.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 47- Stalking Ghosts and Problematic Relationships

- ¿Ian? ¿Estás aquí? – Toshihiro tocó en el marco de la puerta del gimnasio, entrando de todas maneras. Había pensado esperar hasta que subiera a su cuarto, pero no tenía clases ahora y sabía que el rubio tampoco.

-Sí…- se levantó de la silla del despacho donde había estado mirando un esquema de los músculos sin prestarle atención realmente y salió al gimnasio, observando al profesor –Si quieres pasar y sentarte… tengo cerveza… aunque sé que no es el lugar para tenerla…- adelantó la bronca.

- Para nada, Ian... se supone que le des un ejemplo a los chicos... – le sonrió, pensando que no tenía remedio, y pasando al interior de su despacho. – Quería hablar contigo, pero primero, ¿qué fue esa llamada por la mañana? Se escuchaba como si estuvieran demoliendo algo tras de ti.

-No me creerías si te lo contase… así que digamos que había un terremoto en mi cuarto…- sonrió apoyando las manos sobre sus rodillas tocando la tela del chándal y colocando mejor la otra silla para que se sentase Toshihiro. Pasándole una lata de cerveza de todos modos –Luego ya las subo a mi cuarto sensei… me enmendaré…- sonrió un poco más pensando que no tenía posibilidad de enmienda.

- Claro... – sonrió, abriendo la lata de todas maneras, la necesitaba. – No creerías las cosas que soy capaz de creer, por cierto. – bromeó a medias aunque tampoco tenía muchos deseos de hablarle de Yudai.

Ian sonrió alzando una ceja preguntándose si habría tenido algún encuentro también y por eso quería hablar con él –Si es porque has visto niños en ropa de pijama de hospital en tu cuarto… no te cortes en hablarme de ello…- le dio otro trago a la lata observando los ojos del rubio.

- Bueno, yo no los llamaría niños.... – lo miró sorprendido, aunque no era eso de lo que había ido a hablar. - ¿Tú también?

-Sí… bueno… niños... eran chicos, muy monos por cierto…- apoyó la cabeza contra el respaldo.

- Creo que nos visitaron distintos tipos de fantasmas. – sonrió, relajándose un poco y bebiendo de la cerveza. – Lo digo porque los que yo vi.... parecían ser más adultos. Tal vez uno no, pero está lejos de ser mono. – suspiró, pensativo. – Sé que hay un niño pequeño también.

-Que lástima…- el rubio giró la lata pensando en Hisaki y cómo se había puesto, pensando en que no quería ni imaginarse un niño -¿Era por eso que querías hablarme? ¿Te ha sucedido algo con ellos?

- No, sí... pero no era por eso... – sonrió, enrojeciendo, pensando que se moría si tenía que contarle eso. – Es sólo que tengo uno de esos días en los que nada parece salirte bien. Perdona si te molesto, sólo pensé... que sería agradable hablar con alguien.

-No, al contrario… yo también tengo uno de esos días… desde hace un año…- se rió aunque no tenía muchas ganas y estrujó la lata abriendo otra y pasando el dedo por la abertura antes de dar un trago –Aunque hoy es uno de los días remarcablemente peores… debe haber luna llena…

Toshihiro se rió, observándolo. – Es tonto, ya sé que es un trabajo difícil, no vine de vacaciones, pero a veces.... ¿te sucedió algo?

-No mucho… lo de siempre supongo… sólo que esta vez… - sonrió mirándolo –Es algo infantil…

- Puedes decirme lo que quieras, somos amigos, ¿no? – dejó la cerveza sobre el escritorio.

-Me gusta uno de los reclusos…- lo miró encendiendo un cigarro y observando la llama después mientras dejaba salir el humo –Somos amigos…

Toshihiro suspiró, recostándose contra el asiento. - ¿Uno de los chicos? Eso es peligroso, Ian....

-Es nada…- sonrió girando la lata con los dedos, observando cómo dejaba una marca de agua en la mesa –Por desgracia… no es como que yo le guste, o al menos no tanto como otro…

- Es en serio, ¿eh? – preguntó, observando su rostro. No era bueno ocultando cosas, o al menos, no tan bueno como él parecía creer. - ¿Le has dicho algo acaso?

Ian suspiró y lo miro de soslayo –Le he dicho todo… demasiado incluso… ah…- se pasó la mano por la frente recostándose en el respaldo y cerrando los ojos –Soy tan imbécil… me ofreció ir a verlo esta noche y yo en lugar de aprovecharlo… y ser un poco maduro, ir a verlo, fuera como fuese y tratar de llegar a él… no… Yo cojo, discuto con él sin motivo que es lo peor… tiro la toalla a los dos segundos por segunda vez, encima se lo digo y por si fuera poco, luego le mando al otro capullín para que lo haga sentir bien…ag… Odio mi vida…- se tapó los ojos con una mano conteniéndose el pegarle una patada a la mesa porque estaba Toshihiro –Necesito emborracharme y echarme un polvo… encima creí que me decía “no puedes hacer algo por tu cuenta” en plan… “a mí qué me dices, apáñatelas…” y… no se refería a eso…e intentó explicármelo y no entendí nada hasta ahora… me odio…- apartó la mano y se quitó el cigarro de los labios para mirar al otro profesor –Estoy harto- sentenció después bebiendo y preguntándose si el pobre Toshihiro habría comprendido algo de semejante discurso.

- No seas tan duro contigo.... – le sonrió el rubio pensando que iba a mil, pero suponía que no era el momento para sonreír tampoco, luego iba a pensar que se reía de él. – Yo soy realmente malo para las relaciones, así que supongo que por fuerza, debes ser mejor que yo. – suspiró, girando la lata sobre la mesa. – Mira, como profesor, tengo que decirte que... esto puede traerte problemas, y a él también. Incluso si nadie se entera, puede opacar tu juicio en cuanto al chico como alumno, como.... – se detuvo porque no le gustaba llamarlos presos ni nada parecido. – Pero como amigo, no creo que deberías rendirte tan rápido. Si te invitó a su habitación, en lo que espero sea un intento de hablar en privado... no puedes estar tan mal. ¿Confías en él? – lo miró serio de pronto, preguntándose si no sería algún juego de los chicos.

-No lo conozco lo suficiente como para confiar en él… ¿pero qué va a hacerme?- se sacó el cigarro de los labios suspirando –Sé que no va a acusarme con la directiva ni nada así… no soy capaz de creerme eso de él…y… sinceramente… por lo demás no me asusta…- giró la piedra del mechero prendiéndola varias veces y mirando la llama, observando después al rubio –No te pongas así… soy muy bueno haciendo cosas malas… no voy a meterme en problemas… ¿Cómo podrían enterarse?... Aunque de momento no haya nada de lo que enterarse… ni creo que lo haya… pero haciendo suposiciones…

- Bien, confiaré en ti y tu capacidad de hacer cosas malas entonces – se rió, viéndolo más animado. – Yo en cambio, tengo el problema opuesto, alguien que... por nada del mundo parece rendirse. – le confesó, alentado por la cerveza y el ambiente de intimidad.

-¿Quién es ese?- sonrió mirándolo y bebiendo un poco más, sujetando el cigarro entre los dedos que mantenían la lata colgando.

- Pues... no te mentía cuando te dije que sería capaz de creer cualquier cosa. Es un fantasma. Aunque anoche me preguntaba si no me estaría volviendo loco... – se rió, bebiendo un poco más de cerveza.

-Un fantasma te acosa…- se rió mirándolo –Lo siento… lo siento… es que es gracioso…- carraspeó un poco antes de beber un poco más –Pero… ¿Es algo incómodo? Puedes dormir conmigo si quieres… a mi cuarto sólo vienen fantasmas inofensivos… lastimosamente…- puso cara de suplicio aunque bromeaba.

- Tonto, claro que es incómodo, pero... no sé. – suspiró. – Creo que quiero verlo de nuevo, ¿es eso extraño? Sí, claro que es extraño....

-Bueno… no… es agradable ver que alguien se interesa por ti, tanto que no se rinde le digas lo que le digas… eso es que realmente le interesas… además… hay que ser muy fuerte para aguantar que te manden a freír espárragos y volver a intentarlo… el orgullo sufre…- sonrió bebiendo otro poco –Yo soy muy malo en esto…

- Creo que podría estarlo apuntando con un arma, si estuviera vivo claro, y aún así no se iría. Es muy persistente. – sonrió, mirándolo. – Y tú deberías serlo un poco más. Después de todo, ahora estás enseñando en un reformatorio. Y créeme que la persistencia es importante.

-Ya…- lo miró a los ojos y suspiró con fuerza, bajando la vista, dejando salir el humo entre los labios entreabiertos –Pero es que sé que le gusta otra persona… y sé que esa persona es Arn… no es sólo que le guste… sé que son más que amigos…

- Oh, ¿estás hablando de Soren? – preguntó, recordando cómo se había puesto de pie el día anterior. Al menos, ya sabía que no era ningún juego, no era esa clase de chico, y mucho menos se iba a asociar con otro. – Es una situación problemática....

-No, es una mierda….- se rió por su forma de calificar la situación –Un asco… - se echó atrás en el asiento entrecerrando los ojos mientras le daba una calada al cigarro –Por si no fuera poco con que me guste un niño… encima…¿tengo que compararme con uno? Estoy perdido… y cascado… -se rió mirando a un lado –Yo sé cómo es Arn… sé que no lo duda cuando va a dar un paso… lo da y punto, sea lo que sea… y yo… solía ser así… pero estoy amargado…- pasó la lengua por el filtro del cigarro, moviéndolo un poco -¿Y tú? ¿Cómo estás tú?- lo miró a los ojos sonriendo levemente.

- Aún no estoy amargado – le sonrió de vuelta, deseando ayudarlo. – Sólo confuso y decidido, si eso tiene sentido. Y hablando de Arn, tuve un problema con él hoy. En realidad venía a hablarte por eso.

-Hum… antes me dijiste que sólo te apetecía charlar un rato porque tenías un mal día y somos amigos…- giró el cigarro entre los dedos, mirándolo a los ojos –No tiene mucho sentido… y ya sé sobre Arn… él vino a contármelo… pero me parece normal… yo le habría molido a palos de vuelta…- sonrió de medio lado.

- No le des esos consejos por favor, sabes por qué está aquí.... – lo miró un poco más serio. – Sabes que no puedo permitir algo así en mi clase, y tampoco quiero que ocurra fuera. Rein es... le gusta causar problemas, por más que no quiera decirlo. Pero al final del día, él estará bien. Así que el que me preocupa es Arn.

-No le di ningún consejo… sólo lo escuche… y luego le dí una pomada para el hematoma… ¿crees que a estas alturas él se creería algún consejo pedagógico de mis labios? Algo como… “es mejor que lo ignores, sólo será peor para ti… o sólo ganarás más tiempo aquí y unos golpes…” Él sabe que algo así no saldría de mis labios… aunque sea verdad y como ya te he dicho… no sabe controlarse… no hay nada que yo pueda hacer… salvo agarrarlo… - se rió mirándolo igualmente –No me preocupa… sabe cuidarse… y si no… tal vez aprenda con la terapia de choque… que a veces es mejor pasar de todo…

- Yo preferiría evitar incidentes mayores. Es la razón por la que enseño, para ayudarlos, no para dejar que se estrellen solos. Eso lo pueden hacer sin mí – suspiró, apoyándose un poco en la mesa. – Siempre actúan así.... Confieso que a veces me gustaría tener al menos un estudiante que comprendiese que no lo estoy engañando...

-Arn lo comprendería si se lo dijeras y luego te diría algo como “pero no puedo evitarlo” y se largaría…- se rió pasándose las manos por el pelo y soltándoselo –No me hagas mucho caso, he bebido bastante… pero intentaré hablar con Soren cuando suba a mi cuarto…

- Bien.... – sonrió, pensando que más bien el chico no había confiado para nada. – Y yo trataré de hablar con Arn de nuevo, en cuanto todo esto haya pasado.... Aunque te parezca inútil.

-Es inútil que yo lo haga… no he dicho que sea inútil que lo hagas tú…sensei…- sonrió levantándose y recogiéndose el cabello, inclinando un poco la cabeza hacia atrás –Voy a hablar con Soren… antes de que el alcohol me llegue al cerebro…- se rió con el cigarro sujeto entre los labios, apartándolo y apagándolo en el cenicero mirando al otro profesor y apoyándole la mano en la cabeza, pegándolo a él aunque estuvieran uno sentado y el otro de pie, abrazándolo extrañamente –Eres un buen amigo…

- Tú también, Ian.... Pero no traigas más cervezas al gimnasio... – se rió, un poco rojo, pero dejándose abrazar, pensando que si aún no le había llegado el alcohol al cerebro, entonces cuando le llegase quedaría inconsciente. – Me alegro de poder hablar contigo. – confesó de todas maneras.

-Yo también sensei… eres todo un ejemplo de conducta para mí…- se rió agachándose para besarle el pelo antes de hacerlo levantarse con él por las manos –Vamos… la próxima vez tendré las cervezas escondidas tranquilo… -“en el gimnasio igualmente” meditó sonriendo de medio lado.

- Eso no fue lo que dije... – sonrió, mirándolo con sospecha, echando a caminar. No tenía remedio. Ian riéndose como confirmando sus sospechas.

 
 

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