Capítulo 11- Legend
Yasu se sentó en la cama, apoyando la espalda contra la
pared, observando al albino dormir y sonriendo. Dormía con
la misma actitud con la que hablaba. Se llevó dos dedos a
los labios, fumando un cigarrillo imaginario por jugar.
-¿Podrías no moverte en la cama como un elefante?-
preguntó, frunciendo el ceño tras abrir tan sólo
una rendija de un ojo, mirándolo y girándose de lado
en la cama -¿Qué haces?- sonrió levemente porque
trataba de evitarlo.
- Fumando, ¿quieres uno? – le sonrió, sacando
una cajetilla imaginaria también e ignorando sus quejas de
antes.
-Sólo si tienes un culo follable en el bolsillo…-
se giró de espaldas para reírse, pensando que estaba
loco si creía que era normal reírse en una situación
así. Ya no sabía ni qué pensar de nada, ni
siquiera cuanto tiempo llevaban ahí encerrados –¿Fumabas?
- No, pero debí hacerlo – suspiró, aún
sonriendo. – Si hubiera sabido lo que iba a suceder, no me
hubiera cuidado tanto. Apuesto a que tú sí fumabas.
- Sólo canutos…- lo miró a los ojos volteándose
de nuevo hacia él –Y dime… ¿te habías
follado ya a tu dama? ¿O también debiste habértela
follado de saber que hubiera sucedido esto?
- Sí, le hice el amor. – sonrió, cambiando
la palabra. No era lo mismo. – Siento romper tu ilusión,
si pensabas que era un virgen.
-¿Pero te falta un tornillo?! Mira que eres marica…-
el albino se pasó la mano por el cabello negando un poco
con la cabeza –Sólo quería saber cuan infeliz
ibas a morir… tsk…- se levantó de la cama y se
paseó por el cuarto contrariado por estar ahí encerrado
–Igualmente te dirás… Si hubiera sabido lo que
iba a suceder, no hubiera sido fiel…- se rió con algo
de maldad -¿No querrás morir pensando que sólo
has probado a una? No tienes ni para comparar…
- Y ¿eso qué? Yo fui feliz con ella. – lo miró
ir y venir por la habitación, parecía un animal enjaulado.
Claro, que lo comprendía.- ¿Con cuantas te acostaste
tú? Y ¿con cuantas fuiste feliz?
-No sé con cuantas ¿crees que lo apuntaba en mi diario
de Melody como tú?- trató de abrir la puerta, pero
como siempre, estaba cerrada y apoyó la espalda contra ella,
más bien dejándose caer contra ella bruscamente -¿Que
si fui feliz de qué? Fue un buen polvo y eso me hace feliz.
- Eso no es ser feliz, es quedar satisfecho. –continuó
mirándolo sin moverse de su lugar, no veía para qué.-
¿En qué momento eras más feliz?
-Cuanto tocaba en un escenario…creía que ya había
quedado claro cuando te dije que era lo que echaba de menos…-
se pasó las manos por el cabello echándoselo más
hacia atrás de lo que siempre lo llevaba de por sí.
-¿Has notado que no te crece el pelo?
En efecto – sonrió, pasando la mano por su propio
cabello como acto reflejo. – Y no creo que tengan servicio
de peluquería nocturno... – se rió, colocando
los pies en el suelo.
-Y si lo tuvieran, seguro que nos raparían el pelo…-
se impulsó un poco para separarse de la puerta y se quedó
de pie frente a él, pisándole un poco el pie con el
suyo y empujándole la frente con un dedo. Igualmente tenía
cara de querer matar a alguien.
Yasu suspiró, sujetándole el dedo y alzando un poco
el pie para hacerlo caer, sonriendo un poco. – No soy amish.
-¿Eh?- se echó hacia atrás para no caerse
y tiró de la mano para deshacerse del agarre, conteniendo
una sonrisa -¿Por qué dices eso de los amish? No tengo
ni zorra de amish, sólo que van a caballo y son un coñazo…
-.... y les está prohibido luchar de vuelta. – le
sonrió, recostándose hacia atrás.
-Pf… qué anormales…- el albino alzó una
ceja –Cuando salga de aquí, me pasaré por amishlandia
a pegarles a todos de hostias para sacarme la mierda de dentro…-
saltó a su lado en la cama y lo miró de soslayo -¿Alguna
vez has pensado en qué sucedería si salieses? Con
qué ibas a encontrarte…
Yasu dejó de reírse ante la ocurrencia de Ray, para
mirarlo a los ojos. - ¿Qué quieres decir? Pues...
con el mundo. Probablemente todos se lleven una sorpresa si me vuelven
a ver.
-Con el mundo…no me refiero a eso… me refiero a que
siento que si algún día salgo… ya no habrá
sitio para mí en el mundo…- se mordió el dedo
mirando hacia la pared contraria.
- Eso es una tontería. Siempre habrá sitio para ti
en el mundo, para comenzar de nuevo...- se sentó recto de
nuevo sin dejar de observarlo, sonriendo un poco más ahora.
– Y ¿tú, Ray? ¿La leyenda de la música
que desapareció sin dejar rastro? ¿Tienes idea de
cuantas entrevistas te querrán hacer? Las ventas de tus discos
se irán al cielo.
-Tal vez si fuera el cantante, ahora ya tendrán a otro
guitarrista… y aunque me vaya a otro grupo… no quiere
decir que vaya a triunfar también, es más… seguro
que no- se mordió la uña de nuevo y escupió
un trozo, frunciendo un poco el ceño para ocultar que se
le hacía deprimente pensar en todo eso. Lo miró de
soslayo y se levantó para sentarse en su cama de nuevo -¿No
te da miedo eso? Que cuando salgas ya no tengas nada…
- Ya no.... lo he aceptado. Incluso si logro salir, sé que
no tendré nada. -bajó la mirada suspirando. –
Y claro, si lo tengo, entonces será mucho mejor, ¿no?
De todos modos, yo creo que triunfarías, Ray. Tienes esa
personalidad adorable.... – sonrió.
-Calla… a ti parece que te gusta…- le lanzó
la almohada y luego se dejó caer sobre el colchón
así atravesado como estaba –Te he oído gemir
mi nombre mientras te haces cosas bajo la sábana… Al
parecer tú también has sustituido a alguien en tus
fantasías al menos…
- Demasiado tiempo viviendo con tu hermoso cuerpo... -se rió
el chico sujetando la almohada entre sus brazos. – Pero lo
digo en serio. Acerca de que triunfarías.
-Eso no se sabe… importa más la suerte que la calidad…
incluso el estar bueno o no cuenta… hay tipos mejores que
yo… pero no tienen una personalidad y una polla como la mía…-
se tapó la cara sonriendo de medio lado y luego se dio una
palmada con ella –… me voy a volver loco…
- Descuida, yo ya lo estoy. Y te ves como una estrella –
le guiñó un ojo, sonriendo aún.
- … una muerta… prefiero no hacer otras comparaciones
de las que después tenga que avergonzarme…
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