.Novela homoerótica para mayores de edad.
 

Capítulo 74- You're Under Arrest

- Ryo... – Hattori se puso de pie, bostezando sin querer, y cubriéndose la boca con rapidez. – Es la hora en la que por lo general me pongo a revisar casos hasta que me quedo dormido. Pensé que ya no regresabas.

-¿Cómo no iba a volver?...- se acercó a él, quitándose el abrigo y acercándolo por la cintura. Le besó el cuello, abrazándolo un rato sin decir nada, pensando en Slave e imaginándose estar en su situación. Le besó el cuello de nuevo apretándolo más contra él.

Hattori se dejó abrazar, cerrando los ojos, sorprendido, murmurando. - ¿Estás bien, Ryo? ¿Te ha sucedido algo?

-No… que ese chico me da pena… Slave…- lo mantuvo contra él, acariciándole la espalda –Cuando estuve hablando con él… querría que lo conocieras…- susurró en bajo pensando realmente en ello, aunque sabía que no cambiaría su opinión respecto a la detención.

- Lo sé, no parece comprender lo que está sucediendo... – suspiró, apoyando el rostro de lado, en su hombro. – Pero sería más fácil si hablase con nosotros. Es lo que creo. No hay nada más que se pueda hacer de todas maneras.

-No quiere hablar sin hacerlo antes con Ren…no lo comprendes… Ese collar que lleva al cuello, lo que pone… no es un juego… realmente se comporta como… lo que es… Bueno… si mañana viene su pareja a verlo… me gustaría ser yo quien se quede con ellos… ¿te importa? Tal vez averigüe algo…-se separó un poco para mirarlo a los ojos.

- No lo sé... ¿estás seguro de eso? – le devolvió la mirada serio. – Confío en ti más que en ningún otro. Supongo que sí, sería de ayuda, aunque puede que no hable enfrente de ti entonces.

-¿Por qué no? Sólo soy un policía como otro cualquiera… si te quedases tú… entonces seguro que sí no abrirían la boca… Hay otra cosa…- le apoyó las manos en el pecho acariciándolo sobre la camisa –Prefiero ser yo, no permitiré burlas ni nada por el estilo por su condición de homosexuales y me preocupa eso…

- No eres cualquier policía, eres el que tomaste las pruebas – renegó, aún mirándolo y sonriendo ante lo comprensivo que podía ser. – Pero está bien, lo entiendo. Tampoco me parece justo y hasta podría perjudicar el caso algo así. Dios, creo que me estoy suavizando demasiado...

-No… a mí me gusta…- le besó los labios superficialmente, sonriendo y sujetando sus labios con los propios, lamiéndoselos despacio –Estoy orgulloso de ti… al fin lo has encontrado…- susurró lo que pese a todo, era cierto. Apretó un poco la tela de su camisa en los hombros y luego los mismos.

Hattori sonrió de nuevo, de otra manera ahora, enrojeciendo un poco. – No es suficiente, esos chicos.... sé que Ray está implicado en esto. Pero no sé cómo probarlo, ni los otros crímenes.... Y la verdad, aún así, no me va muy bien seguir tus métodos.

-No sé por qué piensas eso…- se aguantó las ganas de ponerse serio. Sabía que no iba a darse por vencido -¿Qué tendría Axl que ver con ellos? Es más…no creo que Slave formase parte de lo de ayer… - le sujetó la corbata entre dos dedos estirándola y soltándola de nuevo –Me gustas más en jeans… aunque me gustas más sin nada...- sonrió jugando ahora con su cinturón.

- Así no se puede hablar... – se rió, pegándose a él para ver si se detenía. – Hay un límite a las casualidades. Incluso si Slave no tuvo nada que ver anoche, habría que preguntarse cómo llegó su pase allí. Tal vez alguien más lo tenía,. Ren Takagi trabajando con Axl Ray, la segunda muerte también está relacionada con él, y luego.... esto. No lo viste cuando le pregunté acerca de su madre. Comprendo que se alterase pero... ese estado de negación...

-Bueno yo también me enfadaría un poco si me dijeran que mi madre se acuesta con otro…sobre todo si supuestamente está enferma y con mi padre no lo hace…-se rió un poco sólo por pensar en Axl molesto y le soltó el cinturón pegado a él o no. De hecho, la proximidad sólo hacía la situación mas propicia -¿Para qué se aliarían y se dedicarían a matar a asesinos? ¿Les viste cara de sociedad benéfica?- le dio una nalgada mirándolo a los ojos.

- Deja eso – sonrió alejándose un poco ahora. – Y no tengo idea, fuiste tú el de la teoría, ¿recuerdas? Fuiste tú quien empezó con esto....

-Pero yo no dije que fueran ellos…- sonrió sujetando el cinto mientras se alejaba y colgándoselo al hombro después –No te me escapes… soy más peligroso en la distancia…Es mejor tenerme donde me puedas sujetar las manos…- sonrió, quitándose la corbata estirando de ella y se abrió los botones de la camisa poco a poco, mirándolo a los ojos y apoyando la parte superior de la espalda en la puerta –Estás obsesionado con Axl… - se abrió la camisa bajándosela por los hombros hasta las muñecas y rozó la espalda un poco contra la pared observándolo de arriba abajo, con toda la intención de molestar.

- No estoy obsesionado con él! – protestó, sin poder evitar que sus ojos se dirigiesen a su pecho, subiendo la mirada inmediatamente. – Sólo pienso que tiene mucho que ver en esto, y nos ha estado engañando... No soy ningún tonto, Ryo... – lo miró serio, aunque acercándose para tocarlo.

-Pues tiene talento…- sonrió ante su seriedad y le sujetó las manos pasándoselas por el pecho y el abdomen, posando una sobre su sexo y frotándolo con ella, jadeando un poco en su oído con toda la mala intención, rozándolo con la lengua acto seguido y cogiéndole las esposas que colgaban del pantalón disimuladamente. Le sujetó las muñecas pasándolas a su espalda y esposándolo todo lo rápidamente que podía, sonriendo levemente –Soy infalible…

- Ryo Sanada... - protestó, luchando un poco aunque sabía que era imposible sin las llaves. – Eres un necio, es lo que eres.

El moreno se rió, lamiéndole el cuello y subiéndole la camisa, observando su cuerpo. Se la abrió, atándola sobre las esposas para que no le molestase la visión y le abrió el pantalón, mirándolo a los ojos y besándolo, mientras los dejaba caer con la ropa interior. Dio unos pasos atrás, prendiendo la segunda luz de la oficina y observándolo, sintiendo la fuerte erección bajo sus propios pantalones –Tú… eres lo mejor que he visto…- sonrió de medio lado aún sin aproximarse.

- Y ¿tú crees que esto es justo? – lo riñó, aunque sin poder evitar sonreír un poco, ya que era lo mismo que pensaba cada vez que veía al moreno sin algo de ropa. Caminó hacia atrás, apoyándose en su escritorio.

-La justicia es injusta…- el moreno lo miró, respirando hondamente y sonriendo mientras se acercaba un poco, quitando las cosas de la mesa y retirándolas a un lado. Lo empujó con una mano por el pecho, tumbándolo sobre ella y bajándola a lo largo de su cuerpo hasta su sexo, acariciándolo lentamente dentro de su mano, notando cómo se erguía más. –Separa las piernas… y pon los pies en la mesa… -se rió visiblemente excitado por el gesto en su rostro –Ahora eres mi detenido…

- Esto... es abuso policial – se rió el moreno, enrojeciendo, pero haciendo lo que le pedía. Estaba demasiado excitado. – Ya me vengaré luego.

-Qué bien… - se rió mordiéndose el labio inferior un poco y pasando a colocarse frente a sus piernas. Lo observó, suspirando con fuerza de nuevo y cogió la botella de agua del moreno vaciándola a lo largo de su cuerpo y sobre su rostro, mojando la mesa y la alfombra un poco, observando cómo se levantaba un poco por el frío. Le pasó la mano a lo largo del cuerpo de nuevo y deslizó dos dedos entre sus labios mojados ahora, rozando su lengua y acariciándola –Abre la boca… un poco más… quiero verte la lengua… sácala…

Hattori succionó sus dedos, pensando en reñirlo luego por lo del escritorio, pero aún así, abrió la boca, mostrándole la lengua, aunque rojo, estremeciéndose un poco.
Ryo se la sujetó entre los dedos, acariciándola, y se colocó detrás de su cabeza bajándose sobre él y lamiéndosela, sintiéndola un poco áspera contra la suya y más caliente. Jadeó contra ella, acariciándole el pecho con las manos, ayudado del agua para hacerlas resbalar, tocando sus pezones con los dedos y apretándolos un poco -¿Estás cómodo?-le preguntó, sin poder evitarlo porque hacía rato que le preocupaba un poco.

- Estaría mejor si nos movemos al sofá... – le confesó, aunque algo preocupado con mojar el mismo.

-¿Por qué no me lo decías?- lo levantó en brazos, besándolo profundamente y empujando la lengua en su boca. Lo dejó de pie frente al sofá –Pero sigues siendo mi preso…- se rió revolviendo su cabello húmedo, excitándose más sólo con eso y apretándoselo un poco entre los dedos –Así que arrodíllate en el sofá y apoya los brazos en el respaldo… levanta bien las caderas… voy… a inspeccionar…

Hattori sonrió, avergonzado. - ¿No se supone que tenías fantasías con policías? – preguntó, mirando hacia atrás, para observarlo de soslayo, y arrodillándose de todos modos.

-Sí… cierto… pero me pasaba el día fantaseando con sexo… y me daba para muchas cosas… - se rió, acariciando entre sus nalgas con los dedos, separándoselas y observando mejor su entrada, lamiéndose los labios y empujando dos dedos dentro de él, acariciándolo y empujando uno más en su interior. Bajó la mano entre sus piernas tocando su sexo con ella – ¿Te gusta?

- Sí... – jadeó bajando el rostro, sintiendo su sexo pulsar en la mano de Ryo. Lo cierto es que lo estaba excitando aquel juego aunque no pensase reconocerlo. - Espero... que no hagas esto con todos tus detenidos..

-No… ninguno se lo merece…- retiró los dedos de su interior golpeándole las nalgas con la mano y apretándoselas después, inclinándose y deslizando la lengua entre ellas. Separándole más las piernas y haciendo que bajase un poco sobre sí mismo, estirándolo cuanto podía, jadeó contra su piel excitado por verlo así. Se quedó de pie tras él sin tocarlo, observándolo y rozando su propio sexo, apretándoselo cuanto podía -¿Te llegas con las manos?

- Tal vez... – se echó un poco hacia atrás, estirando los dedos como podía y tocándose un poco, jadeando, aunque le costaba algo de esfuerzo.

Ryo se pasó la mano por la mandíbula rozándose los labios –Eres como un sueño… en todo… - se inclinó, lamiéndole los dedos y su entrada al tiempo, moviendo la lengua dentro de ella. La subió por toda su espalda y lo sujetó, sentándose en el respaldo donde había estado él apoyado hasta ahora, abriéndose de todo el pantalón y sacando su sexo. Lo acercó a él apoyándole la mano en la cabeza, y bajándolo contra él. Movió las llaves en su mano inclinándose un poco sobre él para soltarle las muñecas. Se las sujetó él mismo y dejó caer las llaves en el sofá pasándole las manos por el pelo –Ahora soy tuyo… - lo mantuvo contra su sexo apoyando la cabeza contra la pared.

- Alguien te ha dicho... ¿qué eres muy extraño? – sonrió, inclinándose sobre él, para besarlo, mientras acariciaba sus pectorales, bajando poco a poco por su cuerpo, delineando sus músculos.

-Sí… pero te encanta… - se fue poniendo de pie poco a poco, y echó los brazos atrás apoyando las manos contra la pared sobre su cabeza, sonriendo y rozándose un poco contra el cemento haciendo que se cayeran sus jeans y la ropa interior –Así me ves mejor… ¿te gusta?...

- Ya te dije que sí... – protestó porque le hiciese tantas preguntas, volviendo a aproximarse, acariciando sus caderas y su sexo, metiéndoselo a la boca, por fin, sin mirarlo, sólo dedicándose a succionar y lamer.

-Ah… no te cabrees porque te haga pasar verguenza – se rió jadeando y bajó las manos sujetándole el pelo y moviéndolo él con ellas al mismo tiempo que movía sus caderas, notando como su sexo se arrastraba por la lengua de Hattori y la empujaba a veces, rozándose con sus dientes por lo descuidado de sus movimientos y sintiendo un escalofrío al notarlo.

Hattori continuó succionando, con más fuerza como si con aquello pudiese resarcirse por la vergüenza, finalmente dejando su sexo y separándose jadeante, buscando la llave entre los almohadones. – No estoy... molesto.... – la encontró por fin, liberando sus manos y tomándolas para colocarlas en sus costados, besándolo apasionadamente.

Ryo dejó escapar la risa entre sus labios, besándolo de nuevo, abrazándolo con fuerza y levantándolo un poco del suelo –Estaba comprobando si realmente querías vengarte de que te hubiera esposado… pero ya veo que en realidad te encanta…- se burló un poco sonriendo, susurrando en sus labios. Se apartó tirando su abrigo al suelo –Ponte a cuatro patas…

- Ah, ¿sí? Y ¿por qué haría eso ahora? – se sujetó de su cuello, bajando el rostro. – Si lo hubiera sabido, te dejo esposado y me voy...

-¿Así? ¿Así a donde irías?- le rozó el sexo con los dedos, acariciándolo con fuerza después y colando una pierna entre las suyas rozando sus testículos –No seas bobo… sólo es un juego…- apartó las rodillas cerrándole las piernas y empujando su sexo entre ellas rozándose con sus testículos sin dejar su sexo de lado –Venga… ponte a cuatro patas ahí… ¿no ves que lo estoy deseando?- le besó los labios lentamente contrario al movimiento de su mano y su sexo entre sus piernas.

- Está bien... – accedió, rojo, dejando escapar un gemido a su pesar, por sentir cómo lo rozaba, finalmente separándose con dificultad para colocarse a cuatro patas.

Ryo se colocó a su espalda, de rodillas, acariciándole la espalda y las caderas, apoyando su sexo contra el ano del moreno aún sin penetrarlo, jugando con su sexo entre las manos y separándole las piernas de nuevo. Se inclinó sobre él, pasándole las manos por la espalda y le recostó el pecho contra el abrigo, sujetándole los brazos poco a poco llegando a sus muñecas, sujetándoselas y haciendo que el moreno cogiese las suyas. Se empujó dentro de el entonces manteniéndolo pegado a su cuerpo –Ah! Hattori… - le apretó las muñecas moviéndose con fuerza dentro de él.

- Ryo... – el chico gimió, a su vez devolviéndole el apretón y estremeciéndose, empezando a moverse un poco contra su cuerpo, sintiéndolo profundo dentro de sí.

-Te amo…- sonrió apretándolo más, acelerando el movimiento dentro de su cuerpo, sintiendo cómo sus testículos se tocaban al entrarle por completo. Le soltó los brazos acostándose sobre él y llevándolo con él, acostándose de medio lado con su cuerpo y levantándole una pierna mientras lo penetraba lamiéndole la nuca y mordiéndole un poco un hombro.

- Ryo...Ryo... – sonrió, con los ojos entrecerrados, jadeando y gimiendo alternadamente, totalmente encendido, y estiró su brazo para tomar la mano que sostenía su pierna, deslizándola hacia dentro para que masajease su sexo.

El moreno sonrió levemente contra su nuca, hundiendo la nariz en su cabello oliéndolo y moviendo la mano en su sexo. Se incorporó un poco en un codo besándole la mejilla y mirándolo mientras se movía tras él. Se subió sobre él, sin poder evitar tumbarlo de nuevo, besándolo ahora y ahogando allí sus gemidos mientras se movía más excitado de tener sus labios.

Hattori le devolvió el beso, succionando su lengua casi con desesperación, sintiendo su sexo pulsar, mientras gemía entre sus labios, el sexo de Ryo penetrándolo una y otra vez, haciéndolo estremecerse bajo su cuerpo.

Ryo frunció un poco el ceño al sentir cómo su sexo se sentía ahora aún mejor dentro de él y notó cómo algo le recorría la espalda. Lo miró a los ojos, acariciándole el cabello con la mano libre, apartándole el flequillo de la cara de forma algo brusca por el placer. Se golpeó contra él para penetrarlo de forma más profunda y cerró los ojos bajando a succionar la piel en su cuello.

- Te amo...... – jadeó, sonriendo y cerrando los ojos también, estremeciéndose con las sacudidas del orgasmo. Su sexo pulsando con fuerza, y su semen derramándose sin más, antes de que tuviera tiempo a pensar en nada. El moreno lo siguió inmediatamente notando que se correría también, al sentir su cuerpo estremecerse y apretó más el sexo del chico, empujándose lo más profundamente que podía en él y derramándose allí con la sola sensación.

Se apartó un poco, apoyándose en los codos y mirándolo a los ojos –Detective… somos unos inconscientes…-se rió besándolo.

- No, tú eres un inconsciente. Yo sólo estoy enamorado... – bromeó, perdiéndose un poco en sus ojos, y pensando que sí había sido irresponsable. Habían tenido suerte. Pero, por más que su mente le dijese lo que quisiera, no se arrepentía.

-No me digas eso… no es como que yo lo tuviese planeado… - sonrió besándole los labios con suavidad –La puerta está cerrada… no nos hubieran descubierto… - le revolvió un poco el cabello observando su rostro –Vamos a casa…- susurró.

- Aún así, tengo que limpiar el sofá.... – se rió, pensando que era imposible. - ¿Sabes? Ahora voy a casa todas las noches, y sigo sin dormir.....

-No será mi culpa…- se rió dejándose caer a su lado, abrazándolo contra él y acariciándole la espalda –Yo tampoco duermo nada…

 
 

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