.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 133- Is This Real?

Sanji se giró en la cama rodeando la cintura de Yûhi completamente dormido, y se pegó aún más a él sonriendo, notando su erección contra él. Sintió cómo se quedaba dormido aún más profundamente y cómo todos los sonidos se alejaban poco a poco. Escuchó un golpe extraño y se despertó entreabriendo los ojos observando al pelirrojo a su lado como si fuera lo más natural, había billetes sobre la cama , un montón de ellos regados por la colcha.

Se sentó contra el respaldo mirando su pecho, tatuado con una serpiente y sonrió cogiendo un cigarro de la mesilla por un momento pensando “yo no fumo” mirándolo como si jamás hubiera visto uno en su vida y al segundo dándole una calada y olvidándose de aquella duda rozándose la barba mal afeitada con la mano.

Kyo le sonrió, cruzando una pierna sobre la otra y pasándole una mano por el pecho. - ¿Estás complacido? –se subió a horcajadas sobre él de la forma más natural del mundo, observando sus ojos.

-¿Tú qué crees?…- el moreno se apartó la mano del mentón mirándolo y le palmeó las nalgas apretándole un muslo -¿Harás lo que te he pedido?

El pelirrojo se le quedó mirando, por un momento confundido. ¿Qué no era esa su frase? Le sonrió finalmente siguiendo su juego y asintiendo. – Nada es gratis. Por supuesto que lo haré, eso y lo que quieras.......... . - se acercó a sus labio como si le fuera a dar un beso, deteniéndose antes, por supuesto y observando el humo que salía del cigarro.

Sanji apartó la mano con el cigarro y lo besó él de todos modos –Harás lo que yo te diga que hagas… ¿no es así? Para eso te pago… y por eso me quieres… por esto… ¿verdad?- le mostró unos billetes y los dejó caer sobre él –Así es como tu amor será eterno… limítate a procurar que nadie se entere, pero mátalo… me molesta…- volvió a su cigarro entrecerrando los ojos por el humo mientras lo expulsaba mirando al pelirrojo.

- Eres frío...... – protestó, sonriendo y acariciándose contra él, como en busca de cariño. “Mátalo” ¿Podía matar a alguien? Suponía que sí, en cierta manera, estaba casi seguro. Se separó del chico, cerrándose le kimono y poniéndose de pie para mirar por la ventana. – Lo haré. Pero no imaginaría que alguien como tú, necesitaría de mí para matarlo. Pero , supongo que es por esto. – sonrió, girándose de nuevo y tocándose la entrepierna – Te hace vulnerable.

-¿Tú crees? Yo creo que te hace vulnerable a ti… tú eres el que abre sus piernas a esto…- se señaló el mismo mirándolo de soslayo –Lo matarás tú… porque nadie sospechará de una putita…- giró el cigarro en su mano y lo apagó con la lengua antes de tirarlo al suelo del hotel.

- Hablas como los ángeles. Podrías seducir a una estatua de piedra, ¿lo sabes? - se rió, bromeando, aunque interiormente dolido, aún así, subiéndose a la cama de nuevo a gatas, para besarlo.

Sanji se dejó besar mirándolo a los ojos y lamiéndole el labio inferior sujetándolo entre sus labios –Eres un buen chico…- le acarició el cabello con la mano –Hazlo cuanto antes… y después vuelve a tu casa, iré a buscarte si has cumplido tu palabra.

- ¿Lo soy? – Kyo se rió, bajando la cabeza contra su pecho, sintiéndose confundido de nuevo, y susurrando aún más confusamente. – Tú no eres quien pareces ser, lo sé. Nadie lo es.......

-¿No? ¿Eso crees?- lo miró a los ojos completamente serio preguntándose si sabía lo que pensaba hacer –No importa, cómo sea, harás lo que te he dicho, tampoco puedes hacer otra cosa- sonrió levemente y lo empujó a un lado del colchón y se sentó vistiéndose el pantalón del traje.

- Por supuesto que lo haré. ¿Qué más puedo hacer? – sonrió, entendiendo las cosas de manera muy distinta dentro de su mente, y se giró, sobre la cama observándolo vestirse y cerrando los ojos, la oscuridad envolviéndolo instantáneamente.

El moreno se echó atrás en la silla de madera de la parte baja del bar cruzando los pies sobre la mesa mientras bebía de un vaso de vodka y cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás balanceándose y abriendo los ojos de nuevo sentado en el banco de la maderera. Sonrió al ver a Kyo parado a lo lejos de la calle y le silbó como la primera vez que había hablado con él. Kyo lo miró y se giró cruzando hacia la perpendicular.

Sanji se levantó del banco como extrañado y echó a correr siguiéndolo –Kyo!

Pero el chico sólo se detuvo a mirarlo de nuevo, sus labios formando las palabras – Por aquí- sin llegar a pronunciarla en voz alta, y se giró nuevamente continuando su camino como si de un fantasma se tratase.

-¿Qué?- lo miró extrañado parándose por un momento y siguiéndolo después, andando a paso acelerado y perdiéndolo entre la gente, notando que cada vez había mas y más personas delante de él. Los empujó agobiado, apartándolos del medio y girándose a ambos lados, buscándolo. Se apoyó en la pared al verlo de nuevo, aliviado, siguiéndolo sin apartar la vista de él pero por algún motivo sin aumentar la velocidad -¿Donde vas?

- Shhhhhhhhh – Kyo se guró, colocando un dedo sobre sus propios labios, riéndose suavemente, y echando a correr de pronto, acelerando entre la gente hasta que ya no hubo más personas, sólo Sanji tras de él. Se detuvo bruscamente mirando al frente, serio.

-¿Qué haces?- Sanji sonrió levemente confundido y por algún motivo sintiendo un extraño vacío en el estómago. Lo sujetó por los hombros volviéndolo hacia él y mirándolo a los ojos -¿Qué pasa?

- ¿No lo ves? - giró el rostro, mostrándole la escena tras él. Los mismo escalones donde solía reunirse con su pandilla, abandonados derruidos. Claro, no estaban mucho mejor antes, pero había algo más, una sensación de ausencia. Se acercó, sonriendo un poco de nuevo, y susurrando en su oído. – Te llama..... – soltándose luego de él y dejándose caer hacia atrás, pero en vez de golpear el cemento, comenzó a hundirse en él, como si en vez de cemento, la calle estuviese hecha de agua.

Sanji se agachó de golpe para cogerlo pensando que se iba a partir la cabeza y sin embargo se quedó con las manos en el cemento observando a Kyo hundirse bajo él como si fuera un cristal perfectamente translucido -¿Quién me llama? ¿Qué pasa?- golpeó el cristal sin poder romperlo y se levantó al ver que ennegrecía hasta lucir como cemento de nuevo. Se levantó y echó a correr por la calle hacía su casa. Subió los escalones de piedra notando que las piernas se hundían en la piedra como si fuera cera caliente –Yûhi!- lo llamó preguntándose si estaría bien sujetándose a los escalones y hundiendo los dedos en ellos tratando de seguir subiendo.

- ¿Sanji? ¿Qué haces? – Kyo se rió detrás de él, observándolo gatear por los escalones y preguntándose ahora qué estaría pensando de veras. – ¿Cómo es que no estás con tu novio?

-¿Qué?- Sanji se quedó parado en los escalones preguntándose qué carajos estaba haciendo allí agachado ¿acaso no se había estado hundiendo ahora mismo? Claro que no, eso era una estupidez. Se levantó volteándose y lo miró a los ojos -¿Cómo? Estaba trabajando… tú me trajiste aquí ¿no? No sé, no entiendo nada… - se rió aunque estaba un poco desesperado –Además… eres tú quien no viene a verme ya…

- No, yo acabo de llegar. ¿Estabas soñando? – ladeó la cabeza confundido, de pronto sintiendo que algo no estaba bien, pero desechando la idea, y acercándose para sentarse a su lado. - ¿Por qué querrías que viniera a verte? Ahora tienes a Yûhi, yo estaría en el medio.....

-¿Por qué?- lo miró a los ojos sintiéndose realmente extraño –Yûhi es Yûhi y tú eres tú, no tiene nada que ver una cosa con la otra… creía que éramos amigos… - se rió apoyando los codos en las rodillas y cruzando las manos.

Kyo le sonrió, extrañado de que le dijera eso. Y bajando la cabeza, mirando el concreto bajo sus pies. – Pero a Yûhi no le gustaría. Además, necesitaba separarme de ti.

-Bueno, pero Yûhi es mayorcito para saber que eso sólo es una bobada y si no lo sabe… acabaría comprendiéndolo. Tú me ayudaste mucho cuando más lo necesitaba, no me voy a olvidar de ti…- levantó un brazo pasándoselo por los hombros y acercándolo a él.

- Aún creo que debería regresarte esa foto.... aunque tal vez necesite chantajearte algún día – se rió, apoyándose en él y extrañamente hundiendo los dedos en el concreto sonriendo. – Sí es un sueño.....

Sanji se rió acariciándole el hombro aunque seguía observando cómo sus dedos se enterraban ilógicamente sin extrañarse –Tal vez sea un sueño, pero seguirás siendo mi ángel cuando me despierte.

- Y es por eso que necesito alejarme de ti. – le tapó los ojos, poniéndose de pie.- ¿Estás ciego? – los destapó de nuevo, sonriendo tristemente. – Guardé tu foto, y tengo miedo de regresar.

El moreno lo miró levantándose y guardándose las manos en los bolsillos sin saber muy bien lo que sentía por él, pero notaba un terrible vacío en el estómago como si tuviese ganas de vomitar -¿Y qué hay de Taiga? Creía que estabas con él ahora…- se apoyó en el pasamanos mareándose.

- Taiga es maravilloso – le respondió sonriendo de otra manera ahora. – No pienso en ti cuando estoy con él, casi nunca. Pero me asusta. Y me asusta estar cerca de ti también. – le sonrió, contradictoriamente acercándose y tocándole los labios. – Puedo estar así ahora porque es un sueño, no eres real.

-No… sí lo soy…- tragó saliva poniéndose rojo y sintiendo que temblaba un poco. Se rió bajando la cara y pasándose el dedo por el puente de la nariz –No… tú sí me das miedo a mí… - subió un escalón como huyendo aunque no lo hacía adrede.

Kyo se rió, cambiando su expresión por completo ahora, volviendo a ser el de siempre. - ¿No que soy tu ángel? ¿Me quieres cerca? No, tú no me quieres cerca. – le sonrió, bajando un escalón él.

-Sí, claro que te quiero cerca- le sujetó una mano con fuerza para que no fuera a hundirse de nuevo y la apretó, notando que el corazón le iba a toda prisa. Lo miró a los ojos nervioso.

El pelirrojo negó con la cabeza lentamente, como si el tiempo a su alrededor se detuviera. – Sólo estás confundido. Y yo.... yo tengo que llegar a una fiesta – se rió, sin comprenderse ni él mismo, pero soltándole la mano y echando a correr.

-No, Kyo… espera!- el moreno echó a correr y se quedó parado observando a Taiga delante de él mirándolo a los ojos, completamente serio –Taiga…- el moreno sonrió como sólo lo había visto unas pocas veces antes y Sanji se dobló por el estómago cayendo contra él. Se llevó la mano al estómago notando que lo había atravesado con algo metálico.

Abrió los ojos en la oscuridad, de nuevo otro sueño de esos… el corazón le galopaba a toda prisa en el pecho pero no se movió del lugar. Se quedó viendo al techo sin ser capaz de mirar a Yûhi, tenía ganas de vomitar.

El pelirrojo abrió los ojos, sentándose en la cama temblando. No estaba seguro de nada, pero sabía que había soñado con Sanji y ahora.... ahora estaba llorando. Se cubrió el rostro, tratando de no hacer ruido.

El moreno a su lado, se subió, apoyándose en un brazo, observándolo sorprendido. - ¿Sucede algo?

- No- Kyo negó con la cabeza, apenas bajando las manos por su rostro, sólo para mirarlo. – Tuve una pesadilla, es todo. ¿Me abrazas? – le pidió, intentando actuar calmado y el moreno sonrió, acostándose de nuevo y extendiendo el brazo para que se acercase.

Taiga levantó la cara de sus brazos, apoyado en la barra del bar y apoyó las manos en el mármol acristalado notando que el corazón le iba deprisa. Se miró las manos viendo sangre y se sobresalto inmediatamente percatándose de que no era así pero recordando. Apretó las mandíbulas y pasó el brazo por la barra tirando con varios vasos. Sacó la cazadora de cuero del colgador, tirándolo al suelo y salió del Púb subiéndose a la moto como si no hubiera otra cosa en el mundo.


 
 

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