.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 39- Down By The Lake, Where Love Blooms Eternal


Samael salió del lago sacudiendo las alas y haciendo que el agua que resbalaba por ellas se desprendiese del azabache de sus alas. Alzó la vista al sol anaranjado del atardecer vistiéndose de nuevo y soltándose el cabello para que cayese libre sobre su espalda y se quedó de pie observando el horizonte pensando en que la tierra se había convertido en un amasijo grotesco de metal y piedra -Ya era hora de que regresases…- dijo notando la presencia de Auriel -Has estado con los humanos… ¿para qué derrochas tu tiempo en ellos?

- Así que lo sabes..... – sonrió el ángel replegando sus alas tras él para acercarse. – Sabes que me agradan los humanos. Creas lo que creas, hay mucho que vale la pena salvar. Y a veces, todo lo que necesitan es que alguien les diga unas cuantas palabras. ¿Me extrañaste? – lo rodeó con sus brazos, besando suavemente sus labios.

- Era una suposición… De todos modos, era obvio que estarías con ellos, no entiendo tu fascinación por ellos, sólo son imitaciones…- suspiró cansado de aquella discusión regresándole el beso reteniéndolo contra sus labios y deslizando la lengua entre ellos un momento retirándola de nuevo, mirándolo fijamente -¿Me ocultas algo?

- ¿Empiezas a dudar de mí? – le contestó, sonriendo inocentemente, desviando un poco su respuesta, y añadiendo luego. – No son imitaciones, cada uno es distinto de los demás.

-Jajaja ¿Cuándo confié en ti? No puedo hacerlo cuando tú mismo reconoces con tus actos que lo amas a él mas que a mí, Auriel, eres un chiquillo- finalizó cortante de pronto abandonando el tono jovial -Pero todos son imitaciones de las imitaciones del creador ¿podría ser más bajo un ser?

Auriel lo miró serio, severo por unos momentos. - Samael.....si cualquier otro demonio me hablase así, estaría fúrico, pero..... – sonrió de pronto volviendo a su actitud habitual. - ....no puedo enfadarme contigo, es imposible.

-Auriel si otro ángel estuviese a esa distancia de mí ya lo habría matado…- el moreno lo miró a los ojos como carente de expresión. Se echó adelante abrazándolo con firmeza, deslizando las yemas de sus dedos por su cabello albino y mirándolo a los ojos nuevamente y apoyándose en la corteza de un árbol -¿Cuánto tiempo más durara este imposible?

- ¿Quién dijo que es un imposible? Yo te amo, el amor debería hacerlo posible, ¿no? – contrarrestó, aunque más serio, apoyando sus manos en la cintura del demonio.
-Sólo si me amas más que a nadie…- el moreno lo miró a los ojos con aquellos ojos dorados escrutando los suyos como si pudiera ver dentro de él -Pero tu amor está muy compartido, muy disperso… entre tantos seres… renuncia a Dios, quédate conmigo.

Auriel le sonrió dulcemente acariciando su rostro con suavidad. – Sabes que no puedo hacer eso, es como pedirte que te conviertas en ángel de nuevo. Además....tengo el presentimiento de que si eso llegase a suceder, ya no sería lo mismo. Tal vez ya no te gustaría tanto.

-Sé que no…- Samael le sonrió, volviendo a su inexpresión habitual y se echó sobre él apoyando la mano en la hierba junto a su rostro, bajando las alas entorno a él y tapando toda luz exterior, observando tan sólo la tenue luz cálida del arcángel -Pero nuestro amor es un abismo… un pozo sin fondo ¿Qué harás?

- No lo sé, ya lo sabrás cuando llegue el momento.....O tal vez sí lo sé, pero creo que deberías averiguarlo por ti mismo. – le respondió sonriendo, contestando de la misma manera enigmática, preguntándose cuanto más podrían seguir así de veras. – Pero el amor no es un pozo sin fondo. Pase lo que pase, siempre es hermoso.

-No, no lo es cuando el amor se convierte en ansiedad y desesperación, entonces ya no es hermoso. No es hermoso cuando se acaba y no es hermoso cuando no es correspondido, entonces sólo hay dolor, te amo- el moreno separó dos pares de alas abriendo paso a la luz -¿Y si hubiese una nueva guerra entre el cielo y el infierno? ¿O si Lucifer me ordenase acabar con los humanos? ¿Me matarías? ¿Dejarías que me matasen o me dejarías matarlos?

- Siempre me haces este tipo de preguntas.... – protestó con una mirada, claramente adolorida. – Sabes que tendría que defenderlos a ellos, pero......yo jamás sería capaz de matarte, no lo creo. ¿Lo harías tú, me matarías, Samael?

-Mataría a los ángeles y a los demonios y me quedaría sólo contigo- lo miró a los ojos fijamente -No hay más ley que la que yo me dicto, no lo crees… te veo como un cordero…

- Te amo..... – susurró serio, sonriendo luego como era habitual en él. - ¿No te parece perfecto que no haya ninguna guerra entre nosotros?

-No, ojalá la hubiera, así vería de una vez si me eliges a mí o a ellos, ¿conoces el cuento de esas esposas que aman más a sus hijos y descuidan a su marido?…- le pasó la mano por las plumas acariciándolas y desatando el trenzado en su espalda, descubriendo su pecho y depositando un solo beso entre sus pectorales.

- Yo creo que ya sabes la respuesta a eso, sólo esperas que yo te la diga, ¿no? – le sonrió, acariciando su cabello y enredando sus dedos por las hebras, dejando que resbalasen entre sus manos. – Yo no te he descuidado, aunque apreciaría que no me llamases esposa... – se rió, bromeando en realidad.

-Era una metáfora y desde luego no te comparaba con una mujer…- el moreno siguió con la mirada clavada en sus ojos besando su pecho y recostando la cabeza sobre él -Si no fueras tan puro… no te amaría tanto… ¿entonces por qué me siento tan torturado Auriel? ¿Por qué no nos matamos el uno al otro y nos unimos de ese modo? No… eso también es un pecado…

- No nos llevaría a ningún lado....lo sabes – respondió, ya sin sonreír, girando la cabeza para observar el pasto alumbrado por la cada vez más tenue luz rojiza. – Yo te amaría, sin importar lo que hicieras.

-Sí… nos llevaría a que tú fueses condenado al infierno por matar… y ya no podrías ser un ángel… o tal vez sí por haberme matado a mí…- sonrió besando su piel y apoyando la cara en su mano, reposando el peso en el codo y observando el rostro de Auriel -Eres tan hermoso…- deslizó las yemas de los dedos por su rostro, observándolo con una sonrisa sincera -Te amo tanto… sólo déjame besarte hasta que caiga la noche… entonces podrás ir a atender a tus humanos de nuevo…

- Me encanta cuando me miras así... – susurró, sonriéndole de nuevo, observándolo, recorriendo su rostro con la mirada, y acariciándolo de nuevo para deslizar sus manos por su espalda, atrayéndolo hacia sus besos.

El demonio sólo se inclinó llevado por él, besándolo y abrazándolo, acariciando el nacimiento de sus alas. Lo amaba tanto que habría hecho casi cualquier cosa por él.


 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro, solo tienes que presionar en Hansa.

foro yaoi

angel and devil yaoi angel and devil yaoi angel and devil yaoi      

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back