Capítulo 60- Wreckage
Ryo aparcó el coche en la entrada de la estación
y se bajó, preguntándose cómo se las habrían
apañado para hacerlos quedarse allí hasta que el tren
les pasase por encima. Se acercó a donde veía que
estaban tomando las fotos, los restos aún repartidos por
todo el suelo y marcados. Se tuvo que tapar los labios por no sonreír,
al pensar en lo bien merecido que se lo tenían, seguro que
habían pensado salirse con aquello durante toda su vida.
Se aproximó a Hattori con las manos en los bolsillos del
pantalón – Ya he llegado… ¿Qué
se sabe?- sacó la libreta apuntando algunas cosas.
- Sanada – lo saludó el detective con un movimiento
de cabeza. – Sabemos que no fue un accidente ni un suicidio,
al menos.... No se han encontrado indicios de ninguna atadura, ni
soga, ni tela... nada. Pero encontramos parte de un pie... con una
herida de navaja. El conductor dice que no le dio tiempo a detenerse,
pero ellos tampoco hicieron ningún intento de quitarse....
– lo miró a los ojos, suspirando. – Pero el lugar
es un caos....
-Ya lo veo…- se acercó junto a una de las cabezas
un tanto destrozada, pero reconocible a pesar de la sangre. Se acuclilló
observando -¿Tal vez tuvieron una disputa? ¿Se sabe
si el otro también estaba herido? O era un ritual extraño…
- giró el rostro hacia él -¿Llevaban ropa?
¿Documentación?- observó un amasijo de prensas
apiñadas a un lado y enteras y se acercó.
- Ya puedes verlo, se quitaron la ropa antes de colocarse allí...
Uno de ellos no llevaba identificación pero.... sí
un recibo.... Yamamoto Tadeo y Matsuda Hashi. Aún así,
hemos estado buscando alguna huella o algo para estar seguros. Mis
hombres están en eso. – observó cómo
se agachaba a revisar y se acercó un poco, observando. –
Lo interesante es que son asesinos ambos. Habían matado a
unos niños justo en las vías del tren hará
un tiempo ya... casi parece una recreación de su crimen...
– alzó la mirada de nuevo, negando con la cabeza al
ver que uno de los chicos se veía como si fuera a vomitar,
y le hizo una seña a otro, para que lo ayudase, no fuera
a estropear la evidencia.
-Ya… ¿crees que se hayan suicidado? ¿O que
sea una venganza?... ¿Cuánto tiempo ha pasado desde
su crimen?- preguntó, aunque lo sabía de sobra, pero
debía hacer su papel. Se levantó mirándolo
a los ojos y esperando las respuestas.
- Van cinco años de eso... Y me inclino por la segunda opción.
No creo que fuese un buen método de suicidio ni que lo fuesen
a hacer ambos a la vez... tanto tiempo después. – volvió
a mirar al moreno. – Además, al parecer seguían
haciendo de las suyas. Estaban bajo sospecha en un caso de drogas
y prostitución, pero... ¿Ves algo interesante?
-Veo un casquillo en el suelo…- el moreno se alejó
un poco al verlo brillar y lo recogió, metiéndolo
en una bolsa plástica –Creo que es de rifle…
con lo cual…- lo miró desde allí mientras se
levantaba.
- Con lo cual, había alguien más aquí. –
concluyó, serio. No habían encontrado ningún
arma de fuego con ellos. - ¿Puedes asegurarte de que sea
de anoche? Eso probaría que no fue un accidente ni nada parecido.
-Sí…- le entregó la bolsa a uno de los chicos
que trabajaban con él y se paseó mirando los demás
trozos de carne, observando a los maquinistas –Voy a hablar
con ellos ¿me acompañas?
- Por supuesto – asintió siguiéndolo, cuidadoso
de no pisar nada importante, aunque no se le notaba por su rostro.
-Buenas noches…- el moreno se acercó observándolos
y notando a uno mucho mejor que el otro, cuyo rostro estaba terriblemente
blanco –Soy Sanada de criminología… - le extendió
la mano al único que parecía presentable.
-Ya dije todo lo que vi… - contestó el hombre que
sólo quería irse lejos de aquel infierno.
-Tal vez yo tenga otras preguntas… - el moreno los miró
a ambos -¿Fueron capaces de distinguir las dos figuras claramente?
-Más o menos…
-¿Estaban desnudos?
-Sí… eso sí…
-¿Qué hacían? ¿Vieron eso?
-Me pareció… que estaban haciéndolo en la vía…
sólo… fue muy rápido…
-¿Hacia donde miraban? ¿Vio eso? ¿Se miraban
uno al otro? ¿Pudo distinguirlo?
El hombre los miró, negando con la cabeza y frotándose
la frente –Sí… no estoy seguro… creo que
el de arriba… miraba hacia allí…- señaló
el campo y Ryo asintió con la cabeza.
-Muchas gracias… era todo… vamos…- le dijo al
detective caminando con él hacia el campo buscando algún
lugar donde la hierba pudiera estar aplanada. Lo cierto es que se
moría de ganas de saber cómo lo habían hecho.
- Aquí.... – le señaló el moreno, al
ver un lugar tras los matorrales en donde la hierba estaba de aquella
manera. Se agachó al lado de la misma, observando, y pensando
que era un área bastante grande para una sola persona.
-Aquí! Venid a tomar fotos! – señaló
al chico rubio, que echó a correr hacia el campo y tomó
fotos de la zona mientras Ryo observaba la hierba -¿Tres
personas? No… no tiene porque… podría haberse
movido… - se pasó la mano por la mandíbula.
De hecho desde luego cuatro no…
- Movido... ¿tú crees? – lo miró Hattori
dudoso. – Puedes tener razón, pero lógicamente,
si estás vigilando a alguien, apuntándolo con un arma...
¿Por qué te moverías?
-Porque estoy drogado… porque ya lo he matado… me río…
es divertido… giro por el suelo, me levanto y huyo corriendo
antes de que el tren se detenga…- lo miró a los ojos
serio porque estaba entusiasmado.
Hattori lo observó, sonriendo un poco luego. – Supongo
que estás más familiarizado con este tipo de caso...
– carraspeó ahora pensando que no debía mostrarse
tan relajado en la escena de un crimen. – Pero.... asumes
que estaba drogado tal vez... O que se divertía... No suena
como el perfil de una venganza. – suspiró, pensando
en los familiares de aquellas víctimas.
-Depende… si estás mal de la cabeza… de si un
familiar pagó a un asesino… muchos factores…
- lo miró sacándose las gafas –De si te has
drogado para ser capaz de cometer este asesinato…
- Sí, tienes razón de nuevo. – asintió,
aún serio. – Mañana empezaré a entrevistar
a los familiares de las víctimas. Y enviaré a algunos
chicos a circular el área, los lugares que frecuentaban....
Tal vez alguien sepa algo.
-Tal vez sí… si traficaban con drogas y prostitución,
en la zona deben ser conocidos…- lo miró pensando en
si no habrían metido la pata esos cuatro llamando mucho la
atención. –Necesito un café… acompáñame…
¿quieres? ¿O aún no acabas?
- No, es suficiente, creo que necesito un café también...
– asintió, pasándose la mano por el cabello.
– Ya he hecho todo lo que puedo aquí, de todas maneras.
Sólo me queda esperar.
-Está bien… vamos… lo mismo me queda a mí,
esperar los resultados de las pruebas y del forense… y también
quisiera echar un vistazo al historial de esos dos… ¿te
parece si mañana me paso por tu oficina... a las doce? Te
traigo el informe de balística y de mis chicos y tú
me dices lo que habéis averiguado…y si tienes noticias
del examen forense… -lo miró de soslayo alejándose
con él por la carretera.
- Me parece bien. No quisiera ser el forense, la verdad –
sonrió ligeramente, pensando en el lío que le dejaban.
-Bueno… algo es cierto… nadie la coge contra un forense…
y los muertos no molestan o al menos, no a los forenses buenos…-
sonrió con algo de maldad y lo cogió por el brazo
sujetándose a su bíceps –Tu trabajo es peor…
ves al muerto y encima tienes que correr el peligro de buscar al
asesino…
- Pero no tengo que revisar cada parte de su cuerpo... del cadáver
no del asesino... – aclaró porque se había puesto
nervioso de que se sujetase, aunque no se apartó. –
No lo sé, creo que pasar tantas horas con los cadáveres...
no debe ser muy bueno.
-No sé por qué no… ¿es mejor pasarlas
con asesinos? ¿Sí revisas el cuerpo de los asesinos?-
lo miró de soslayo sonriendo levemente –Hum…
tal vez debiera matar a alguien…- miró a un lado como
si hablase con él tendido, aunque lo hacía adrede.
- No, no reviso el cuerpo de los asesinos tampoco. – se sonrojó
un poco, mirando a otro lado también, aunque lo hacía
para ocultar aquello. – Creí que eso te tocaba a ti
en realidad...
-Bueno… alguno he revisado…- se tuvo que aguantar la
risa y se guardó las gafas en el bolsillo de la chaqueta
porque aún pendían de sus dedos. Se sacó un
cigarro del bolsillo y lo prendió –No conozco esta
zona… ¿paramos por aquí? ¿O me llevas
a otro lado? No traje el coche… pretendía abusar de
tu amabilidad con premeditación.
Hattori se rió, carraspeando luego. – Yo pensaba que
íbamos hacia tu coche. Y sí, traje el mío.
No es una zona demasiado buena, el café tampoco debe serlo...
-No… sólo deduje que habrías aparcado por aquí…lo
deduje por tu forma de andar… más la marca de tu traje
y tu corte de pelo… En realidad lo vi aparcado cuando me traía
un compañero…- se rió, revolviéndole
el cabello y atrayéndolo para besárselo antes de cogerle
del brazo de nuevo –Entonces vamos a donde quieras, no quiero
café de borras…
- Sí... vamos a una cafetería que queda de camino.
Así puedo dejarte en tu trabajo. – asintió,
aún más rojo.
-¿En mi trabajo? No, mejor déjame en mi casa que
a estas horas los criminólogos y los de criminalistas buenos
están en la cama… durmiendo… ¿crees que
son servicio veinticuatro horas?-lo miró sonriendo levemente
–Lo mismo deberías tú hacer…irte a la
cama…
- Tienes razón... – suspiró, tocándose
la nuca y mirando a donde estaba su coche. – Supuse... no
me hagas caso. –se detuvo junto al coche, abriendo la puerta.
-No, sí que te lo hago… Por eso te digo que deberías
irte a dormir… Mejor déjame en mi casa y después
vete a la tuya y duerme… que falta te hace, no sabes ni en
qué hora vives…- se metió en el coche pasando
el cinturón de seguridad para engancharlo.
- Ya vale... sabes que no suelo seguir el horario... – sonrió,
encendiendo el coche, y algo cohibido. - ¿Eso significa que
ya no quieres beber café conmigo?
-Bueno, sí quiero… pero no si vas a estar pensando
en trozos de carne desperdigados o cosas así… mejor
piensa en mí…- sonrió encendiendo un cigarro
y mirando adelante mientras bajaba la ventanilla.
- Y pensando en ti.... – comentó, poniéndose
un poco más serio, también porque parecía que
lo cohibía a cada dos frases. -¿Ya se te arreglaron?
¿Tus asuntos personales?
-Oh… sí… era una bobería en realidad…
con un niño…- sonrió mirando afuera y recordando
el miedo que había pasado al sentir el cañón
girar y la bala salir, el olor a pólvora. Le había
costado unos segundos comprender que no estaba muerto.
- Un niño.... ¿tienes familia? ¿Algún
primo o ... algo así? – le preguntó, observándolo
por el espejo, aunque no podía ver su rostro.
-No, es un niño que conocí en un pub de ambiente…
lo quiero mucho, me llama papi…- se rió y lo miró
de soslayo. Lo cierto es que le importaba muy poco si le parecía
eso extraño o no, no iba a negar a Dragon. Claro que tampoco
hablaría de él, poniéndolo en peligro.
- Y ¿me mandas a mí a dormir? – se rió,
pensando que no era lugar para un niño. Claro, a lo mejor
era sólo una forma de decirlo. – Bueno, me alegro de
que se te haya resuelto. Te veías distraído...
-Recordé que le había dicho que estaría en
casa a una hora y no quería fallarle…-mintió
ahora sí sonriendo de nuevo y mirándolo –Él
no se trasnocha para trabajar, lo hace para divertirse… que
no es lo mismo… Si tú te trasnochases para eso, no
te diría nada, pero seguro que no te diviertes mucho…
- Lamento ser tan responsable... – murmuró, sintiéndose
molesto de pronto, mirando al frente y girando ya en la última
esquina. – Y este niño, ¿vive contigo? No lo
llegué a conocer aquella vez.
-No vive conmigo, sólo viene… ¿es un interrogatorio?-se
rió observándolo y notando desde antes que estaba
molesto por el tono de voz, aunque no sabía con qué
lo había enfadado esta vez –Estás cabreado…-
sonrió pensando que no tenía remedio, era un estresado.
- No, estoy bien. Y sólo preguntaba... – suspiró,
tratando de ocultar que mentía, y deteniendo el auto frente
al local. – Ya llegamos, es aquí.
-Vale…- bajó, pensando que finalmente no lo había
llevado a su casa pero si decía algo seguramente se molestaría
más. Lo cierto es que a la vista estaba que mentía
fatal. Se acercó a él guardándose las manos
en los bolsillos –Mira que mientes fatal… mejor que
seas policía y no criminal…
- Resulta que también soy humano... - - apagó el
coche, mirando por la ventana porque no quería que se le
siguiera notando el cabreo. - ¿Aún quieres café?
-No, tengo suficiente de que te cabrees con cada palabra que digo
por hoy…- sonrió levemente –Tienes un mal día,
es comprensible…- se bajó del coche y tiró la
colilla encendiendo otro cigarro y despidiéndose de él
aún sonriendo mientras se guardaba el mechero –Te veo
mañana a las doce.
- Puedo llevarte a casa, no era mi intención dejarte en
cualquier lado. – le ofreció desde la ventana aunque
estaba seguro de que no aceptaría.
-No, estoy bien, hago ejercicio…- se giró un poco
a mirarlo, aún sonriéndole para que no fuese a sentirse
mal y siguió adelante negando un poco con la cabeza y riéndose
entre dientes. De veras que no comprendía qué le cabreaba
tanto de él, pero tampoco estaba por la labor de estar tratando
de forzar una amistad tan tirante.
Hattori suspiró de nuevo, encendiendo el coche, y permaneciendo
unos minutos allí, preguntándose para qué lo
invitaba a pasar tiempo con él si lo consideraba tan aburrido.
O tal vez era otra cosa. Por fin, echó hacia atrás
dirigiéndose a su casa para variar. Estaba cansado, eso era
cierto.
|