.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Epílogo 2- Quiero Comer Merengue

-Ren…- La mano del moreno recorrió toda la espalda del rubio sintiendo su sudor. Lamió el tatuaje en ella, besándolo y enredando los dedos en su cabello, apretando su sexo con la mano al sentir cómo el semen brotaba de nuevo de su sexo. Se golpeó contra él moviéndose más rápido, aplastándolo contra las sábanas de aquella caravana y jadeando en alto, gimiendo desesperado mientras se corría dentro de él, su cuerpo entero temblando. Se dejó caer sobre él y lo abrazó con fuerza, con angustia casi, como cada vez que podían estar a solas y tocarlo, o como si no existiese nada más, no sabía cuantas veces lo hacían…

Se movió lentamente de encima de él separando sus nalgas para limpiar el semen de él, buscándolo incluso en su interior.

-Slave... – suspiró el chico sonriendo, y dejando que lo limpiase como siempre. Se ponía muy tenso cada vez que se acercaba una de aquellas visitas. Sólo había pensado en eso toda la semana. Se rió con suavidad, volteándose al fin y extendiendo los brazos. – Ven aquí, no quiero dejar de tocarte en todo el tiempo que tengamos...

El moreno gateó por las sábanas a su lado, acostándose y acariciándolo de nuevo por entero, besándolo otra vez a riesgo de agobiarlo. No podía contenerse, odiaba cuando no podían tocarse… Lo miró a los ojos serio –Te quiero…- susurró una vez más, cosa que no podía dejar de repetirle una y otra vez en cada visita, demasiado agradecido porque siguiese esperándolo y amándolo pese a todo. La tan esperada liberación de condena por buena conducta jamás llegaba y cada vez estaba más ansioso, no había dejado de entrenar. De hecho, era lo único que hacia, entrenar y pelearse con todo ser viviente que lo mirase medianamente mal. Tal vez por eso jamás llegaba el perdón a su condena…

- Y yo a ti.... – le acarició la mejilla sonriendo como siempre. Era difícil el separarse, y no se hacía más fácil a medida que pasaba el tiempo. Pero en esos momentos en los que estaban juntos, era como si todo lo demás se esfumase. Casi como si vivieran allí eternamente. - ¿Cómo estás, Slave? ¿Por qué tienes esa cara?

-No sé…- sonrió levemente, besándole los labios, sin querer preocuparlo con sus cosas, abrazándolo y disfrutando de su olor ahora que podía sentirlo –Es eterno… el tiempo entre visita y visita… -se apoyó una mano del rubio en la cara para sentir su calor –Ya acabé con todos… al último se lo hice con un tenedor del comedor… - lo miró serio y pensativo –Nunca te detienen… seguro que preferían que nos matásemos unos a los otros…

- Pero nadie te hará daño a ti... – le aseguró, más que nada por convencerse a sí mismo, porque lo cierto es que se preocupaba, le dijese Ryo lo que le dijese. – Te amo. Y estoy muy orgulloso de ti, y agradecido...

-No tienes por qué estarlo… soy tuyo, haré lo que desees… me gusta hacerlo…- sonrió un poco dibujando sus labios con los dedos y tocándole la cara después. Le pasó el envés de los dedos por la mandíbula dibujándola –Me quiero ir… quiero estar contigo ya… dormir contigo…

- Lo sé... sucederá pronto, estoy seguro. –lo miró a los ojos, dejándose acariciar de aquella manera tan tierna. – Y estaré orgulloso y agradecido aunque sean mis propias órdenes. Fuiste tú quien me aceptó como dueño, después de todo.

El moreno sonrió más como siempre que se acordaba -¿Qué pasará cuando salga?

- Pues.... vendrás a vivir conmigo, en casa de Axl y Dragon, y Axl te ayudará a ser profesional como deseabas... – le sonrió contándole aquello a sabiendas de que le daba esperanza imaginar todo eso. – Volverás a entrenarlos a ambos, Dragon casi no puede esperar... Pero antes de eso... iremos al parque a desenterrar aquello y haremos el amor. Haremos el amor cada noche, y dormiremos juntos. No volveremos a separarnos.

-Y no volveremos a matar a nadie… porque no quiero volver a la cárcel nunca más… Quiero estar contigo… - entrecerró un poco los ojos por escuchar todas aquellas cosas en las que extrañamente para casi cualquiera, la más importante era saber que iban a dormir juntos y hacer el amor cada noche –No dejo de pensar en que me acaricias cuando me acuesto…- cerró los ojos oliendo en su pecho –Odio todo…- respiró con fuerzas tratando de no llorar pero siempre sucedía cada vez que se acercaba la hora de que lo separasen de él de nuevo.

- Yo siempre pienso en ti cuando me acuesto también... y nunca me quito mi anillo... Eso significa que en cierta forma sí te acaricio, ¿no?- le besó la cabeza, abrazándolo más, e intentando ser fuerte por él. - ¿Recuerdas las instrucciones que escribí en mi foto? Debes acostarte mirando hacia izquierda, y yo lo haré mirando a la derecha.... imaginándote.

-Lo hago…siempre… y siempre sueño contigo, pero después, cada mañana me despierto y no estás…- cerró los ojos porque le bajaba una lágrima –Quiero irme… cada día es peor…

- Saldrás pronto, lo sé... – le pasó la mano por la mejilla, sintiendo la humedad y limpiándola, su voz temblando un poco. Le dolía demasiado verlo así. Tal vez debería hablar con Axl, a ver si podían hacer algo. – Slave, quiero que seas fuerte. Eres fuerte, lo sé. Puedes soportar un poco más, y luego... no volveré a dejarte solo. Sólo un poco más...

Slave asintió con la cabeza para que no escuchase su voz temblar y lo abrazó más contra él, separando la cara después para poder verlo, como siempre que se daba cuenta de que después estaría deseando observar aquel rostro y no podría –No me acuerdo cuanto tiempo ha pasado ya… - sintió que le temblaba un poco el aliento y miró la hora en la pared, se amarró más a él como si fuera a conseguir algo con aquello.

- Tocarán a la puerta. No me iré hasta que tenga que hacerlo. – le aseguró, observando sus ojos negros también, a pesar de que los suyos estaban aguados. – Te pones más atractivo cada vez.

-No…- se rió aunque le bajaban las lágrimas y enrojeciendo inevitablemente. Vistiéndolo de forma delicada porque no quería que les diera por abrir la puerta y fueran a verlo –Ren… cuando salgamos… quiero… comer merengue… - se quedó con la cabeza baja abrochándole la camisa y sintiéndose extraño por haber estado pensando en eso tanto tiempo.

El rubio se quedó sorprendido por un momento, sonriendo de nuevo luego. – Merengue y todo lo que quieras... Te llevaré de paseo ¿Quieres? Ya sé, luego de que te reúnas con todos, nos alejaremos un fin de semana para estar juntos, solo los dos. ¿te gustaría?

-Sí…- sonrió más, vistiéndose aunque sin ponerse la maldita camiseta aún, abrazándolo de nuevo y tirándolo a la cama otra vez como siempre aprovechando hasta el último momento, ahora besándolo sin cesar como si no fuera necesario respirar, no quería dejar de besarlo hasta que no quedase más remedio.

El rubio le devolvió el beso, incluso quedándose más tiempo del necesario cuando escuchó el toque en la puerta., sin querer despegarse de él, susurrando luego. – “Tengo que irme.... Serás fuerte por mí ¿verdad?”

-Sí…- la puerta se abrió y el policía recitó alguna babosada que seguramente decía a todos una y otra vez, la cual el siempre encontraba terriblemente graciosa pero nadie más comprendía.

Slave besó al rubio de nuevo, amarrándolo desesperado y sin llorar sólo porque no quería que el rubio sufriera aún más. Lo soltó finalmente cuando no vio más remedio, el carcelero poniéndole las esposas de nuevo y el otro llevando a Ren hacia la salida.

-Ren!- se agobió todo como siempre respirando de forma entre cortada, por más que lo tratase de evitar no podía… era horrible –Te quiero!...

- Yo también te quiero! – se giró para gritarle el rubio sonriendo aunque tenía ganas de llorar. ¿Cuánto más tenían que soportar eso?

 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro, solo tienes que presionar en Hansa.

foro yaoi

       
   

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back