.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 92

So Close, So Far Away

Shai abrió la puerta de la casa. Eran sólo las diez de la noche pero se había quedado bastante rato sentado con ellos hablando y tomando unos refrescos. Entró en la cocina metiendo la comida que había comprado en la nevera y bebiendo un poco de agua.

-Ya vine…- dijo entrando en la habitación a oscuras y quitándose la camiseta sudada buscando a Hoshi con la mano y una vez localizado su pie se lanzó en plancha sobre él -¿Vas a dormir también de noche?- preguntó de pronto, notando que no había una persona desnuda en la cama sino dos, y alarmándose -¿Qué carajo?! Perdón! Mierda! Coño!- se echó atrás en la cama notando que estaban desnudos o lo parecía, cayéndose al suelo más rojo, imposible –Coño, avísame al menos!!

Garou se incorporó en el colchón sacudiendo una oreja sin comprender muy bien qué pasaba -¿Siempre tienes que protestar?- preguntó con los ojos brillando en la oscuridad y cara de mala leche, a pesar de estar moviendo la cola enérgicamente.

Shai se quedó parado en el suelo sin moverse un ápice al oír aquella voz -¿Hoshi?...- dijo como llamándolo en busca de una explicación.

El moreno se levantó, apoyándose en un brazo sonriendo. – Siempre tiene que protestar, es Shai. Enciende la luz, te tengo una sorpresa, Shai - le dijo finalmente al chico, aguantándose la risa por lo que pudiese estar imaginando, y ya a la expectativa de la cara de felicidad que pondría.

-No quiero!! No quiero ver a ti con tu cochino novio o lo que sea, después de haber hecho guarradas en nuestra cama! Es horrible!!- el moreno se quedó en el suelo señalándolos y echándose atrás al notar la enorme altura del novio en cuestión -No me toques! Mi hermano te mata!- dijo levantándose contra la pared y señalándolo –Hoshi, cómetelo! AH!!

Garou encendió la luz aún con la mano de su hermano en la boca mordiéndole por insoportable.
-Tú!! ¿Qué haces aquí?! Suelta bestia parda!!- dijo halando de la mano y soltándose sólo para saltarle encima riéndose -No me chupes!

El lobo le pasó la lengua por la cara aún con más motivo sonriendo -Me escapé!

-Ya lo veo!- Shai se rió aún enroscado en la cintura de su hermano -y te has lavado!!

-No, me obligaron…- replicó el mayor girando la cara a otro lado -y voy a salir por la noche con Hoshi!

- No he podido convencerlo de lo contrario... – le sonrió el moreno, sentándose cruzado de piernas sobre el colchón, sonriendo al ver la alegría de ambos. –Y no sé qué ideas tienes de mí para pensar que voy a meter a un extraño aquí y encima le voy a dejar que te toque. Debería morderte! Garou, muérdelo por mí! – exclamó, a modo de broma.

-Ah!! No le digas esas cosas!!- el moreno se llevo la mano al cuello frotándoselo -No! Ya empezamos, me has dejado marca! Eres un sádico!! Y no puedes salir- se bajó, saltando al suelo y tirándole del rabo con las dos manos.

-Que sí salgo!- el lobo sacudió el rabo soltándose para subirse a la cama -Voy!- dijo con cara de mala leche apoyando la cara en las piernas de Hoshi.

-Y además estáis en bolas! Y no podéis porque sois unos inconscientes!- dijo señalándolos de nuevo.

- Eh, yo no estoy en bolas. – protestó Hoshi subiéndose un hombro de la bata con una mano, mientras con la otra acariciaba al lobo. – Y me costó que se pusiera ropa interior, ¿eh? – sonrió, bajando la cabeza para mirar a Garou. – Yo tampoco creo que deba salir, pero no me hace caso, y luego de haber estado encerrado todo ese tiempo, tampoco lo puedo culpar.

-No me voy a quedar encerrado, me da igual… y tú has dejado a Hoshi sólo todas las noches!- dijo mirándolo con mala cara y lamiendo la pierna del chico de cabello azul aplastando la nariz contra él y resoplando.

-Está bien… ¿querías que fuera a verlo morder gente? ¿Después cómo voy a clase?... Además, como te atrapen de nuevo… ¿Qué? ¿Qué haréis?

- No, está bien, yo no quería que viniera....No tiene por qué verme y tampoco quiero que interrumpa su vida. – lo excusó, con una sonrisa en los labios aunque había un dejo de tristeza en sus ojos, y abrazó al lobo aún sonriendo para que no se notase. – Yo no voy a dejar que lo atrapen de nuevo.

-Vale, vámonos- el lobo se levantó como si nada, corriendo hacia la puerta y deteniéndose al notar que le tiraban de la cola

-Vístete!- el moreno lo arrastró, sacando un pantalón y una camiseta con unos calcetines y playeros.

-¿Todo eso?- preguntó, mirando a Hoshi en busca de auxilio.

-No, eso para empezar, después más ropa aún- Shai se apoyó, en la puerta sonriendo de medio lado demasiado contento porque volviese a estar allí pero no acababa de creérselo. Era demasiado bueno para ser verdad.

- Lo siento, Garou, pero Shai tiene razón. – se rió el chico al ver la cara lastimera que le ponía el lobo. – Anda, complácelo que no lo has hecho en años.

El lobo gruñó un poco, poniéndose los vaqueros que estaban más rotos que enteros del trato que les daba y colocó la camiseta esperando a que Shai le atara los cordones de los playeros. El moreno se agachó haciendo las lazadas -Ya podías aprender tú!

-Yo no me los quiero poner- el lobo miró a otro lado echando las orejas atrás necio.

-Dios! Que in- so- por- ta- ble!!- Shai se lanzó sobre él en la cama tirándole de las orejas y jugando con él, acabando en el suelo de nuevo y buscando entre las cazadoras que Kei le había regalado una que pudiese servirle al lobo. Garou se la puso y el chico le subió la capucha -Nada de orejas.

-Orejas!- el lobo se sacudió la capucha de nuevo -¿Qué más da? Si igual tengo rabo!

Hoshi se rió, cubriéndose la boca con una mano, parecía como si nada hubiese cambiado en todo ese tiempo. Se abrazó a Shai por detrás dándole un beso en la mejilla y observando al lobo. – Déjalo que muestre sus orejas, dijiste que no te avergonzarías más de él. Lo peor que puede pasar es que la gente nos mire raro, pensarán que es un excéntrico o algo así. Yo, en lo personal, creo que se ve muy guapo.

-Me veo muy guapo- replicó el lobo moviendo la cola como para mostrar que sí se veía guapo.

-No estoy avergonzado- Shai suspiró, mirando a Garou y apoyando la cabeza contra el hombro de Hoshi –Además, que yo ni siquiera iré… en algún momento tengo que dormir para ir a clase…- sonrió mirando a Garou y peinándolo un poco -Pero así llamarás la atención y no quiero que te cojan de nuevo- dijo abrazándose contra él y colgándose de su cuello.

-No me cojen…- Garou lo cogió en brazos quitándole los pantalones y metiéndolo en la cama.

-¿Quieres no desnudarme?!- el moreno se tapó con las sábanas hasta el hombro como si no lo hubieran visto cien veces y le pasó la mano por la cola apretándola. El lobo se agachó lamiéndole la cara -Guarro! Vete! No me chupes, te digo!! Iros los dos a chupar gente! - se levantó de nuevo, cogiendo las libretas para hacer los deberes -Os esperaré despierto… que no quiero dormir sólo…- dijo poniéndose como un tomate mientras escribía.

-No te tiene que dar vergüenza…

-Así da más, estúpido! Vete- dijo lanzándole la almohada a la cabeza.

Una vez en la calle, Hoshi dejó escapar un suspiro sonoro, metiendo las manos en los bolsillos de la cazadora, como era su costumbre. – Creo que no quería quedarse sólo, si no fuera porque tengo hambre, no hubiera salido... – le comentó al lobo, mirándolo de reojo y sonriendo. Casi parecía un sueño que estuviese allí con él.

-Pues que hubiera venido - dijo mirando alrededor y levantando las orejas a los sonidos de la ciudad -Yo quiero salir!- dijo agarrándolo de la mano y echando a correr por la calle atravesando la carretera y saltando por encima de los tres coches que estaban parados en el semáforo, metiéndose entre las calles y parándose en un rincón, trepando un piso por la pared y tendiéndole la mano en el tejado de la tienda de alimentación.

- Eres directo, ¿no? – se rió el chico, tomándole la mano, para saltar un poco y quedar arriba de una vez. – Es mejor que Shai no venga a estas cosas, ya lo sabes. Y no te lo comas todo aquí, llevemos algo para la casa, ¿vale? Luego puedes comer con calma. – advirtió, ya conciendo al lobo, y sabiendo que era capaz de sentarse a tragar, como ya lo había hecho en otras ocasiones.

-Vale…- el moreno levantó el cristal, reventando los tornillos -Seguro que nos echaban de menos- dijo descolgándose al interior de la tienda y corriendo por los pasillos a la carnicería guardando toda la carne de ternera que podía en una bolsa y metiéndose una salchicha en la boca alzando la bolsa para pasársela a Hoshi -Coge, coge!- dijo con la salchicha colgando agarrándose al borde para subir y escondiéndose la salchicha en la boca para que no le fuera a reñir aunque igual se le notaba en los carrillos.

Hoshi tomó la bolsa, haciendo lo mismo que el lobo y subiendo tras él, riéndose a carcajadas sin poder evitarlo, al ver los carrillos soplados del lobo y sentándose luego en el tejado, para cerrar la bolsa un poco mejor, no se les fuera a caer nada. – Yo la cuido que luego te la comes toda en el camino y no habrá para más tarde. ¿Sabe bien? – le preguntó, juguetonamente, haciéndolo notar que se había dado cuenta, y preparándose para irse de allí.

El lobo asintió enérgicamente y después lo miró sorprendido porque hubiese descubierto lo que llevaba en la boca frunciendo el ceño y negando tragándosela -No me comí nada- mintió corriendo tras él y bajando de nuevo por la pared contrariado porque se llevasen su bolsa y sin perderla de vista -¿Has recuperado la memoria?- preguntó caminando a su lado un tanto inquieto, moviendo la cola a los lados y tratando de robar otra salchicha del interior de la bolsa.

- Ya, deja... – se rió el chico , girando la bolsa con rapidez, haciendo que sus mechones plateados brillasen un poco con el movimiento. – Bastante. Aún no recuerdo qué pasó esa noche, y a veces olvido cosas, pero son detalles, más que nada como.....donde guarda Shai las toallas o cosas así, pero luego recuerdo. Por cierto, ¿sabes si solía tener una navaja? Tengo la sensación de que sí....- miró al cielo pensativo, preguntándose de pronto cómo estaría Kan. Sólo lo había conocido una noche, pero tenía mucho que agradecerle. Observó al lobo rindiéndose y entregándole una salchicha sin más. – Ya, toma.....

Garou lo lamió para agradecerle y la cogió de su mano con los dientes, con cuidado de no morderlo -Creo que sí tenías una…- dijo abrazándolo por detrás con la salchicha a medio colgar de la boca -Debe de estar en algun cajón… si no la perdiste cuando te desapareciste pero … ¿Por qué te desapareciste? ¿No te acuerdas al menos de dónde? Podría buscar.

- No lo sé, ayer vi a un chico que me pareció conocido y me salió huyendo espantado, pero......eso es todo, supongo, me distraje con otra cosa. – sonrió, acariciándole el brazo. – No es como que la necesite ahora, supongo que sólo la quiero porque es algo que solía tener y...no te atragantes.

El lobo negó con la cabeza tragándose lo que le quedaba -Pero podemos buscarla si la quieres, aunque no la necesites… si tan sólo recuerdas en qué lugar te desapareciste….- el moreno lo apoyó la nariz contra la mejilla de Hoshi, olisqueándolo -Recuerdo que tuve que robar mucho para que me tatuaras la cara…- dijo el lobo de pronto, recordando cómo pasaba cada día por delante del local en el que Hoshi solía trabajar haciendo tatuajes y se quedaba con la cara pegada mirando al interior.

……

No era la primera vez que aquel enorme lobo negro se detenía ante el cristal del local observando al interior durante horas con un niño pequeño subido encima durmiendo, empañándolo con su respiración y observando al chico que hacía los tatuajes interesado. Pero aquella noche quien entró en el local fue un joven vestido sólo con unos pantalones y con el niño uniformado de la mano quien se quedó mirando a Hoshi.

El chico alzó la vista, dejando la aguja que estaba limpiando a un lado, y acercándose, con una sonrisa en los labios, para agacharse frente al chico. - Ey, yo te conozco, ¿verdad? ¿Dónde está tu mascota? Es muy bonito. – ya sabía que era extraño, y los demás le decían que estaba loco, pero le agradaban ese tipo de animales y si estaba con un niño pequeño, no debía ser muy peligroso. Alzó le mirada para ver al chico que lo acompañaba, preguntando. - ¿Es tu hermano? – y poniéndose de pie, para extenderle la mano. – Bienvenido... – alzó una ceja extrañado al ver las orejas que sobresalían por entre su cabello, pero sin decir nada.

Garou se agachó, lamiéndole la mano y sonriendo, moviendo la cola tras su espalda con Shai escondiéndose inmediatamente tras su pierna enroscando los brazos en ella sin decir nada y poniéndose rojo.

-Quiero eso- dijo señalándole la estrella que tenía en la cara y mirándolo a los ojos sin pestañear siquiera.
El chico se pasó un dedo por la estrella, sin poder evitar sonreír, limpiándose la otra mano, que le había lamido en el pantalón. - ¿Esto? Un tatuaje? - preguntó, sin pasar por alto la cola, preguntándose qué estaba pasando o si habría comido algo dañado y ahora estaba alucinando.

Garou asintio con la cabeza aunque un poco molesto porque se hubiera limpiado su "beso" mostrándole el dibujo que Shai había hecho en el colegio de "su padre". Tanto quedarse mirando el local, el niño había decidido añadir un colmillo rojo tatuado en su mejilla. Shai avanzó un poco cogiendo el folio y escondiéndolo de nuevo apretándolo contra él.

-No! Así no lo ve!- El lobo se agachó extendiendo la mano para que se lo diera de nuevo -Le gustará… es bonito.

- Seguro que sí. – se apresuró a asentir el chico, que apenás había visto una especie de borrón, hablándole con suavidad al niño. - ¿Lo hiciste tú? Debe ser precioso. – continuó, sin estar seguro de que eso fuese a ser cierto.

Shai le mostró el dibujo del moreno con orejas y cola, sentado y manchado de sangre con el colmillo rojo en la mejilla y unas letras horribles que ponían "mi padre" encima de todo. Garou lo miró de soslayo esperando que no fuera a decirle que estaba horrible como su maestra se había encargado de gritar a los cuatro vientos delante de los demás niños. Shai se había quedado muy triste y había llorado mucho.

Hoshi tomó el dibujo, examinándolo y pensando que los niños dibujaban cosas muy extrañas, pero igual alzó la mirada, sonriéndole al morenito que parecía muy nervioso porque él tuviese su dibujo. - ¿Ves? Yo tenía razón, es precioso. – le alborotó el cabello devolviéndoselo. No era un tatuaje para nada complicado como para que necesitase un modelo. - ¿Eres su padre? Te ves joven para ser su padre.... – comentó, haciéndole una seña al moreno para que lo siguiera hasta la silla.

-No sé… lo encontré en la basura…- el moreno lo siguió sentándose y cogiendo a Shai en las piernas lamiéndole la frente y haciendo que el niño escondiese la cara roja tras el dibujo. Había sido el único en decirle que estaba bonito a parte de él.

-¿Duele?- preguntó entonces el niño tapando la cara del lobo con las manos, los ojos amatista del mayor lo miraron curioso por saber si dolía.

- Sí duele, pero no demasiado. Seguro que tu padre puede con eso. – le contestó sonriendo, y pensando que la conducta de ambos era muy extraña, pero le parecía kawaii. Igual, y le gustaban las cosas raras. - ¿Aún quieres? – le preguntó al mayor, por si lo del dolor lo había hecho cambiar de idea.

-Entonces no me dolerá, si quiero- aseguró el mayor mirando a Shai y sonriendo pasándole la lengua por la cara, para que no se preocupara -No mires- le sugirió apoyándole la cara contra el pecho -Todas las noches te vemos… - explicó, sacudiendo una oreja atento a lo que hacía el chico -hasta que se duerme… y nos vamos a casa, pero a veces nos echan- dijo explicando hasta lo más obvio.
- No sabía que tenía admiradores...¿Qué tengo yo de interesante? – se rió, un poco Hoshi, poniéndose los guantes y encendiendo la aguja, y alzándole suavemente el rostro para empezar. – No te muevas, ¿vale? – advirtió, continuando con la conversación por encima del ruido. – A él lo he visto, pero a ti no. Viene con ese animal tan bonito.... – sonrió, observando las orejas y pasándosele una idea por la cabeza, pero eso no podía ser, seguro era algún disfraz o algo. – A tu familia deben gustarle mucho los lobos – aventuró para ver qué le decía.

-No tenemos familia… yo soy el animal bonito- dijo sonriendo sin moverse, pero agitando la cola a los lados sin embargo -y sí nos pareces interesante porque pintas en la piel y no nos miras raro…- el lobo movió un poco una oreja al notar el ligero dolor de la aguja bajando las orejas, no era masoquista pero tampoco era que le gustase el dolor precisamente.

- Tranquilo, es pequeño el tatuaje, así que no demoraré mucho. –le habló para calmarlo, sin dejar de concentrarse en su trabajo. – Así que tú eres el animal bonito, eso explicaría las orejas y la cola. – comentó, sin creérselo demasiado, aunque sintiendo que sus palabras tenían demasiado sentido una vez expuestas. – Hubiera salido a acariciarte pero aquí piensan que estoy loco por querer acercarme a un lobo así como si nada.

El lobo lo miró a los ojos notando el extraño color de sus pupilas -Cuando acabes me acaricias- solucionó, moviendo la cola de nuevo aunque sin levantar las orejas.

-¿Te gusta?- preguntó Shai impresionado despegándose un poco sólo para apoyar la mejilla un poco más abajo al ver la aguja -A nadie le gusta porque es un lobo! Y además no se viste!- espetó, aún así sin dejar de abrazarse agarrando la cola de pronto y apretándola contra su cara.

Garou bajó aún más las orejas al oírlo de nuevo con lo mismo. No podía evitar sentirse un tanto herido de que ni siquiera él lo aceptara, pero hizo como si nada mirando al techo.

- A mí me agrada, me gustan mucho los animales, sobre todo ese tipo de animales. Y tú te ves muy lindo montado en él. – le sonrió al chico, ya casi terminando, notando el cambio de expresión en el moreno, sin saber a qué se debía. - ¿Te duele mucho? Ya termino.

-No duele…- dijo el lobo refiriéndose al tatuaje y mirándolo de soslayo -¿Me quieres?- le preguntó mirándolo a los ojos entonces, sólo porque lo trataba bien y sí le gustaban los animales.

-Yo te quiero…- protestó Shai trepándose más por él, abrazándose a su cuello -pero no seas lobo…

El lobo bajó las orejas de nuevo -Te quería más cuando no ibas al colegio- protestó con el ceño fruncido. Antes de ir nunca le había dicho esas cosas.

Hoshi se quedó un poco confundido ante la extraña conversación, casi se sentía un tanto entrometido, aunque no era él quien había empezado con eso. – Bueno.....apenas te acabo de conocer, pero sí me agradas, pero no discutan. A mí me parece que si quieres a alguien, debes quererlo como es, ya sea un lobo o un niño de escuela.... – suspiró, sonriendo un poco por lo raro de lo que estaba diciendo. – Ya está. – retiró la aguja, limpiando la sangre que sobraba con un paño húmedo y cubriéndolo con un cuadradito de gasa.

El lobo cogió al niño, que no parecía estar muy convencido con el argumento levantándose de la silla y lamiéndole la cara al tatuador, en señal de gratitud, sonriendo de pronto porque imaginaba que le iban a pedir dinero.

- O.K., eso no es necesario. –le respondió, sonriendo, sin creerse que actuara así, pero era gracioso. – Ahora debes dejártelo tapado por unos días, y no exponerlo al sol, ¿vale? Y para un tatuaje como ese...... – sacó la carta de precios, examinando el tamaño porque no se acordaba aunque ya le habían reñido con que debía aprendérselos. – Ahora viene la parte realmente dolorosa. – bromeó, mostrándole la cantidad con un dedo.

El lobo miró los números en el papel como si nada, después de todo no sabía leer y no le decían nada -No tengo dinero- dijo sin más, echándose atrás y colgándose al niño a la espalda. Shai se escondió tras la nuca del moreno, odiaba cuando hacía eso aunque sabía que no lo hacía con mal. El moreno se agachó, volviéndose lobo y saliendo a todo correr del local con el niño colgando del cuello.

.............

- Ya podrías haber ahorrado antes, y no después. - Le contestó el chico sonriendo, al referirse a sus recuerdos también. - ..que eso lo tuve que pagar de mi sueldo, creí que me iban a botar. Aunque...confieso que solía esperar cada vez que me llevabas dinero, sólo para verte. – sonrió, para sí mismo, pensando que igual lo habían botado al final, aunque ya no por culpa de Garou.

-Pero no sabía que costaba dinero y tampoco sabía leer la cantidad ni contar… - el moreno bajó las orejas recordando la bronca que Shai le había echado por andar robando y lo mucho que se avergonzaba de él por culpa de lo que los demás decían, ahora parecía que ya no era así -¿Me vas a morder hoy?- preguntó de pronto emocionado.

- ¿Por qué haría eso? No es necesario, por eso salimos, ¿no? – lo miró, un tanto extrañado por tanta felicidad de que lo mordiera.

-No… salimos porque hacía falta comida y porque yo quería salir ¿no? - el lobo inclinó un poco la cabeza mirándolo a los ojos -A mí me gusta que me muerdas ¿Por qué muerdes a otro? A mí me quieres más…

- Porque no quiero hacerte daño, por eso... – parpadeó el chico, confundido. - ¿De veras te gusta tanto que te muerdan? – sacudió la cabeza, negándose. – Pero eso igual tendría que hacerlo en la casa, que yo no puedo cargarte y no quiero que Shai me muerda a mí.

-No me gusta que me muerdan, me gusta que tú me muerdas- el lobo lo miró, un poco enfadado por que no quisiese morderle -¿Es porque se me levanta?- preguntó, mordiéndose el antebrazo para rascarse.

- No, en realidad..... – Hoshi lo miró de reojo un poco reído, aunque avergonzado de antemano por lo que le iba a decir. - ...hoy cuando dijiste que te había sucedido con otro...me puse un poco celoso, es tonto, ¿no? – se rió nervioso, quitando la mirada.

-No sé… yo no quiero que muerdas a nadie más. Además, yo odio a Shisou sensei. Se levanta sola, a veces se me levanta mientras duermo y a veces se me levanta cuando no pienso en nada…- explicó mirando a un lado y acariciándose una oreja con la mano chafándosela.

Hoshi volvió a reír ligeramente, observando hacia cualquier lado, menos al lobo, sintiéndose un tanto estúpido. – Claro, es que soy un bobo.......- lo miró finalmente, pensativo. – Bien, si quieres, te muerdo, pero no podemos decirle a Shai. Creo que se molestaría conmigo......

- Vale!!- el lobo botó un poco del sitio cogiéndolo en brazos y llevándolo a todo correr por las calles hacia el edificio en el que vivían -Me muerdes en las escaleras y yo puedo entrar en la casa solo…- planteó como maravillosa idea levantando las orejas y dejándolo en el portal esperando a que abriese la puerta inquieto.

El chico rió, abriendo la puerta, y entrando. – Vale, pero te esperas unos minutos que tampoco se verá bien que entres todo tambaleante.

-Vale…- el lobo corrió con él, por las escaleras cogiéndole la bolsa de la carne y parándose en las escaleras entre los pisos y se sentó en las escaleras quitándose la cazadora y mirándolo expectante golpeando nervioso el suelo con la cola moviendo las orejas.

- Ya, pero no hagas ruido. – lo acalló Hoshi, riendo bajito y sentándose sobre él, colocando una mano en su nuca y echando su cabeza hacia atrás, para besarle el cuello antes de morderlo, succionando y abrazándolo contra sí.

Garou apretó las mandíbulas, bajando las orejas hacia atrás y entrecerrando los ojos abrazándolo también y moviendo el rabo por el suelo lentamente para no hacer ruido. Ae sentía muy extraño, era como estar excitado pero no sólo eso, era un placer hipnotizante ni siquiera quería respirar, sólo sentir aquello. Dejó escapar la respiración pesada entre los labios notando cómo de nuevo se endurecía su sexo y tratando de apartarse un poco.

Hoshi lo abrazó aún más fuerte, al sentir su sexo, respondiendo de la misma manera sin poder evitarlo, aún bebiendo, su corazón moviéndose agitado, en éxtasis ante el sabor de su sangre. Sintió cómo el lobo se intentaba apartar de nuevo, y lo impidió, insaciable. Le estaba costando más trabajo separarse de él que de los otros. Finalmente, hizo un esfuerzo, casi lanzándose a sí mismo hacia atrás para soltarlo, y mirándolo con los ojos brillantes, aún respirando con fuerza.

El mayor entreabrió los ojos entre agotado y extasiado mirándolo fijamente entonces y sujetando sus nalgas acercándolo a él aún a temor de que lo separase de nuevo y le riñese, lamiendo la sangre que manchaba sus labios e internándose entre sus labios, lamiendo su lengua y arrastrando la suya contra sus colmillos bajando aún más las orejas hacia atrás.

Hoshi lo besó de vuelta, sin frenarse a pensar en lo que estaba haciendo, cerrando los ojos y dejándose tumbar un poco en las escaleras, acariciando su cabello y sus orejas, sujetándolo por la cintura.

El lobo arrastró la pierna contra la de Hoshi, excitado, arrastrando la cabeza para que le acariciara más las orejas rompiendo el beso y apoyando la frente contra el pecho del moreno mordiéndole la camiseta.

El chico sintió el jalón en la camiseta, y abrió los ojos, volviendo un poco a la realidad. Lo cierto es que no deseaba separarse de él, pero tampoco podían ponerse así allí. Además, eran amigos, ¿no? – Oye....no hagas eso que Shai me va a gritar. – susurró, sonrojado echándole las orejas atrás a caricias.

-¿Hum?…- el lobo lo miró inclinando la cabeza a las caricias con la camiseta aún entre los dientes agachándose entre sus piernas y arrastrando la nariz entre estas, acariciándose contra su sexo.

- Ga...Garou! – exclamó el chico, no muy controlado, sintiendo que su sexo endurecía aún más contra sus pantalones, y se dejó caer completamente sobre las escaleras, aunque intentando sacarle la camiseta de los dientes al lobo.

Garou se quedó sorprendido por el grito y lo soltó, bajando la cabeza y chafando las orejas con el rabo colgando entre sus piernas acuclilladas mirándolo arrepentido o al menos en teoría.

Hoshi no pudo reprimir una sonrisa tierna al verlo con esa actitud, y le hizo un gesto con la mano para que acercara la cabeza, sentándose nuevamente. – Lo siento, Garou, no quise gritarte, no estoy molesto, es sólo.....lo siento – repitió, por no querer explicarse.

El lobo apoyó la cara contra sus piernas un tanto confundido por el comportamiento de Hoshi, aunque sin protestar porque tampoco tenía mucha idea de si había estado haciendo mal o no, pero seguro de que Shai también le habría gritado de haberlo visto -No estoy enfadado- contestó no obstante, quitándose el pantalón harto de que le apretara y apoyándose contra la pared un poco mareado -Vamos…

- No, claro que no.... – murmuró el chico sin creerle, y aproximándose para rodearlo por la cintura, sosteniéndolo, intentando no pensar en el sexo del lobo, ya que el suyo aún no daba signos de querer calmarse. – De veras lo siento, Garou, no es culpa tuya, es algo de los dos. Y no es malo, sólo....embarazoso.
-Pero a mí no me averguenza que me gustes- el lobo frunció el ceño mirando a otro lado y cediendo después a mirarlo a los ojos -Es igual… ya se me pasará- protestó a medias revolviéndose un poco entre los brazos de Hoshi -Si me abrazas es peor…

- Y si no te abrazo te caerás – replicó el moreno, mirándolo extrañado. - ¿De veras te gustó, Garou? Quieres decir como amigo, ¿no? Que te agrado....como hermano, eso – especificó, sonrojándose de nuevo, sin atreverse a preguntar del todo y sintiéndose más baka que nunca.

El lobo alzó una ceja mirándolo confundido y alzando la vista al techo luego –No sé… ¿Cómo te gusto yo a ti?- preguntó mirándolo a los ojos de nuevo curioso.

- No lo sé..... –desvió la mirada cohibido. – Me siento un poco extraño últimamente, como si te estuviera conociendo de nuevo. No sé lo que siento...

-¿Es porque no te acuerdas de mí?- preguntó molesto de pronto, frunciendo el ceño aunque no sabía muy bien por qué y volteándose aunque lo agarraba, dándole la espalda y atizándole con la cola en las piernas.

- Pero sí te recuerdo, Garou, oye! – protestó ante el colazo, apartándose un poco. – Que sí te recuerdo. Y también recuerdo que te extrañé mucho y que tenía que ser fuerte por Shai, pero en realidad, yo también sentía ganas de llorar. Y ahora estás aquí y...no sé, es distinto. – se metió las manos en los bolsillos, bajando la cabeza. – Tal vez es por la forma en la que te comportaste conmigo cuando no recordaba o tal vez....no lo sé, sólo es así. Me pones nervioso... –

-No entiendo bien…- el lobo se volvió confundido mirándolo y apoyándose en la pared de nuevo frotándose un ojo con la mano -¿No quieres que te toque porque te pones nervioso?- preguntó entendiendo a saber qué cosas y sacando eso en conclusión -No llores, aunque sea diferente yo te quiero más que antes… - bajó un poco las orejas mirándolo -Yo siempre voy a estar contigo… no llores…

Hoshi le sonrió, meneando la cabeza, y mirándolo a los ojos de nuevo. – No voy a llorar, baka, no ahora. Ahora estoy feliz – señaló, abrazándose a su cuello, deseando la proximidad. – Y sí quiero que me toques, pero me confunde porque....somos amigos y.... me dices que es sólo un reflejo lo que te pasa, y no quiero complicar las cosas, pero creo...que yo también te quiero más que antes.

-Humm… no, lo que yo dije es que con Shisou fue un reflejo… pero contigo no, tú me gustas… ¿Por qué complicamos las cosas?- preguntó, sin entender muy bien y dando muestras de ello llamando a la puerta para que Shai le abriera.

- No, no complicamos las cosas. – contestó el chico, sonriendo y dándose por vencido, pero lo cierto es que se sentía feliz por lo que acababa de aclarar el moreno. Se acordó de pronto de limpiarse y sacó el pañuelo que Jaken le había dado, lamentándose de no haber previsto antes para buscar otro, y pasándolo por sus labios y por el cuello del moreno, guardándolo luego, más por reflejo que por otra cosa.

Shai abrió la puerta con un libro colgando de la mano y bostezó pasándose la mano por el pelo mirándolos -¿Qué carajo haces en calzoncillos?!!!!- preguntó de pronto viendo a su hermano y sonriendo inmediatamente al verlos allí, como si todo fuera tan normal subiéndose sobre Garou. El moreno se cayó débil al suelo aunque riéndose y olvidándose del lío mental que tenía.

-Baka!! ¿Qué no te puedes aguantar?! Casi nos matamos!- protestó aunque había sido culpa suya, levantándose y tirando de la mano del lobo -Acuéstate, que estás hecho una mierda… - dijo arrastrándolo sin pasar por alto la bolsa llena de carne cruda -¿Ya robaste?! Podías pedirme dinero ¿no?

Garou alzó una ceja quitándose la ropa interior y metiéndose desnudo en la cama con el ceño fruncido.

-Ah!! Encima no te metas desnudo ¿Qué crees? Los demás también tenemos que dormir ahí. Dile algo!

Hoshi respondió, más bien riéndose, observando al lobo cómo los miraba. – Ya déjalo, está cansado. Hace mucho que no salía. – trepó una rodilla en la cama quitándole la bolsa con carne. – No vas a dormir con eso, mejor lo guardo. – sonrió, apartándose y llevándose la bolsa al congelador.

Garou lo miró llevarse su bolsa, con algo de trauma tras el hambre que había pasado, tirando todos los libros de Shai por el suelo con un pie por joder, sonriendo y moviendo la cola con los ojos cerrados a pesar de que sabía lo que venía -¿Qué haces?! Mis deberes! Baka!- el chico se metió en la cama mordiéndole el hombro y tirándole de las orejas haciendo que el lobo se sacudiese.

-Fue sin querer- mintió tapándoselas con las manos y girándose para morderle el hombro de vuelta.

-Ah! Vengativo!! Me llenas de marcas! Kei pensará que me fui con otro! Con uno caníbal además! Y el único caníbal aquí… es Hoshi…- dijo confabulando entonces con el lobo que los tapó a ambos con la sábana riéndose.

- Así que......¿hay espacio para el caníbal en esa cama o tienen miedo de que me los coma? – señaló el chico desde el marco de la puerta, luego de aclararse la garganta como llamándoles la atención. – No...creo que me los voy a comer de todas maneras! – continuó, saltando encima del bulto de mantas, y haciéndoles cosquillas como podía a ambos, riendo.

El lobo se giró, cogiéndolos a ambos y abrazándolos contra él, colando a Hoshi en el medio y apretándolo contra él, estirando el brazo para coger a Shai por la nuca acercándolo más y lamiéndole la cara.
-Ya vale guarro! No me chupes!- el chico se rió, abrazando a Hoshi y al lobo, cogiéndole el rabo para dormir como acostumbraba desde pequeño -Esto se ve un poco gay…. Ayudaría que no estuvieras desnudo, Garou…- comentó, aunque frunciendo el ceño.

-Eres gay- soltó el lobo como si nada.

-Calla! Baka! Absurdo! Mañana tenemos que irnos de aquí, no pagaremos este mes de alquiler, hay que encontrar una casa nueva… eso está más que claro…- comentó el chico -Ahora duerman, que iré a clase con unas ojeras que pareceré de la familia Adams!

- Ya, ya, duerman, pues, que me tienen aquí como vampiro castigado durmiendo de noche. Ya dejen de quejarse..... – los riñó Hoshi cerrando los ojos, aunque muerto de la risa, sin poder evitarlo.


 
 

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