Capítulo 109- Take a Deep Breath
and Open Your Eyes
- ¿Qué fue eso? – Toshihiro giró el
rostro, dejando la carpeta con la tarea del día sobre la
cama. Parecía como si algo muy grande se hubiese caído
afuera en el pasillo. Seguro era uno de los chicos correteando.
Se sentía mucho más relajado desde la noche anterior.
Se inclinó, besando al rubio que estaba sentado observándolo.
– Se me va a hacer tarde.
-Pues es igual… todo el mundo puede retrasarse, incluso tú…
al menos si es para estar conmigo, sensei…- lo rodeó
por el cuello con los brazos, besándole los labios antes
de levantarse –Iré contigo… pienso estar contigo
todo el día…- sonrió levemente, calzándose
y pensando que hasta ahora cuando se vestía sentía
que iba en pijama, era extraño sentirse “vestido”
de nuevo. Se sentía bien, como no…
- Bien, pero no te portes mal, por favor... – le sonrió
con dulzura, no fuera a enfadarse, abriendo la puerta para salir
al pasillo. Estaba oscurecido. Tal parecía que hubiesen olvidado
encender las luces.
-No hace falta…- el rubio se quedó a medio frase al
observar la oscuridad afuera y salió por delante de Toshihiro.
Sujetándolo con él, estirando el brazo hacia atrás
para coger su mano. Se giró hacia el cuarto sin notar nada
extraño, alzando la vista y observando el techo oscurecido
como si hubiese una gran mancha de humedad sobre él, extendiéndose
poco a poco. Ese pasillo no era el del reformatorio, pero quedarse
en el cuarto no parecía que fuera a ayudarlos.
Una de las rajas en el techo sonó crepitante y de nuevo
otro golpe que cuarteó más la mancha de humedad. El
rubio lo sacó del cuarto mirando por el pasillo, pensando
a dónde llevárselo que pudiera estar medianamente
seguro… ¿por donde se salía de ese ala del hospital
al reformatorio de nuevo?
- Yudai... tal vez si bajamos las escaleras... – sugirió,
nervioso el profesor, dejándose guiar por él. No iba
a permitir que sucediera lo mismo de nuevo. El techo sobre ellos
empezó a rajarse, emitiendo un sonido grave, como el que
precede a un temblor.
-Hay que salir de este ala…- le explicó el rubio pensando
en bajar las escaleras y a donde te llevaba –Vayamos hacia
el gimnasio…- le sujetó la mano con fuerza caminando
deprisa por los pasillos hacia las escaleras como había recomendado
el profesor. Aquellos ruidos incesantes sobre sus cabezas no podían
dejar de hacerle mirar arriba cada dos por tres, ¿Qué
pasaba ahí? ¿Acaso en el piso de arriba no estaban
las antiguas habitaciones?
- Espero que no haya nadie más aquí... –murmuró
más como rogando, y consolándose en el hecho de que
iba tarde. Seguro todos ya habían bajado. Se detuvo un momento,
girando la cabeza al escuchar pasos tras ellos, pero sin lograr
ver a nadie en aquella oscuridad, volviendo a caminar apresurado.
-No estamos en el reformatorio sensei… esto es el hospital…
claro que habrá “alguien” pero no creo que nadie
pueda ayudarnos…- se quedó en silencio a pesar de seguir
avanzando escaleras abajo, sintiendo aquel sonido que tan bien conocía,
los perros olfateando, caminando despacio con aquellas manos que
apenas hacían ruido al caminar sobre ellas. De entre todas
las cosas que pudieran haberlos seguido aquella noche no se le ocurría
ni una peor.
Escuchó atrás un gran estruendo, el techo abriéndose
por fin, la escayola cayendo al suelo y partiéndose, cayendo
por aquel agujero todo tipo de cosas de los cuartos de arriba. Pero
mejor era pasar por allí que enfrentarse a aquella enfermera,
dio unos pasos atrás –No deberíamos bajar…
- ¿Por.... por qué no? Abajo... estará el
reformatorio, ¿no es así? – preguntó,
claramente asustado, más con el salto que había pegado
al caerse el techo, escuchando aquellos ladridos que reconocía
de la otra noche, y aferrándose a Yudai.
-Porque los ladridos vienen de abajo…- recorriendo los pasos
hacia atrás de nuevo, volviendo hacia donde se había
desprendido el techo. El pasillo estaba casi bloqueado por los escombros,
pero podían subir por encima de estos y tratar de esconderse
arriba en algún lugar. No quería comentárselo
para no ponerlo mas nervioso, pero si el suelo se había caído
así… no quería ni pensar qué habría
arriba.
Se sentía rodeado y no sabía cómo protegerlo.
Apretó más su mano acercándose a la brecha,
mirando arriba a la oscuridad con desconfianza –Ah!... Dios…-
retrocedió de golpe de pronto al sentir que caía algo
al suelo. Giró a Toshihiro hacia él como para taparlo
de la visión del cuerpo de Arn. Sin ser consciente de la
mano que se sujetaba al agujero sobre sus cabezas, la sonrisa formándose
en la oscuridad.
- ¿Qué fue eso? – Toshihiro miró de
todas maneras, su voz saliendo en un hilillo ahogado. – Arn....
– se quedó mirando el rostro ensangrentado y sin vida
del chico sin poder creérselo, los ladridos acercándose.
Una risa inhumana escuchándose desde arriba, haciendo que
el profesor alzase la mirada, saltando hacia atrás torpemente,
al ver las cuchillas que caían en su dirección.
Yudai agachándose y cogiendo unas cuantas sin percatarse
de que se rajaba un poco la mano, sujetando al profesor y tirando
de él, subiendo por los escombros, odiando no saber a donde
dirigirse –Debemos darnos prisa, si nos alcanza ella…
no podremos hacer nada… - escuchó la risa arriba, una
risa nerviosa y desagradable, varios golpes más sobre sus
cabezas mientras corrían, la pintura desprendiéndose
sobre ellos, como si alguien jugara con ellos.
Se sentía un ratón de laboratorio, huyendo por un
laberinto gigantesco que no tenía salida.
Como si algo le leyera la mente, la pintura de las paredes empezó
a descascarillarse, escombros cayendo a su alrededor, impidiéndoles
el paso a cada momento. Toshihiro alzó la mirada una vez
más, sin decir nada. Sabía que los estaban persiguiendo
desde arriba, podía escuchar aquel arrastre vertiginoso,
la risa demente.
-Qué demonios hay ahí arriba…- susurró
el rubio, pegándose debajo de un tabique, como si se tratase
de un terremoto, tratando de pensar un poco, de saber a dónde
huir de algo como aquello. No sabía, no sabía. Se
llevó la mano a la frente, estrujándose un poco los
dedos en el cabello. Su mirada se desvió rápida al
sonido de los escombros rodar desde una de las montañitas,
cayendo, revelando a uno de aquellos perros, aquellas manos humanas,
deformadas por caminar con ellas, la cabeza humana cosida a aquel
cuerpo junto a la del perro, como si fuera un cancerbero horrendo.
Pensó en hacer que el rubio se escondiese en uno de los cuartos
pero era mala idea con aquel ser sobre ellos. No pudo hacer otra
cosa que resistirse al embite de aquel animal horrendo, usando las
cuchillas en su rostro, alzando la mano contraria a la que el animal
mordía para clavarle el bisturí en la cabeza.
Otro perro más saltando hacia ellos, ya escuchaba los tacones
a lo lejos –Sensei… huye…- le pidió, deseando
centrar la atención en él, atacando a otro de los
perros que trataban de acercarse a ellos. Unas manos a su espalda,
descendiendo del agujero oscuro del techo, sus brazos anormalmente
largos, su cuerpo descolgándose a medias por el socavón,
sujetó al profesor, halando de él hacia arriba.
- Yudai! – lo llamó, tratando de zafarse, siendo arrastrado
irremediablemente, la criatura riendo nuevamente, arrastrándolo
por el piso de arriba, golpeándolo contra todo lo que encontraba,
alejándolo de Yudai. Trató de liberarse, arañando
los brazos que lo sujetaban, la piel desprendiéndose con
demasiada facilidad, casi acuosa. Aquella cosa lanzó un grito
ensordecedor, deteniéndose para alzarlo, golpeándolo
contra el techo, atontándolo un poco.
-Toshihiro!- el rubio trepó desesperado por la montaña
de escombros, estos rodando hacia abajo frustrándolo, desesperándolo
aún más mientras los recorría de nuevo a la
desesperada, notando cómo uno de los perros mordía
su pantalón arrastrándolo hacia abajo. Le clavó
el bisturí en la cabeza varias veces hasta notar que lo soltaba
y trepó sus manos sujetándose al borde del techo,
subiendo a la segunda planta.
Se abalanzó sobre aquella cosa sin pensarlo siquiera, saltando
sobre su espalda mientras golpeaba al rubio –Suéltalo!-
le grito ya de forma un tanto incoherente. El metal hundiéndose
en aquella asquerosa piel en su cuello, se pegaba a su ropa, partiéndose,
dejando escapar un suero hediondo.
El ser gritando con el profesor en las manos, zarandeándolo
y golpeándose hacia atrás, aplastando a Yudai contra
la pared hasta que el rubio consiguió reventar su cuello
por completo.
-¿Sensei?…- susurró, vacilante, apartando las
manos de aquel ser de él, observando cómo manaba la
sangre de su cabeza -¿Sensei?!
Toshihiro apenas consiguió abrir los ojos, observando al
rubio a través de un velo de sangre, su voz llegando desde
lejos. – Yu.... – intentó llamarlo, tosiendo
y sintiendo cómo se agolpaba la sangre en su garganta. Sus
ojos se cerraron de nuevo, su mano aferrándose a su ropa,
tratando de regresar, no quería morir. Tenía que permanecer
a su lado, tantas cosas por hacer.... “las clases, voy a llegar
tarde...”pensó ilógicamente, tratando de abrir
los ojos de nuevo, el dolor llenando su cabeza, haciéndolo
gritar a pesar de que él mismo no podía oírse.
Finalmente, todo se detuvo, los pensamientos, las sensaciones, su
pecho cesó de moverse.
-Toshihiro!- el rubio lo sacudió un poco, sintiendo que
le bajaban las lágrimas a borbotones por las mejillas –Sensei!-
lo apretó con fuerza contra él, hundiendo la cara
en su pecho y llorando desconsoladamente. Sabía que estaba
gritando incluso, pero ni siquiera pensaba en algo que no fuese
él –No… sensei…- lo miró de pronto,
su rostro ensangrentado y sin vida. Le acarició una mejilla,
acunándolo un poco involuntariamente. –No puedes morirte…-
susurró sonriendo un poco, besándole los labios y
cerrando los ojos, las lagrimas desbordándose de todos modos
sobre el rostro del hombre, Yudai de nuevo perdiendo los nervios,
sin percatarse de que el edificio entero se remecía con sus
gritos desesperados.
..............
Ian se giró, mirando a Soren al escuchar aquel grito. Lo
sujetó contra él, sintiendo como todo temblaba, como
si hubiera un terremoto y aquel edificio estuviera moviéndose
desde sus cimientos -¿Es… Yudai?- preguntó,
sin ser capaz de comprender si era su voz o no al estar tan desfigurada
por la distancia y la desesperación.
- Yudai! – exclamó Soren al escucharlo gritar de nuevo,
sin duda era él. Y esto era aún peor que cuando le
dijo acerca de su muerte. Tenía que haber sucedido algo muy
malo. – Vamos.... – miró a Ian, esperando que
lo soltase para poder ir en aquella dirección.
-Sí, vamos- el rubio le sujetó la mano, notando el
cambio en el pasillo, ahora más oscuro. Sabía que
estaban en el hospital, ni siquiera sentía necesario comunicárselo
a Soren. Escuchó unos pasos tras él y se giró.
Los seis chicos deteniéndose y observándolos, el
albino alzando un poco la cara mientras los observaba.
-Soren!- Jun lo llamó porque tras haberle ofrecido aquel
chocolate lo había perdonado.
-Jun.... – Soren se giró observando el grupo, a los
chicos y al albino que venía detrás de Jun. A los
demás no los conocía. - ¿Qué está
sucediendo?
- No lo sabemos, acabamos de escuchar el grito – contestó
Hyouden, no muy convencido de que debían ir en esa dirección.
......
Kadem observó a Hisaki, tras notar cómo todo se movía
allí abajo - ¿Qué sucede? Preguntó intrigado,
escuchando aquellos gritos que perfectamente se notaban desesperados
–Vienen del piso superior… dime Hisaki… ¿quieres
huir? ¿O ayudar a quien está gritando?- se subió
las gafas lentamente por el puente de la nariz.
- No, no podemos huir, creo que ese es Yudai además. –
se puso de pie, mirando la puerta una vez más, planteándose
que Yudai estaba muerto, regresaría como siempre al día
siguiente. El lugar se estremeció una vez más, el
chico tambaleándose, sopesando entre sus miedos y la simpatía
que sentía por el rubio, decidiendo. – Vamos a ayudarlo,
a mí me gustaría que me ayudaran.
-Está bien… - suspiró, subiendo con él
hacia la parte de arriba del hospital ya que de allí venía
la voz. En su opinión, debían haberse ido. No le apetecía
morir de nuevo y Yudai estaría perfecto al día siguiente
pero no deseaba que el chico se sintiera mal después.
………..
El rubio se levantó, el movimiento crepitante deteniéndose
de pronto, cargando al profesor en sus brazos descolgado sobre ellos,
sus manos abiertas manchadas de sangre. Ya no sabía ni qué
estaba haciendo, sólo caminaba con él, llevándolo
como si de algún modo pudiera recuperarlo por conservar su
cuerpo
…………..
-Se ha detenido…- Wolf miró a Hyouden y luego a los
demás –Creo que deberíamos separarnos…
y buscar una salida, intentarlo de nuevo…
- Me parece una buena idea, el que encuentre una salida les avisará
a los demás. – concordó Hyouden, sintiendo esa
idea mucho más razonable.
- ¿Y Yudai? – preguntó Keika preocupado, sin
aceptar del todo.
- No le pasará nada, sabe cuidarse. – le contestó
el albino, seguro de que tarde o temprano, se lo encontrarían
por allí.
- Y ¿qué hay de nosotros, eh?
Yasu miró al pelirrojo, sonriendo, por esa cara de agresividad.
– Les aconsejo que hagan lo mismo. También tienen que
salir del hospital ¿no? Y la verdad, creo que deberían
salir de este edificio, sin importar las reglas....
-Eso está claro- el rubio miró al chico sonriendo
un poco con cara de que no pensaba respetar ninguna norma en esos
momentos –¿Pero cómo sugieren que nos avisemos
si alguien consigue salir?
Wolf se pasó la mano por la cara pensando –Veamos…sólo
se me ocurre confiar unos en otros… que nadie salga sin esperar
a informar al resto…- miró a Ray como si no confiase
en nadie menos que en él
El albino se encogió de hombros sonriendo de medio lado
-¿Y la salida atravesando la cocina? ¿Por qué
no la usamos?
El edificio entero se remeció de nuevo causando estruendos,
Ian observándolos nervioso, ellos morirían, no era
la misma situación –Sea como sea, decididlo de una
vez.
- Bien, ¿qué tal si ustedes cuatro van juntos hacia
allí? Nosotros iremos al lobby de nuevo y.... – Hyouden
miró a su alrededor tratando de buscar una solución
a aquello, pero no pensaba separarse de los otros, ni de Wolf. Y
por otra parte, tampoco confiaba en Ray y a su novio no lo conocía
de nada.
.......................
- Yudai! – lo llamó Hisaki, observándolo de
lejos. Llevaba a alguien en los brazos. Echó a correr hacia
él, llevando a Kadem consigo. – Yudai!
El rubio lo miró a los ojos con cara de estar furioso además
de destrozado –Lo han matado… lo han matado!- gritó
después. Kadem observándolo fijamente.
-¿Quieres vengarte?- preguntó el moreno, al observar
sus ojos, pasando de pedirle que se tranquilizase.
-No… quiero que me lo devuelvan!- se partieron varios cristales,
rajándose y cayendo al suelo.
-Tal vez aún esté aquí… como nosotros…-
sugirió sin alterarse, apartándose el flequillo del
rostro.
-Lo quiero vivo! Él estaba vivo! Iba a cuidar de él…-
lo apretó contra su cuerpo, besándole el rostro, acunándolo.
Hisaki se quedó en silencio, observándolo, conmovido.
– Si aún está aquí, todavía puedes
cuidar de él. Vamos a buscarlo, Yudai....
........................
- Creo que debemos dividirnos en tres grupos. No tienen por qué
desconfiar.... – Yasu los miró enseriándose.
Sería una tontería quedarse allí y arruinar
la oportunidad de salir, solo por esas dudas infundadas.
-Bien… en el gimnasio hay una salida… vayamos allí…
y punto… ¿Qué tal eso? Es seguro que allí
hay una salida… - Ian los miró, pasándose la
mano por el cabello. No soportaba tantas dudas y tardar tanto para
hacer una simple cosa.
-¿Cómo sabes que sigue estando allí ahora
que esto es el hospital?- Wolf lo miró a los ojos
-Pues iré a comprobarlo y volveré… esperad
aquí y punto… es lo mejor- sentenció, decidiéndose
por ir él porque no soportaba estar parado un segundo mas
……………..
Tetsu se despertó de nuevo, agitado, buscando la mirada
de Rein. – Todo estaba temblando.... – susurró,
pegándose a él.
..........
Hisaki continuó caminando consciente de la cara que tenía
Yudai y de cómo se iba a poner si no encontraban a su sensei.
Pero no podía decir que no lo comprendiese, no sabía
qué hubiera hecho si le pasaba algo a Kadem. – Este
lugar.... está peor que nunca, pero no nos hemos encontrado
con nada. No hay ni ruido, ¿lo notan? – murmuró,
tanto por conversar, como por obtener la opinión del moreno.
-Sí…- Kadem se subió las gafas, notando que
Yudai seguía caminando delante de ellos -¿A dónde
te diriges?
-No lo sé…- fue bajando las escaleras, como si encerrarse
en aquel hospital fuera a servirle de algo –Voy a buscarlo…-
casi susurró, el flequillo rubio sobre sus ojos negros. Había
estado buscando a Rein por el resto del hospital, sólo quedaba
la planta baja –Sensei!- lo llamó, pese a lo extraño
que resultaba hacer algo así, con el hombre en sus brazos.
………….
Rein, que ya llevaba un tiempo despierto, rodeó al pelirrojo
con los brazos consciente también de que algo malo estaba
sucediendo afuera. Arn de pie, mirando al techo, escuchando cómo
se movía el cemento, crujiendo las vigas de metal.
-Tal vez podamos salir…- susurró al notar cómo
una brecha corría rápida desde el techo a las paredes.
- Tal vez... – murmuró el chico, asustado, más
bien pensando que iban a morir aplastados, lanzando un grito cuando
un trozo del techo cayó al piso, con un estruendo.
Arn poco más que corriendo en ese mismo momento y saliendo
del cuarto, arrastrándolos con él al notar que el
techo se derrumbaba –Salid! Deprisa!
Rein sujetando la mano del pelirrojo y corriendo con él,
los tres refugiándose bajo una de las vigas de los trozos
de techo que se desprendían pesadamente, golpeándose
con los trozos de cemento.
- Ah!!!! – gritó el chico, pegándose más
a Rein, y mirando un poco alrededor. Era extraño, no había
nadie. Claro, podían haber huido y dejarlos allí,
pero ¿donde estaban los demás pacientes?
..................
- Algo se calló allí abajo. – advirtió
Hisaki poniéndose nervioso, pero Yudai no dejaba de caminar
como si nada de lo que sucediese a su alrededor lo afectara ya.
-El techo- le explicó el moreno que trataba de caminar lo
más pegado a las paredes posible para que no fuera a desprenderse
el techo sobre ellos. Estaban muertos, pero no disfrutaba del dolor
precisamente.
-El edificio se derrumba…- sentenció el rubio.
-¿Y cómo es posible? Si es un edificio moderno…
por más que nosotros lo veamos de este modo…- el moreno
carraspeó subiéndose las gafas un poco nervioso.
Yudai bajó a la ultima planta alzando la voz –Sensei!
Toshihiro!- lo llamó de nuevo a la desesperada. Kadem con
sus ojos azules fijos en una de aquellas puertas que jamás
había conseguido abrir.
- Dijiste que todas las puertas estaban cerradas.... – comentó
Hisaki siguiendo su mirada. Allí no parecía haber
nadie tampoco, miró a lo largo del pasillo por si acaso algo
se había escapado.
....................
Hyouden sujetó a Jun y a Keika contra él, en un reflejo.
– Está temblando de nuevo....
- Voy a buscar a Ian! – exclamó Soren preocupado de
que aún no regresase.
-No, sería mejor que esperásemos todos aquí
como acordamos… - Wolf lo sujetó por el hombro, preocupado,
aunque no lo conociese de nada, apoyando una mano en la pared al
sentir el temblor de nuevo.
El rubio silbando al final del pasillo –Seguidme! Aquí
está una salida.
-Era hora…- murmuró Ray sujetando a Yasu y corriendo
hacía allí con él.
…………
-Sé que dije que estaban todas cerradas… pero esta…
está con este código…- señaló
el panel numérico, pensando que ahí debía haber
algo importante.
La atención del rubio se dirigió hacia allí
de pronto, observando el panel y protegiendo el cuerpo del profesor
con el suyo al notar que caían trozos de cemento. Kadem cogiendo
una barra metálica y metiéndola entre los goznes de
la puerta, golpeándola con un pie para hacer palanca, tratando
de abrirla.
El ruido de la piedra seca y el metal oxidado cedió, dando
lugar a un terrible estruendo, las puertas cayendo al suelo y retumbando,
hacía frío allí…
-Una cámara frigorífica…- se adentró,
el rubio pasando delante de él, observando un cuerpo, aún
hermoso, cubierto por el hielo y lleno de aparatos conectados a
él.
.................
- Tengo frío.... – murmuró Tetsu abrazándose
a sí mismo de nuevo, temblando, sintiendo un terror dentro
de sí, algo que no podía explicar.
..............................
En otro cuarto del hospital, Seiren, aún con las mejillas
húmedas de estar llorando, se levantó de la cama.
Había estado durmiendo profundamente, lo sabía. Tanto
como para no darse cuenta de lo que sucedía hasta ahora.
Salió al pasillo, caminando lentamente, más por inercia
que por otra cosa. Sin Arn, no le importaba realmente lo que le
sucediera.
...........................
- Ian! – Soren corrió hacia él, sin preocuparse
ahora de ocultar su alegría al verlo sano y salvo, los demás
siguiéndolo e incluso pasándolo en su esperanza de
poder salir de allí. – Espera, ¿Qué hay
de Arn y Toshihiro? Si están aquí.... – murmuró,
esperando que estuvieran en el reformatorio.
-No lo sé, Soren… pero buscarlos ahora es una locura.
Debemos salir de aquí, estoy seguro de que Yudai y Seiren
se están ocupando de ellos…- Ian lo miró a los
ojos abrazándolo un momento antes de seguir hacia la salida.
–Debemos salir con vida… no podemos buscarlos ciegas…
tal vez ya hayan salido.
……………
Yudai apoyó el cuerpo de Toshihiro sobre una de las mesas.
Sonriendo débilmente, pensando en quedarse allí con
él, encerrado para siempre. Así jamás parecería
muerto.
Kadem abriendo la puerta metálica -¿Aún esta
vivo?- pregunto desconectando la máquina, sintiendo que era
una crueldad terrible dejarlo allí.
..............
Tetsu lanzó un grito, aferrándose a Rein, temblando
violentamente. – No quiero morir, por favor.... no me dejes
morir.... Hace frío.... – el chico lo sujetó
con fuerza, desapareciendo de todas maneras.
......................
El cuerpo abrió los ojos, súbitamente, en ese extraño
cuarto, Hisaki echándose hacia atrás, desconcertado.
¿De veras estaba vivo? Pero... ¿eso era posible?
Antes de que pudiesen comprobarlo, los ojos se cerraron, el cuerpo
convulsionándose por unos segundos. Tetsu observándolos
desde la cabecera, espantado, sin poder respirar, retrocediendo
hasta la pared. – “No.... no puede ser.... no quiero...
Rein... ”
.......................
Soren se detuvo un momento, reacio a dejarlos allí. Se sentía
como si los traicionara. Y ¿si morían por su culpa?
- Corre! – le gritó Keika al pasar por su lado, sujetando
la mano de Jun. Que a su vez iba sujetando a su hermano.
El pelirrojo dio una última mirada hacia atrás, con
pesadez, deseando que Ian tuviese razón. Aún recordaba
lo que había sucedido la última vez por seguir sus
instintos.
El rubio metió la llave en la puerta, sujetando a Soren
con él. No lo iba a dejar arriesgarse más, por nada
del mundo. Atravesó el umbral junto a él…
…………
-Tetsu!- el chico de cabello largo echó a correr por el
pasillo mientras Arn subía las escaleras a su vez, llamando
a Seiren, observando cómo extrañas sombras oscuras
pasaban por su lado, atravesándolo como si no existiera.
-Seiren!!!- le gritó de nuevo. No sabía qué
sucedía pero no soportaba la idea de que fuera a desaparecer
de pronto, de que ambos fueran a hacerlo igual que había
desaparecido aquel chico –Seiren!!
-Tetsu!- el chico se detuvo de golpe, al ver que había personas
en una sala, atravesándola para sujetar al chico sin mirar
a aquellas personas realmente, abrazándolo, estaba congelado…
-Tetsu…
- Rein! – se abrazó a él llorando, debilitado.
– Tenías razón.... no quiero, pero tenías
razón...
-Tetsu…- el chico lo miró a los ojos, cogiéndolo
en brazos y sentándose con él en el suelo, sonriendo
levemente aunque se le caían las lágrimas –No
vas a irte… volverás aquí conmigo… no
puedes dejarme solo…
.................
- ¿Arn? –Seiren parpadeó sin creer lo que estaba
oyendo, llamándolo. – Arn!!!!!!!! – corriendo
hacia la dirección de la que salía su voz.
-Seiren!- el moreno empujó las puertas, estas cayendo al
suelo o simplemente siento atravesadas por su mano y desapareciendo
como si nunca hubieran estado allí. –Seiren!- corrió
hacia él, abrazándolo con fuerza, apretándolo
más cada vez –No desaparezcas…- susurró
casi como si se lo rogase. Oliendo en su cuello intensamente.
- No lo haré... – sollozó el chico, aferrándose
a él, besándolo, sin creer que estuviese allí.
– Pensé que te había perdido...
.................
- No quiero, Rein.... No me dejes desaparecer – Tetsu lo
miró a los ojos, llorando también, atrayéndolo
hacia sí para besarlo.
El moreno besándolo con suavidad, acariciándole el
cabello y cerrando los ojos con el corazón en vilo, lo miró
a los ojos cuando rompió el beso –No… no voy
a perderte… ya te dije que te protegería y lo haré…
Yudai mirándolos de soslayo con la mirada apagada, acostándose
junto al cuerpo de Toshihiro y apoyándose en su pecho, sujetando
su mano, sintiendo sus brazos rígidos y apoyándola
sobre su mejilla –Iros de aquí…
Hisaki mirando a Kadem, de pronto como dándose cuenta. -
¿Te fijaste? Arn también.... estaba muerto.
-Sí…esto es muy extraño…- el moreno salió
del cuarto, llevándose al pelirrojo de la mano, observando
las paredes a medio desmoronar. Los trozos de piedra en el suelo,
las escaleras de peldaños rotos y comidos por los años
y el uso.
- ¿Vamos a dejarlos allí? No creo que Yudai esté
pensando bien... – Hisaki miró hacia atrás,
sintiendo un dolor en el corazón al verlo así, sin
saber qué hacer. Tampoco creía que les fuera a hacer
caso.
- Tengo miedo, Rein- susurró Tetsu, mirando a su alrededor.
– Quiero salir de aquí....
............................
- Vamos abajo. – Seiren miró a Arn a los ojos, de
nuevo, sin poder creérselo, sonriendo a través de
las lágrimas. – No es seguro aquí arriba.
-No…- sonrió también, abrazándolo de
nuevo y besándolo sin cesar por unos segundos que le parecieron
eternos –Salgamos de aquí… los dos juntos…
…………
Kadem miró hacia atrás, dudando poder hacer algo por
Yudai tal y como lo veía –Creo que debemos respetar
su decisión a quedarse con él, si es lo que quiere…
Yudai… nos vamos…- intentó de todos modos, llevárselo
con él.
Rein levantándose al reconocer la voz del rubio, llevando
a Tetsu en sus brazos y observando a Toshihiro muerto, retrocediendo
un poco de golpe. Yudai alzó la mirada y lo observó
con tristeza –Me lo han matado…- susurró, acariciándole
la cara y abrazándolo de nuevo.
-Yudai… yo… estoy aquí…- Rein lo miró,
sin poder soportar muy bien el dolor de ver así al profesor
–Él también tiene que estar… tiene que
estar aquí…
-Lo esperaré… iros…largaos!- se abrazó
de nuevo a Toshihiro, llorando contra él. Pensando en lo
preocupado que estaba antes de irse por llegar tarde a sus clases,
arreglándole un poco el traje inconscientemente
Rein se apartó, sorprendido por cómo habían
temblando de nuevo las paredes al grito del rubio, llevándose
con él a Tetsu y siguiendo a Kadem que los llamaba con la
mano, como diciéndole que respetasen su dolor. Él
tampoco se habría alejado de Hisaki, estuviera en las condiciones
que fueran.
- Me llamo Hisaki y él es Kadem... – se presentó
el chico, en voz queda, tratando de mantenerse fuerte mientras se
alejaban.
- Tetsu.... – se presentó el otro pelirrojo, sujeto
a Rein, completamente confundido. Ni siquiera sabía cómo
se sentía ya.
...........................
- Está temblando de nuevo. – Seiren abrazó a
Arn entre asustado y deseando protegerlo, bajando las escaleras
con cuidado, mirando entre los escombros, el lugar parecía
abandonado por cualquier criatura, o persona. Era como si sólo
quedasen ellos.
-Sí… no comprendo… - el moreno lo miró,
apretándolo con fuerza por la cintura mientras caminaban
-¿Dónde están los médicos y todos esos
seres y la gente del reformatorio? ¿Dónde están
los demás? Ian y Soren… ¿Dónde están
ellos?
……………………
Afuera, los que habían conseguido salir ya, Ian, Soren,
Jun y Keika, Wolf, Hyouden, Ray, Yasu… no podían apartar
sus atónitas miradas de lo que había frente a ellos.
Ian apretó la mano de Soren fuertemente, tragando saliva
costosamente.
-¿Qué significa esto?!- preguntó Ray, lanzando
aquella protesta a nadie en concreto.
Yasu paseó la mirada alrededor de aquel lote, el edificio
apenas una sombra de lo que había sido, ruinas, sólo
eso. Incluso le faltaba un trozo a la pared. Claro, que no podía
especificar si se acababa de caer o no.
- No puede ser.... salimos hace unas noches. ¿No es así,
Ian? Fuimos a ese motel, no estaba así – Soren miró
al rubio, nervioso, incómodo, apretando su mano.
-Sí…- el rubio se giró, mirando a los lejos,
el parking, pero allí no había ningún coche,
su coche no estaba… -No puede ser…
Wolf los miró, sin comprender tampoco qué sucedía,
rodeando los hombros de Keika y pegándolo más a él
pese a que Jun sujetaba su mano apretándola a la vez que
se refugiaba más en su hermano. El moreno acercándose
a Hyouden y mirándolo a los ojos –Al menos estamos
fuera… al fin…- no pudo evitar decir.
El coreano sonrió levemente – Es verdad… estamos
fuera Yasu…- le importaba una mierda si comprendía
o no, estaban fuera al fin.
- Sí, estamos fuera.... – sonrió el rubio,
besándolo, sintiendo al aire fresco en su rostro, sin creérselo
aún.
- ¿Escuchaste eso, Jun? Estamos fuera, deja de esconderte....
– Hyouden lo sacudió un poco, sin poder evitar que
se le escapasen algunas lágrimas de felicidad, riendo, por
su parte, Keika en shock mirándolo todo, sus ojos algo molestos
por la luz del sol.
Wolf se rió suavemente sin poder evitarlo, sujetando a Keika
en brazos y apretándolo un poco, abrazándolo con fuerza
y besándole la cara –Estamos afuera…
Jun se trepó por su hermano, colgándose de su cuello
llorando también sin saber muy bien por qué lloraba,
pero no soportaba ver llorar a su hermano –Niisan…-
lo llamó como si fuera un drama.
Ray sujetando a Yasu por la cintura y alzándolo sobre él
para cogerlo a horcajadas, besándolo profundamente, no podía
creérselo. Se dejó caer hacia atrás sobre la
hierba crecida y descuidada, olía a hierba… era increíble.
Ian miró a Soren aún sin ser capaz de asimilarlo
–Soren… - dio unos pasos hacia el reformatorio de nuevo,
sin atreverse a preguntarle lo que tanto sentía como una
verdad
Arn corriendo con Seiren hacia la luz afuera, sonriendo al verlos,
sin percatarse de nada más –Seiren…- sonrió,
sólo pensando en que estaban allí Ian y Soren, que
estaban bien y que había conseguido salir de aquel encierro
con el albino.
- No es cierto.... – Soren murmuró, negando con la
cabeza, algunas imágenes viniendo a su mente, cosas que sabía
no podía refutar, pero aún así, se negaba.
– Arn! – lo llamó al verlo salir.
- Es... hermoso.... – sonrió Seiren observándolo
todo, las nubes, el color del cielo. Le parecía todo terriblemente
bello, incluso la hierba seca, no importaba.
- Jun.... tranquilo, sólo estoy feliz.... – el albino
le acarició el rojo cabello, sonriendo y apretándolo
contra sí. – No volveremos a estar encerrados- le susurró
mientras Yasu volvía a besar a Ray de aquella manera, arrancando
trocitos de hierba con las manos y dejándolos caer sobre
el pecho del albino luego, riendo.
Arn sonrió llevando a Seiren con él junto a ellos,
abrazando a Soren y después a Ian sin comprender por qué
sus rostros congestionados ¿Es que sabían que estaba
muerto? ¿Sería por eso? –No me importa…
si estoy con él…- susurró en bajo.
Ian mirándolo a los ojos –Estamos muertos… todos
estamos muertos…- susurró como si ninguno de los demás
allí estuviera a parte de ellos cuatro.
- Morimos.... hace tiempo ya. Sólo que no conseguimos salir
aquella vez. – Soren lo miró también, serio,
tratando de ser fuerte, y aún más, de verse fuerte,
pero le resultaba difícil. Todos los planes que habían
hecho.... todo aquello... ¿qué era?
Keika se les acercó, viéndoles la cara de trauma
a todos. – No es tan malo... una vez que te acostumbras. Seguimos
aquí, ¿no? – se sobresaltó un poco al
ver a las figuras que aparecían por el umbral, sonriendo
luego. – Kadem, Hisaki!
El moreno sonrió levemente, mirando al rubio y alzando un
poco la mano, desviando luego la vista, observando el cielo y los
edificios más allá. La respiración salió
entrecortada por sus labios, volteándose y mirando atrás,
el edificio en ruinas. Lo había pensado cuando vio que Arn
también estaba allí, pero parecía increíble,
como si hubieran estado viviendo en un sueño hasta ahora
–Hisaki…- le pasó la mano por el cabello, revolviéndoselo
como le gustaba verlo y besándolo profundamente.
Rein parado en medio de la hierba, con el chico en sus brazos –Sigues
aquí…- susurró, como si temiese que de pronto
se fuera a desvanecer de nuevo. Se dejó caer sentado en la
hierba con el chico sobre sus piernas. No comprendía nada,
pero todo le daba igual. Ahora empezaba a recordar… por qué
sentía como si ya lo conociese de antes…
- No me voy a ningún lado. – sonrió, relajado
ahora. No había por qué temer, todo había acabado.
– Gracias, Rein... por quedarte esta vez. – lo besó
de nuevo.
Hisaki riéndose un poco descontroladamente, pero para lo
poco que le importaba. Besó a Kadem de nuevo, trepándosele
encima y casi tumbándolo. Tenía ganas de correr, y
saltar, y..... no parar nunca.
- Jun! Ya no llores! Acá debe haber más helado. –
se rió Keika tratando de lograr que se bajara de Hyouden,
el albino riendo.
- De eso no trata el mundo. – miró a Wolf, dejando
a su hermano en el piso y besando al moreno con suavidad. –
Te ves más atractivo en la luz.
-Pues espera a que me quite esto…- se rió, bromeando,
mirándolo a los ojos y sujetándole la nuca, besándolo
ahora él, de forma apasionada, sujetando su cintura con la
otra mano y cerrando los ojos, completamente feliz después
de tanto tiempo. No sabía qué clase de existencia
tendrían allí, sólo que estaban juntos.
Jun se rió abrazando a Keika y pegándole a su hermano
con pie –No sean asquerosos… no queremos ver eso…
-A buenas horas…- protestó el doctor, mirándolos
de soslayo. Haciendo que Jun se pusiera rojo y echase a correr con
Keika por el campo, sintiéndose extraño, completo,
feliz.
………
Yudai observó cómo entraba la luz del sol por los
agujeros en el techo y las paredes, pero no miró hacía
allí, Sus ojos se cerraron, doloridos de llorar, apretando
más el cuerpo del hombre contra él, escuchaba las
risas afuera, pero sólo le causaban más dolor.
Aquella silueta acercándose desde atrás suyo, un
poco mareado con tanta tembladera. No comprendía muy bien
nada, pero estaba intentando razonar lo más que podía.
- ¿Yudai?... – lo llamó, acercándose
más y viendo lo que tenía entre sus brazos, sorprendido,
y reaccionando del único modo en el que podía. –
No me veo bien, muerto....
El rubio apartó su rostro del cabello del profesor, observándolo
allí, frente a él, sonriendo, lloroso, sin poder creérselo
– ¿Sensei?- lo llamó, si se lo estaba imaginando…
no importaba… sólo quería que durara para siempre.
Se sentó lentamente, sin poder abandonar su cuerpo por completo,
aún sujetando su mano.
- Yudai, estoy... aquí ahora. – suspiró, entre
contento de verlo y entristecido. No podía evitarlo. –
Me llamaste Toshihiro antes... –sonrió un poco, tocando
su rostro. Era extraño estar en el mismo lugar que su cadáver.
Yudai se levantó, abrazándolo con fuerza y besándolo,
casi empujándolo un poco con su cuerpo, pasándole
las manos por el cabello y sujetando los dedos un poco de él
incluso –Sí… Toshihiro…- se rió
un poco, sin creérselo –Aún… aún
puedo cuidar de ti…- le sujetó el rostro, observándolo
como si no hubiera nada más hermoso.
- Y yo de ti.... – le aseguró el rubio, besándolo
de nuevo. – Supongo... que de esta manera me puedo quedar
contigo para siempre.
-Para siempre… lo siento… yo no deseaba esto…-
lo miró a los ojos con algo de dolor inevitablemente –Aunque
sí deseo… que siempre estemos juntos… siempre…-
tragó saliva, abrazándolo de nuevo. Observando afuera
a los demás por la raja de la pared.
Volteó al profesor, mostrándoselo sin poder decir
ni una palabra.
- Están afuera... Y... Rein!– sonrió, alegrándose
de verlo tan feliz. Se giró de nuevo, mirando a Yudai a los
ojos. – Deberíamos reunirnos con ellos, ¿quieres?
-Claro…- sonrió levemente, mirando un momento atrás,
al cuerpo del profesor, desapareciendo poco a poco. Desvió
la mirada, apretando más la cintura de Toshihiro. Observando
el edificio mientras Rein abrazaba a Toshihiro como sin poder creérselo.
-Toshihiro-san- lo abrazó con fuerza, era increíble.
No comprendía nada…
- Mereces un regaño, pero.... me alegra tanto que estés
bien... – las lágrimas corriendo por sus mejillas,
finalmente. Se las secó con una mano, mirando a Tetsu. -
¿No me presentas al chico que te hace sonreír así?
-Mira, Hisaki…- Kadem sujetó el hombro del pelirrojo
para que se detuviese y mirase a Yudai que le sonrió levemente.
Hisaki lo saludó con la mano, sinceramente contento. –
Ahora sí es una celebración. ¿Quieres asustar
gente luego, Yudai? – se rió. Toshihiro abrazando a
Rein con fuerza.
Soren se giró, aún en shock, observando a Ian. –
Estamos muertos – repitió, como si no fuera obvio ya.
-Sí…- Ian lo miró a los ojos sonriendo levemente
con algo de tristeza -¿Lo recuerdas? Yo lo recuerdo ahora…cómo
morimos todos… y creo… que el único motivo por
el que volvimos a tener una oportunidad… fue por ese chico…-
miró de soslayo a Tetsu y luego abrazó a Soren –No
importa… no importa nada de lo que pase… estamos los
dos…
Rein sonrió aún más. Acercando a Tetsu que
parecía estar como perdido y poniéndolo frente al
profesor, abrazándolo por detrás y tocándole
una mejilla con un dedo –Se llama Tetsu… y aunque él
no lo sepa… me ha devuelto la vida… - cerró los
ojos, besándole la mejilla.
- Mucho... gusto – sonrió el pelirrojo, enrojeciendo,
imaginando que esa era la persona de la que hablaba Rein antes.
– Pero fue al revés, supongo....
- Eso da igual, me alegro mucho... – sonrió el profesor,
besándole la mejilla también, como si de veras fuese
el padre de Rein aceptando a su novio, y girándose para ver
qué hacía Yudai.
- Sí, lo recuerdo. – Soren sonrió de la misma
manera, frunciendo el ceño un poco de todos modos. –
Bueno, al menos ya no tengo que preocuparme del trabajo y eso....
-No…- el rubio lo abrazó con más fuerza -¿Y
qué pasará ahora? ¿No existimos para los demás?
¿Podemos salir de aquí? ¿Vamos a simplemente
desaparecer de pronto? - Yudai se giró, sujetando a Toshihiro
de la mano con fuerza –Lo mismo pensaba… - Kadem se
acercó a ellos, subiéndose las gafas –No podemos
saberlo…
- Yo digo que nos arriesguemos, mira lo que pasó, cuando
salimos del edificio. – sugirió Hisaki, sonriendo.
- Extrañamente, yo estoy de acuerdo.... No creo que desaparezcamos,
ya lo hubiéramos hecho. – comentó Yasu, aún
sentado sobre Ray. – Y creo que debemos tener esperanza.
El albino le pasó las manos por las piernas, sujetando sus
nalgas y acercándolo más a él, observándolos
bastante poco agradecido de que lo devolviesen a la realidad –No…
estamos aquí… aunque ellos no puedan vernos…
y no nos iremos…
-No- Ian lo miró, no lo conocía de nada pero le dio
la razón, sujetándole los hombros a Soren y besándole
el cabello.
Arn miró a Seiren, sujetando su mano, aquellos dedos tan
finos que siempre le habían parecido tranquilizadores –Podemos
quedarnos aquí para siempre…
Wolf los miró, interesado, sujetando la mano de Hyouden
y agradeciendo que Keika y Jun siguieran jugando en los escombros
ahora como si fuera un parque –Salgamos…
-Salgamos…- Rein los miró y luego a Tetsu a los ojos
–Hay muchas cosas que quiero mostrarte… aunque ni siquiera
sepa si existen aún…- sonrió confiado.
El chico sonrió, contento asintiendo. Confiaba en él,
lo había sacado de aquel encierro, lo había salvado
después de todo.
- Quiero un gato.... ¿crees que un fantasma pueda cuidar
de un gato? ¿Habrá gatos fantasmas por ahí?
– se rió Hisaki, como siempre tomándoselo todo
a broma.
- Yo pienso quedarme a tu lado, es todo lo que necesito....- Seiren
le sonrió a Arn, como jamás había sonreído,
completamente feliz por primera vez en su vida. Hyouden por su parte,
observando a los chicos y luego a Wolf.
- Aún quiero que Jun vea otras cosas, y creo que a Keika
también le gustaría.... pero no quiero arriesgar esto.
Por otro lado, tal vez debí arriesgarme antes – le
sonrió mirándolo a los ojos.
- ¿Qué dices Ray? ¿Nos quedamos o te llevo
a conocer más lugares japo? - - sonrió, lanzándole
hierbitas de nuevo encima. – Podemos vivir aquí y tal
vez salir.... no lo sé. No creo que desaparezcamos.
- No, tendrá que venir el diablo a llevarme. – Soren
le contestó a Ian, decidido.
Toshihiro permaneció observándolos hacer planes.
Sabía que le pesaría luego, que aún no tenía
idea de la magnitud de lo que había sucedido, que extrañaría
dar clases y a los chicos. Miró a Yudai pensando que lo iba
a necesitar mucho más de lo que imaginaba el rubio. - ¿Y
tú? ¿Qué deseas hacer?
Yudai se paró delante de él, pasándole las
manos por el pecho sobre la chaqueta del traje y rodeándole
el cuello con estas, notando lo confundido que estaba y el temor
que sentía –Creo que… no deberíamos permanecer
separados…- se giró a mirar a los demás –Sé
que hay muchas cosas que quieren hacer… pero creo que deberían
volver, que todos deberíamos volver…a reunirnos…
Kadem se subió las gafas por el puente de la nariz, atendiendo
aunque había estado tratando de explicarle a Hisaki que habría
fantasmas de todo tipo según le parecía lógico.
-¿Y qué propones? ¿Regresar? ¿Cuándo?
-Me parece bien…- Wolf los miró y luego a los niños
que parecían ajenos a todo aquello.
-¿Y por qué cojones volvemos aquí?- Ray los
miró, no tenía ni las más mínimas ganas
de regresar a ese lugar infernal
-Es el único lugar que conocemos todos… genio…-
Yudai le sonrió como acostumbraba, luego de todo aquel tiempo
que le parecía eterno sin hacerlo, tras lo sucedido a Toshihiro.
Arn se tapó un poco la boca para no reírse y sujetó
a Seiren –Yo no quiero separarme de Ian y Soren tampoco…
ni…de Toshihiro sensei…- susurró finalmente como
si le costase un mundo admitir que lo apreciaba. Mirando a Seiren
a los ojos –Tú ni siquiera eres una posibilidad, jamás
me separaré de ti…- le sonrió, abrazándolo.
-Yo tampoco quiero separarme del sensei…- Rein sonrió
a Toshihiro, acercando más a Tetsu así –pero
quiero mostrarle cosas a Tetsu…
-Volvamos… cuando lo sintamos…- Wolf los miró
a todos –Sé que lo haremos, cuando estemos preparados…
ya que ni siquiera el tiempo nos afecta…
Ian sujetó a Soren de los hombros y se los apretó
un poco –Ya vale de blablabla… siempre os pasáis
un siglo para cada cosa, nosotros nos vamos…volveremos, sensei…chicos…-
sonrió al pelirrojo llevándolo con el hacia el umbral
de la puerta.
- Espera.... – protestó Soren, enrojeciendo luego
por haber atraído la atención sobre él. - Arn...
cuida de Seiren. – lo miró, mirando luego a Yudai y
a Toshihiro esperando que comprendieran con esa mirada y ya.
- Estoy seguro de que nos veremos de nuevo muy pronto. Como si
pudiera separarme de ustedes.- sonrió Toshihiro conmovido,
apoyándose en Yudai. – Además, me gustaría
conocer mejor a Tetsu y a Seiren...
Tetsu se limitó a sonreír enrojeciendo, porque se
sentía abrumado por tanta gente nueva. Le parecía
que el mundo le daba vueltas.
- Miren.... no desaparecen.... – señaló Hisaki,
mostrando a Ian y Soren que seguían tan tangibles fuera de
aquella área, como lo habían sido dentro.
-Pues… ¿vamos?- el moreno sonrió levemente,
acercándose a Hyouden y curiosamente para sí mismo,
abrazándolo –Hyouden… - se separó subiéndose
las gafas algo rojo –Sólo quisiera que supieras que
te aprecio mucho y me gustaría que nos viéramos de
nuevo.
Wolf los miró, sintiendo una punzada inevitable aunque tratando
de no ser celoso, pasándole la mano por el cabello a Keika
distraídamente aunque Jun ya echaba a correr con él
hacia la puerta, saltando desde allí –Vámonos!
Vámonos!
Ian miró a Soren y apretó más sus hombros
–Aún nos queda todo por delante…
- Jun! Ten cuidado! – le advirtió su hermano sin poder
sacudirse el hábito, Keika riendo y correteando también.
Volvió a mirar al chico sonriendo. – Lo mismo digo.
Me alegro que hayas conseguido sincerarte. – miró a
Hisaki sonriendo también y alejándose con Wolf, para
seguir a su hermano que ya iba a mitad de la calle.
Hisaki se acercó por detrás a Kadem, pellizcándole
la nalga. – “Cuidadito con los ex novios....“
- se rió, sólo por molestarlo.
-Hisaki… no se trata de eso y lo sabes- el moreno meneó
un poco la cabeza, reprendiéndolo, rojo, desde luego y sujetando
al pelirrojo de la mano –“pero qué suerte…
te vas con esa ropa puesta…”- le susurró reído
y apartándose el cabello del rostro mientras atravesaban
el umbral, sintiendo que podía respirar de nuevo. Sonriendo
al notar que nada malo ocurría aunque la gente no parecía
verlos.
Jun corriendo con Keika y Wolf riéndose sin poder evitarlo,
algo emocionado y aliviado, revolviéndose un poco el cabello
con la mano y bajando la cabeza, apretando a Hyouden contra él.
- No te pongas celoso que vi esa mirada.... – sonrió
Hyouden besándolo y observando cómo Keika y Jun le
hacían muecas a la gente, divertidos porque no los veían.
-No estaba celoso…- renegó el moreno sonriendo con
cara de que sabia que no le creería nadie.
- Serás mi entrenador para siempre... –bromeó
Hisaki, girándose desde afuera y alzando una mano. –
Eh! Ray! No te olvides que me prometiste una canción!
Toshihiro observando a los niños correr, y riéndose
sin poder evitarlo, Yasu aún sobre Ray, besándolo
de nuevo. – “Hum.... y a mí nada, superestrella....
todos son iguales” – le sonrió. - ¿Qué
dices? ¿A la playa?
-Cuando vuelvas!- le prometió el albino al chico mientras
lo veía salir, no se iba a olvidar de cómo lo había
hecho sentir. Se volteó sobre Yasu, besándolo profundamente
y mirándolo a los ojos fijamente –Vamos… no lo
sé… a todos lados…- sonrió, levantándolo
con él y despidiéndose con la cabeza de los que aún
quedaban allí –¿Te he dicho que estoy harto
de japoneses? Y que también hay playas en Corea… ¿verdad?-
bromeó con el rubio, sujetándolo por el bolsillo trasero
del pantalón y pegándole una nalgada suave, reído.
Rein miró a Tetsu y luego a Toshihiro y a Yudai, susurrándole
al pelirrojo –“¿Nos vamos con ellos?”-
le pasó las manos por el cabello, observando sus ojos rojos
-¿Sabes? A la luz… todavía son más rojos…
- El chico enrojeció, sonriendo. – Pero te gustan
¿verdad? Está bien...me agradan – accedió,
contestando a su otra pregunta.
-Me encantan… eres precioso…- Rein lo siguió
mirando, besándolo con suavidad y abrazándolo con
fuerza, pasándole una mano por el cabello y apoyando los
labios en su mejilla –Estoy enamorado de ti… y lo estaré
aún más…
- ¿Arn? ¿Qué vas a hacer tú? –
le preguntó Toshihiro al chico, preguntándose si querría
venir con ellos también y le daba vergüenza pedirlo.
Aunque lo más probable es que tuviese otros planes.
Tetsu sonriendo de nuevo y besando sus labios, observándolo
a los ojos. Por su parte, podía pasar el resto de la eternidad,
mirando en esos ojos.
-No lo sé…- el moreno sonrió levemente, no
podía creérselo. La verdad, él no lo veía
tan mal –Teniendo en cuenta que no tendré que trabajar
nunca más… ni estar encerrado… que ya no tengo
el riesgo de ir a la cárcel y que tengo un novio… así…-
miró a Seiren, porque claro, para él era insuperable
–Supongo que cualquier lugar está bien… ¿Dónde
quieres ir Seiren?
- No me importa realmente mientras esté contigo....- le
sonrió el chico un poco rojo, pero increíblemente
contento. – Nunca he estado tan feliz de estar muerto. Supongo
que.... quiero ir lejos, quiero ir a todos los lugares a los que
no he podido ir antes.
-Yo también…quiero llevarte allí…- sonrió,
abrazándolo serio, pensando en lo mucho que lo amaba –Te
amo…- susurró, abrazándolo con fuerza.
Rein observándolos mientras abrazaba a Tetsu, pensando en
lo mucho que se parecían entre ellos, cediendo como siempre
–Vayamos… juntos…
Arn lo miró de soslayo sorprendido, no comprendía
cómo podía ser agradable con él después
de cómo se había comportado –Sí…
vayamos juntos… - miró a Seiren a los ojos, pensando
en que no quería dejarlo solo con él, quería
que tuviese todo lo que no había tenido.
Yudai se apartó un poco con Toshihiro, dando unos pasos
hacia el exterior –Sensei…- susurró sonriendo
y mirándolo de soslayo –No sabía que quisieses
tener hijos… yo que pensaba en … bueno… ya profundizaremos
en mis pensamientos…
- Yudai.... – le sonrió, como riñéndolo
aunque sólo lo hacía por bromear. – Son mis
estudiantes, considéralo una excursión educativa.
“Además, creo que ellos también necesitarán
su tiempo a solas, sólo míralos... – se rió,
tomándolo de la mano y adelantándose un poco, esperando.-
¿Chicos?
-Vamos…- Arn sonrió, llevando con el a Seiren de la
cintura, Rein acercándose a ellos y sujetando la mano de
Tetsu, caminando junto al moreno
-Quien lo hubiera dicho…- susurró Rein, algo reído.
Seiren los miró de soslayo sonriendo un poco, en realidad
le había parecido que tenían mucho en común
desde un principio, pero era mejor dejar que ellos mismos se diesen
cuenta de eso.
-Toshihiro sensei…- el rubio sonrió –Espero
que también me eduques a mí… ¿Sabes que
no fui al colegio?
- Eso está muy mal, Yudai, tendré que darte clases
especiales. – le sonrió de vuelta Toshihiro, besándolo
con suavidad, profundizando un poco luego.
-Hazlo…- susurró el rubio solo por molestarlo un poco
con la orden, sonriendo malicioso y mirando atrás observando
el edificio gris, semi derruido, apartándose el flequillo
de delante de la cara y retirando la mirada para observar a Toshihiro
suspirando –Ah… sensei… muéstramelo todo…
FIN
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