
que había manchado la pared y estaba en el suelo con cortes
por todo el cuerpo -Uno…- dijo siguiendo después su
camino -Más… hay más…
Hoshi miró aterrorizado, sin poder gritar siquiera. Sentía
la garganta congelada. Ahora comprendía por qué no
se había encontrado con nadie en toda esa escapada. Incluso
le parecía que se hiperventilaba. – No...no...... –
susurró, falto de aliento, pataleando y revolviéndose
como podía, en un fútil intento de escapar.
-No grites… me dan ganas de matarte … y no puedo…
porque quiero hacer otra cosa contigo. Hicimos una promesa ¿no
es así? - el moreno siguió tironeando de él,
hasta la puerta.
-Alto ahí!! ¿Dónde creéis que vais?-
el guarda de seguridad los detuvo y el moreno lo miró extendiendo
la mano y haciendo que un fino hilo que casi parecía una
hebra de su cabello, le atravesase la cara cortándosela,
pero no se detuvo. Siguió hasta oír los gritos del
hombre mientras él sonreía. Se detuvo antes de matarlo,
sólo eran cortes superficiales, innumerables pero superficiales.
Tiró de él una vez más, abriendo la puerta
del edificio
-Vaaamos… lárgate!!- dijo empujándolo afuera
–Corre, corre- le animó sonriendo y cerrando la puerta
a su espalda, pasando por encima del guarda de seguridad que estaba
en el suelo doliéndose de sus heridas.
Hoshi permaneció mirando la puerta aterrorizado. Ni siquiera
estaba seguro de qué acababa de pasar. Pero se puso en pie,
echando a correr a toda velocidad, no fuese a ser que regresara
a por él. De todos modos, nunca había corrido tan
rápido en su vida, tanto por la sangre que ahora corría
por sus venas, como por el susto que llevaba encima.
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