.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 109- Take a Deep Breath and Open Your Eyes

- ¿Qué fue eso? – Toshihiro giró el rostro, dejando la carpeta con la tarea del día sobre la cama. Parecía como si algo muy grande se hubiese caído afuera en el pasillo. Seguro era uno de los chicos correteando. Se sentía mucho más relajado desde la noche anterior. Se inclinó, besando al rubio que estaba sentado observándolo. – Se me va a hacer tarde.

-Pues es igual… todo el mundo puede retrasarse, incluso tú… al menos si es para estar conmigo, sensei…- lo rodeó por el cuello con los brazos, besándole los labios antes de levantarse –Iré contigo… pienso estar contigo todo el día…- sonrió levemente, calzándose y pensando que hasta ahora cuando se vestía sentía que iba en pijama, era extraño sentirse “vestido” de nuevo. Se sentía bien, como no…

- Bien, pero no te portes mal, por favor... – le sonrió con dulzura, no fuera a enfadarse, abriendo la puerta para salir al pasillo. Estaba oscurecido. Tal parecía que hubiesen olvidado encender las luces.

-No hace falta…- el rubio se quedó a medio frase al observar la oscuridad afuera y salió por delante de Toshihiro. Sujetándolo con él, estirando el brazo hacia atrás para coger su mano. Se giró hacia el cuarto sin notar nada extraño, alzando la vista y observando el techo oscurecido como si hubiese una gran mancha de humedad sobre él, extendiéndose poco a poco. Ese pasillo no era el del reformatorio, pero quedarse en el cuarto no parecía que fuera a ayudarlos.

Una de las rajas en el techo sonó crepitante y de nuevo otro golpe que cuarteó más la mancha de humedad. El rubio lo sacó del cuarto mirando por el pasillo, pensando a dónde llevárselo que pudiera estar medianamente seguro… ¿por donde se salía de ese ala del hospital al reformatorio de nuevo?

- Yudai... tal vez si bajamos las escaleras... – sugirió, nervioso el profesor, dejándose guiar por él. No iba a permitir que sucediera lo mismo de nuevo. El techo sobre ellos empezó a rajarse, emitiendo un sonido grave, como el que precede a un temblor.

-Hay que salir de este ala…- le explicó el rubio pensando en bajar las escaleras y a donde te llevaba –Vayamos hacia el gimnasio…- le sujetó la mano con fuerza caminando deprisa por los pasillos hacia las escaleras como había recomendado el profesor. Aquellos ruidos incesantes sobre sus cabezas no podían dejar de hacerle mirar arriba cada dos por tres, ¿Qué pasaba ahí? ¿Acaso en el piso de arriba no estaban las antiguas habitaciones?

- Espero que no haya nadie más aquí... –murmuró más como rogando, y consolándose en el hecho de que iba tarde. Seguro todos ya habían bajado. Se detuvo un momento, girando la cabeza al escuchar pasos tras ellos, pero sin lograr ver a nadie en aquella oscuridad, volviendo a caminar apresurado.

-No estamos en el reformatorio sensei… esto es el hospital… claro que habrá “alguien” pero no creo que nadie pueda ayudarnos…- se quedó en silencio a pesar de seguir avanzando escaleras abajo, sintiendo aquel sonido que tan bien conocía, los perros olfateando, caminando despacio con aquellas manos que apenas hacían ruido al caminar sobre ellas. De entre todas las cosas que pudieran haberlos seguido aquella noche no se le ocurría ni una peor.

Escuchó atrás un gran estruendo, el techo abriéndose por fin, la escayola cayendo al suelo y partiéndose, cayendo por aquel agujero todo tipo de cosas de los cuartos de arriba. Pero mejor era pasar por allí que enfrentarse a aquella enfermera, dio unos pasos atrás –No deberíamos bajar…

- ¿Por.... por qué no? Abajo... estará el reformatorio, ¿no es así? – preguntó, claramente asustado, más con el salto que había pegado al caerse el techo, escuchando aquellos ladridos que reconocía de la otra noche, y aferrándose a Yudai.

-Porque los ladridos vienen de abajo…- recorriendo los pasos hacia atrás de nuevo, volviendo hacia donde se había desprendido el techo. El pasillo estaba casi bloqueado por los escombros, pero podían subir por encima de estos y tratar de esconderse arriba en algún lugar. No quería comentárselo para no ponerlo mas nervioso, pero si el suelo se había caído así… no quería ni pensar qué habría arriba.

Se sentía rodeado y no sabía cómo protegerlo. Apretó más su mano acercándose a la brecha, mirando arriba a la oscuridad con desconfianza –Ah!... Dios…- retrocedió de golpe de pronto al sentir que caía algo al suelo. Giró a Toshihiro hacia él como para taparlo de la visión del cuerpo de Arn. Sin ser consciente de la mano que se sujetaba al agujero sobre sus cabezas, la sonrisa formándose en la oscuridad.

- ¿Qué fue eso? – Toshihiro miró de todas maneras, su voz saliendo en un hilillo ahogado. – Arn.... – se quedó mirando el rostro ensangrentado y sin vida del chico sin poder creérselo, los ladridos acercándose. Una risa inhumana escuchándose desde arriba, haciendo que el profesor alzase la mirada, saltando hacia atrás torpemente, al ver las cuchillas que caían en su dirección.

Yudai agachándose y cogiendo unas cuantas sin percatarse de que se rajaba un poco la mano, sujetando al profesor y tirando de él, subiendo por los escombros, odiando no saber a donde dirigirse –Debemos darnos prisa, si nos alcanza ella… no podremos hacer nada… - escuchó la risa arriba, una risa nerviosa y desagradable, varios golpes más sobre sus cabezas mientras corrían, la pintura desprendiéndose sobre ellos, como si alguien jugara con ellos.

Se sentía un ratón de laboratorio, huyendo por un laberinto gigantesco que no tenía salida.

Como si algo le leyera la mente, la pintura de las paredes empezó a descascarillarse, escombros cayendo a su alrededor, impidiéndoles el paso a cada momento. Toshihiro alzó la mirada una vez más, sin decir nada. Sabía que los estaban persiguiendo desde arriba, podía escuchar aquel arrastre vertiginoso, la risa demente.

-Qué demonios hay ahí arriba…- susurró el rubio, pegándose debajo de un tabique, como si se tratase de un terremoto, tratando de pensar un poco, de saber a dónde huir de algo como aquello. No sabía, no sabía. Se llevó la mano a la frente, estrujándose un poco los dedos en el cabello. Su mirada se desvió rápida al sonido de los escombros rodar desde una de las montañitas, cayendo, revelando a uno de aquellos perros, aquellas manos humanas, deformadas por caminar con ellas, la cabeza humana cosida a aquel cuerpo junto a la del perro, como si fuera un cancerbero horrendo. Pensó en hacer que el rubio se escondiese en uno de los cuartos pero era mala idea con aquel ser sobre ellos. No pudo hacer otra cosa que resistirse al embite de aquel animal horrendo, usando las cuchillas en su rostro, alzando la mano contraria a la que el animal mordía para clavarle el bisturí en la cabeza.

Otro perro más saltando hacia ellos, ya escuchaba los tacones a lo lejos –Sensei… huye…- le pidió, deseando centrar la atención en él, atacando a otro de los perros que trataban de acercarse a ellos. Unas manos a su espalda, descendiendo del agujero oscuro del techo, sus brazos anormalmente largos, su cuerpo descolgándose a medias por el socavón, sujetó al profesor, halando de él hacia arriba.

- Yudai! – lo llamó, tratando de zafarse, siendo arrastrado irremediablemente, la criatura riendo nuevamente, arrastrándolo por el piso de arriba, golpeándolo contra todo lo que encontraba, alejándolo de Yudai. Trató de liberarse, arañando los brazos que lo sujetaban, la piel desprendiéndose con demasiada facilidad, casi acuosa. Aquella cosa lanzó un grito ensordecedor, deteniéndose para alzarlo, golpeándolo contra el techo, atontándolo un poco.

-Toshihiro!- el rubio trepó desesperado por la montaña de escombros, estos rodando hacia abajo frustrándolo, desesperándolo aún más mientras los recorría de nuevo a la desesperada, notando cómo uno de los perros mordía su pantalón arrastrándolo hacia abajo. Le clavó el bisturí en la cabeza varias veces hasta notar que lo soltaba y trepó sus manos sujetándose al borde del techo, subiendo a la segunda planta.

Se abalanzó sobre aquella cosa sin pensarlo siquiera, saltando sobre su espalda mientras golpeaba al rubio –Suéltalo!- le grito ya de forma un tanto incoherente. El metal hundiéndose en aquella asquerosa piel en su cuello, se pegaba a su ropa, partiéndose, dejando escapar un suero hediondo.

El ser gritando con el profesor en las manos, zarandeándolo y golpeándose hacia atrás, aplastando a Yudai contra la pared hasta que el rubio consiguió reventar su cuello por completo.

-¿Sensei?…- susurró, vacilante, apartando las manos de aquel ser de él, observando cómo manaba la sangre de su cabeza -¿Sensei?!

Toshihiro apenas consiguió abrir los ojos, observando al rubio a través de un velo de sangre, su voz llegando desde lejos. – Yu.... – intentó llamarlo, tosiendo y sintiendo cómo se agolpaba la sangre en su garganta. Sus ojos se cerraron de nuevo, su mano aferrándose a su ropa, tratando de regresar, no quería morir. Tenía que permanecer a su lado, tantas cosas por hacer.... “las clases, voy a llegar tarde...”pensó ilógicamente, tratando de abrir los ojos de nuevo, el dolor llenando su cabeza, haciéndolo gritar a pesar de que él mismo no podía oírse. Finalmente, todo se detuvo, los pensamientos, las sensaciones, su pecho cesó de moverse.

-Toshihiro!- el rubio lo sacudió un poco, sintiendo que le bajaban las lágrimas a borbotones por las mejillas –Sensei!- lo apretó con fuerza contra él, hundiendo la cara en su pecho y llorando desconsoladamente. Sabía que estaba gritando incluso, pero ni siquiera pensaba en algo que no fuese él –No… sensei…- lo miró de pronto, su rostro ensangrentado y sin vida. Le acarició una mejilla, acunándolo un poco involuntariamente. –No puedes morirte…- susurró sonriendo un poco, besándole los labios y cerrando los ojos, las lagrimas desbordándose de todos modos sobre el rostro del hombre, Yudai de nuevo perdiendo los nervios, sin percatarse de que el edificio entero se remecía con sus gritos desesperados.

..............

Ian se giró, mirando a Soren al escuchar aquel grito. Lo sujetó contra él, sintiendo como todo temblaba, como si hubiera un terremoto y aquel edificio estuviera moviéndose desde sus cimientos -¿Es… Yudai?- preguntó, sin ser capaz de comprender si era su voz o no al estar tan desfigurada por la distancia y la desesperación.

- Yudai! – exclamó Soren al escucharlo gritar de nuevo, sin duda era él. Y esto era aún peor que cuando le dijo acerca de su muerte. Tenía que haber sucedido algo muy malo. – Vamos.... – miró a Ian, esperando que lo soltase para poder ir en aquella dirección.

-Sí, vamos- el rubio le sujetó la mano, notando el cambio en el pasillo, ahora más oscuro. Sabía que estaban en el hospital, ni siquiera sentía necesario comunicárselo a Soren. Escuchó unos pasos tras él y se giró.

Los seis chicos deteniéndose y observándolos, el albino alzando un poco la cara mientras los observaba.

-Soren!- Jun lo llamó porque tras haberle ofrecido aquel chocolate lo había perdonado.
-Jun.... – Soren se giró observando el grupo, a los chicos y al albino que venía detrás de Jun. A los demás no los conocía. - ¿Qué está sucediendo?

- No lo sabemos, acabamos de escuchar el grito – contestó Hyouden, no muy convencido de que debían ir en esa dirección.

......

Kadem observó a Hisaki, tras notar cómo todo se movía allí abajo - ¿Qué sucede? Preguntó intrigado, escuchando aquellos gritos que perfectamente se notaban desesperados –Vienen del piso superior… dime Hisaki… ¿quieres huir? ¿O ayudar a quien está gritando?- se subió las gafas lentamente por el puente de la nariz.

- No, no podemos huir, creo que ese es Yudai además. – se puso de pie, mirando la puerta una vez más, planteándose que Yudai estaba muerto, regresaría como siempre al día siguiente. El lugar se estremeció una vez más, el chico tambaleándose, sopesando entre sus miedos y la simpatía que sentía por el rubio, decidiendo. – Vamos a ayudarlo, a mí me gustaría que me ayudaran.

-Está bien… - suspiró, subiendo con él hacia la parte de arriba del hospital ya que de allí venía la voz. En su opinión, debían haberse ido. No le apetecía morir de nuevo y Yudai estaría perfecto al día siguiente pero no deseaba que el chico se sintiera mal después.

………..

El rubio se levantó, el movimiento crepitante deteniéndose de pronto, cargando al profesor en sus brazos descolgado sobre ellos, sus manos abiertas manchadas de sangre. Ya no sabía ni qué estaba haciendo, sólo caminaba con él, llevándolo como si de algún modo pudiera recuperarlo por conservar su cuerpo

…………..

-Se ha detenido…- Wolf miró a Hyouden y luego a los demás –Creo que deberíamos separarnos… y buscar una salida, intentarlo de nuevo…

- Me parece una buena idea, el que encuentre una salida les avisará a los demás. – concordó Hyouden, sintiendo esa idea mucho más razonable.

- ¿Y Yudai? – preguntó Keika preocupado, sin aceptar del todo.

- No le pasará nada, sabe cuidarse. – le contestó el albino, seguro de que tarde o temprano, se lo encontrarían por allí.

- Y ¿qué hay de nosotros, eh?

Yasu miró al pelirrojo, sonriendo, por esa cara de agresividad. – Les aconsejo que hagan lo mismo. También tienen que salir del hospital ¿no? Y la verdad, creo que deberían salir de este edificio, sin importar las reglas....

-Eso está claro- el rubio miró al chico sonriendo un poco con cara de que no pensaba respetar ninguna norma en esos momentos –¿Pero cómo sugieren que nos avisemos si alguien consigue salir?

Wolf se pasó la mano por la cara pensando –Veamos…sólo se me ocurre confiar unos en otros… que nadie salga sin esperar a informar al resto…- miró a Ray como si no confiase en nadie menos que en él

El albino se encogió de hombros sonriendo de medio lado -¿Y la salida atravesando la cocina? ¿Por qué no la usamos?

El edificio entero se remeció de nuevo causando estruendos, Ian observándolos nervioso, ellos morirían, no era la misma situación –Sea como sea, decididlo de una vez.

- Bien, ¿qué tal si ustedes cuatro van juntos hacia allí? Nosotros iremos al lobby de nuevo y.... – Hyouden miró a su alrededor tratando de buscar una solución a aquello, pero no pensaba separarse de los otros, ni de Wolf. Y por otra parte, tampoco confiaba en Ray y a su novio no lo conocía de nada.

.......................

- Yudai! – lo llamó Hisaki, observándolo de lejos. Llevaba a alguien en los brazos. Echó a correr hacia él, llevando a Kadem consigo. – Yudai!

El rubio lo miró a los ojos con cara de estar furioso además de destrozado –Lo han matado… lo han matado!- gritó después. Kadem observándolo fijamente.

-¿Quieres vengarte?- preguntó el moreno, al observar sus ojos, pasando de pedirle que se tranquilizase.

-No… quiero que me lo devuelvan!- se partieron varios cristales, rajándose y cayendo al suelo.

-Tal vez aún esté aquí… como nosotros…- sugirió sin alterarse, apartándose el flequillo del rostro.

-Lo quiero vivo! Él estaba vivo! Iba a cuidar de él…- lo apretó contra su cuerpo, besándole el rostro, acunándolo.

Hisaki se quedó en silencio, observándolo, conmovido. – Si aún está aquí, todavía puedes cuidar de él. Vamos a buscarlo, Yudai....

........................

- Creo que debemos dividirnos en tres grupos. No tienen por qué desconfiar.... – Yasu los miró enseriándose. Sería una tontería quedarse allí y arruinar la oportunidad de salir, solo por esas dudas infundadas.

-Bien… en el gimnasio hay una salida… vayamos allí… y punto… ¿Qué tal eso? Es seguro que allí hay una salida… - Ian los miró, pasándose la mano por el cabello. No soportaba tantas dudas y tardar tanto para hacer una simple cosa.

-¿Cómo sabes que sigue estando allí ahora que esto es el hospital?- Wolf lo miró a los ojos

-Pues iré a comprobarlo y volveré… esperad aquí y punto… es lo mejor- sentenció, decidiéndose por ir él porque no soportaba estar parado un segundo mas

……………..

Tetsu se despertó de nuevo, agitado, buscando la mirada de Rein. – Todo estaba temblando.... – susurró, pegándose a él.

..........

Hisaki continuó caminando consciente de la cara que tenía Yudai y de cómo se iba a poner si no encontraban a su sensei. Pero no podía decir que no lo comprendiese, no sabía qué hubiera hecho si le pasaba algo a Kadem. – Este lugar.... está peor que nunca, pero no nos hemos encontrado con nada. No hay ni ruido, ¿lo notan? – murmuró, tanto por conversar, como por obtener la opinión del moreno.

-Sí…- Kadem se subió las gafas, notando que Yudai seguía caminando delante de ellos -¿A dónde te diriges?

-No lo sé…- fue bajando las escaleras, como si encerrarse en aquel hospital fuera a servirle de algo –Voy a buscarlo…- casi susurró, el flequillo rubio sobre sus ojos negros. Había estado buscando a Rein por el resto del hospital, sólo quedaba la planta baja –Sensei!- lo llamó, pese a lo extraño que resultaba hacer algo así, con el hombre en sus brazos.

………….

Rein, que ya llevaba un tiempo despierto, rodeó al pelirrojo con los brazos consciente también de que algo malo estaba sucediendo afuera. Arn de pie, mirando al techo, escuchando cómo se movía el cemento, crujiendo las vigas de metal.

-Tal vez podamos salir…- susurró al notar cómo una brecha corría rápida desde el techo a las paredes.

- Tal vez... – murmuró el chico, asustado, más bien pensando que iban a morir aplastados, lanzando un grito cuando un trozo del techo cayó al piso, con un estruendo.

Arn poco más que corriendo en ese mismo momento y saliendo del cuarto, arrastrándolos con él al notar que el techo se derrumbaba –Salid! Deprisa!

Rein sujetando la mano del pelirrojo y corriendo con él, los tres refugiándose bajo una de las vigas de los trozos de techo que se desprendían pesadamente, golpeándose con los trozos de cemento.

- Ah!!!! – gritó el chico, pegándose más a Rein, y mirando un poco alrededor. Era extraño, no había nadie. Claro, podían haber huido y dejarlos allí, pero ¿donde estaban los demás pacientes?

..................

- Algo se calló allí abajo. – advirtió Hisaki poniéndose nervioso, pero Yudai no dejaba de caminar como si nada de lo que sucediese a su alrededor lo afectara ya.

-El techo- le explicó el moreno que trataba de caminar lo más pegado a las paredes posible para que no fuera a desprenderse el techo sobre ellos. Estaban muertos, pero no disfrutaba del dolor precisamente.

-El edificio se derrumba…- sentenció el rubio.

-¿Y cómo es posible? Si es un edificio moderno… por más que nosotros lo veamos de este modo…- el moreno carraspeó subiéndose las gafas un poco nervioso.

Yudai bajó a la ultima planta alzando la voz –Sensei! Toshihiro!- lo llamó de nuevo a la desesperada. Kadem con sus ojos azules fijos en una de aquellas puertas que jamás había conseguido abrir.

- Dijiste que todas las puertas estaban cerradas.... – comentó Hisaki siguiendo su mirada. Allí no parecía haber nadie tampoco, miró a lo largo del pasillo por si acaso algo se había escapado.

....................

Hyouden sujetó a Jun y a Keika contra él, en un reflejo. – Está temblando de nuevo....

- Voy a buscar a Ian! – exclamó Soren preocupado de que aún no regresase.

-No, sería mejor que esperásemos todos aquí como acordamos… - Wolf lo sujetó por el hombro, preocupado, aunque no lo conociese de nada, apoyando una mano en la pared al sentir el temblor de nuevo.

El rubio silbando al final del pasillo –Seguidme! Aquí está una salida.

-Era hora…- murmuró Ray sujetando a Yasu y corriendo hacía allí con él.

…………

-Sé que dije que estaban todas cerradas… pero esta… está con este código…- señaló el panel numérico, pensando que ahí debía haber algo importante.

La atención del rubio se dirigió hacia allí de pronto, observando el panel y protegiendo el cuerpo del profesor con el suyo al notar que caían trozos de cemento. Kadem cogiendo una barra metálica y metiéndola entre los goznes de la puerta, golpeándola con un pie para hacer palanca, tratando de abrirla.

El ruido de la piedra seca y el metal oxidado cedió, dando lugar a un terrible estruendo, las puertas cayendo al suelo y retumbando, hacía frío allí…

-Una cámara frigorífica…- se adentró, el rubio pasando delante de él, observando un cuerpo, aún hermoso, cubierto por el hielo y lleno de aparatos conectados a él.

.................

- Tengo frío.... – murmuró Tetsu abrazándose a sí mismo de nuevo, temblando, sintiendo un terror dentro de sí, algo que no podía explicar.

..............................

En otro cuarto del hospital, Seiren, aún con las mejillas húmedas de estar llorando, se levantó de la cama. Había estado durmiendo profundamente, lo sabía. Tanto como para no darse cuenta de lo que sucedía hasta ahora. Salió al pasillo, caminando lentamente, más por inercia que por otra cosa. Sin Arn, no le importaba realmente lo que le sucediera.

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- Ian! – Soren corrió hacia él, sin preocuparse ahora de ocultar su alegría al verlo sano y salvo, los demás siguiéndolo e incluso pasándolo en su esperanza de poder salir de allí. – Espera, ¿Qué hay de Arn y Toshihiro? Si están aquí.... – murmuró, esperando que estuvieran en el reformatorio.

-No lo sé, Soren… pero buscarlos ahora es una locura. Debemos salir de aquí, estoy seguro de que Yudai y Seiren se están ocupando de ellos…- Ian lo miró a los ojos abrazándolo un momento antes de seguir hacia la salida. –Debemos salir con vida… no podemos buscarlos ciegas… tal vez ya hayan salido.

……………

Yudai apoyó el cuerpo de Toshihiro sobre una de las mesas. Sonriendo débilmente, pensando en quedarse allí con él, encerrado para siempre. Así jamás parecería muerto.

Kadem abriendo la puerta metálica -¿Aún esta vivo?- pregunto desconectando la máquina, sintiendo que era una crueldad terrible dejarlo allí.

..............

Tetsu lanzó un grito, aferrándose a Rein, temblando violentamente. – No quiero morir, por favor.... no me dejes morir.... Hace frío.... – el chico lo sujetó con fuerza, desapareciendo de todas maneras.

......................

El cuerpo abrió los ojos, súbitamente, en ese extraño cuarto, Hisaki echándose hacia atrás, desconcertado. ¿De veras estaba vivo? Pero... ¿eso era posible?

Antes de que pudiesen comprobarlo, los ojos se cerraron, el cuerpo convulsionándose por unos segundos. Tetsu observándolos desde la cabecera, espantado, sin poder respirar, retrocediendo hasta la pared. – “No.... no puede ser.... no quiero... Rein... ”

.......................

Soren se detuvo un momento, reacio a dejarlos allí. Se sentía como si los traicionara. Y ¿si morían por su culpa?

- Corre! – le gritó Keika al pasar por su lado, sujetando la mano de Jun. Que a su vez iba sujetando a su hermano.

El pelirrojo dio una última mirada hacia atrás, con pesadez, deseando que Ian tuviese razón. Aún recordaba lo que había sucedido la última vez por seguir sus instintos.

El rubio metió la llave en la puerta, sujetando a Soren con él. No lo iba a dejar arriesgarse más, por nada del mundo. Atravesó el umbral junto a él…

…………

-Tetsu!- el chico de cabello largo echó a correr por el pasillo mientras Arn subía las escaleras a su vez, llamando a Seiren, observando cómo extrañas sombras oscuras pasaban por su lado, atravesándolo como si no existiera.

-Seiren!!!- le gritó de nuevo. No sabía qué sucedía pero no soportaba la idea de que fuera a desaparecer de pronto, de que ambos fueran a hacerlo igual que había desaparecido aquel chico –Seiren!!

-Tetsu!- el chico se detuvo de golpe, al ver que había personas en una sala, atravesándola para sujetar al chico sin mirar a aquellas personas realmente, abrazándolo, estaba congelado… -Tetsu…

- Rein! – se abrazó a él llorando, debilitado. – Tenías razón.... no quiero, pero tenías razón...

-Tetsu…- el chico lo miró a los ojos, cogiéndolo en brazos y sentándose con él en el suelo, sonriendo levemente aunque se le caían las lágrimas –No vas a irte… volverás aquí conmigo… no puedes dejarme solo…

.................

- ¿Arn? –Seiren parpadeó sin creer lo que estaba oyendo, llamándolo. – Arn!!!!!!!! – corriendo hacia la dirección de la que salía su voz.

-Seiren!- el moreno empujó las puertas, estas cayendo al suelo o simplemente siento atravesadas por su mano y desapareciendo como si nunca hubieran estado allí. –Seiren!- corrió hacia él, abrazándolo con fuerza, apretándolo más cada vez –No desaparezcas…- susurró casi como si se lo rogase. Oliendo en su cuello intensamente.

- No lo haré... – sollozó el chico, aferrándose a él, besándolo, sin creer que estuviese allí. – Pensé que te había perdido...

.................

- No quiero, Rein.... No me dejes desaparecer – Tetsu lo miró a los ojos, llorando también, atrayéndolo hacia sí para besarlo.

El moreno besándolo con suavidad, acariciándole el cabello y cerrando los ojos con el corazón en vilo, lo miró a los ojos cuando rompió el beso –No… no voy a perderte… ya te dije que te protegería y lo haré…

Yudai mirándolos de soslayo con la mirada apagada, acostándose junto al cuerpo de Toshihiro y apoyándose en su pecho, sujetando su mano, sintiendo sus brazos rígidos y apoyándola sobre su mejilla –Iros de aquí…

Hisaki mirando a Kadem, de pronto como dándose cuenta. - ¿Te fijaste? Arn también.... estaba muerto.

-Sí…esto es muy extraño…- el moreno salió del cuarto, llevándose al pelirrojo de la mano, observando las paredes a medio desmoronar. Los trozos de piedra en el suelo, las escaleras de peldaños rotos y comidos por los años y el uso.

- ¿Vamos a dejarlos allí? No creo que Yudai esté pensando bien... – Hisaki miró hacia atrás, sintiendo un dolor en el corazón al verlo así, sin saber qué hacer. Tampoco creía que les fuera a hacer caso.

- Tengo miedo, Rein- susurró Tetsu, mirando a su alrededor. – Quiero salir de aquí....

............................

- Vamos abajo. – Seiren miró a Arn a los ojos, de nuevo, sin poder creérselo, sonriendo a través de las lágrimas. – No es seguro aquí arriba.

-No…- sonrió también, abrazándolo de nuevo y besándolo sin cesar por unos segundos que le parecieron eternos –Salgamos de aquí… los dos juntos…

…………


Kadem miró hacia atrás, dudando poder hacer algo por Yudai tal y como lo veía –Creo que debemos respetar su decisión a quedarse con él, si es lo que quiere… Yudai… nos vamos…- intentó de todos modos, llevárselo con él.

Rein levantándose al reconocer la voz del rubio, llevando a Tetsu en sus brazos y observando a Toshihiro muerto, retrocediendo un poco de golpe. Yudai alzó la mirada y lo observó con tristeza –Me lo han matado…- susurró, acariciándole la cara y abrazándolo de nuevo.

-Yudai… yo… estoy aquí…- Rein lo miró, sin poder soportar muy bien el dolor de ver así al profesor –Él también tiene que estar… tiene que estar aquí…

-Lo esperaré… iros…largaos!- se abrazó de nuevo a Toshihiro, llorando contra él. Pensando en lo preocupado que estaba antes de irse por llegar tarde a sus clases, arreglándole un poco el traje inconscientemente

Rein se apartó, sorprendido por cómo habían temblando de nuevo las paredes al grito del rubio, llevándose con él a Tetsu y siguiendo a Kadem que los llamaba con la mano, como diciéndole que respetasen su dolor. Él tampoco se habría alejado de Hisaki, estuviera en las condiciones que fueran.

- Me llamo Hisaki y él es Kadem... – se presentó el chico, en voz queda, tratando de mantenerse fuerte mientras se alejaban.

- Tetsu.... – se presentó el otro pelirrojo, sujeto a Rein, completamente confundido. Ni siquiera sabía cómo se sentía ya.

...........................
- Está temblando de nuevo. – Seiren abrazó a Arn entre asustado y deseando protegerlo, bajando las escaleras con cuidado, mirando entre los escombros, el lugar parecía abandonado por cualquier criatura, o persona. Era como si sólo quedasen ellos.

-Sí… no comprendo… - el moreno lo miró, apretándolo con fuerza por la cintura mientras caminaban -¿Dónde están los médicos y todos esos seres y la gente del reformatorio? ¿Dónde están los demás? Ian y Soren… ¿Dónde están ellos?

……………………

Afuera, los que habían conseguido salir ya, Ian, Soren, Jun y Keika, Wolf, Hyouden, Ray, Yasu… no podían apartar sus atónitas miradas de lo que había frente a ellos. Ian apretó la mano de Soren fuertemente, tragando saliva costosamente.

-¿Qué significa esto?!- preguntó Ray, lanzando aquella protesta a nadie en concreto.

Yasu paseó la mirada alrededor de aquel lote, el edificio apenas una sombra de lo que había sido, ruinas, sólo eso. Incluso le faltaba un trozo a la pared. Claro, que no podía especificar si se acababa de caer o no.

- No puede ser.... salimos hace unas noches. ¿No es así, Ian? Fuimos a ese motel, no estaba así – Soren miró al rubio, nervioso, incómodo, apretando su mano.

-Sí…- el rubio se giró, mirando a los lejos, el parking, pero allí no había ningún coche, su coche no estaba… -No puede ser…

Wolf los miró, sin comprender tampoco qué sucedía, rodeando los hombros de Keika y pegándolo más a él pese a que Jun sujetaba su mano apretándola a la vez que se refugiaba más en su hermano. El moreno acercándose a Hyouden y mirándolo a los ojos –Al menos estamos fuera… al fin…- no pudo evitar decir.

El coreano sonrió levemente – Es verdad… estamos fuera Yasu…- le importaba una mierda si comprendía o no, estaban fuera al fin.

- Sí, estamos fuera.... – sonrió el rubio, besándolo, sintiendo al aire fresco en su rostro, sin creérselo aún.

- ¿Escuchaste eso, Jun? Estamos fuera, deja de esconderte.... – Hyouden lo sacudió un poco, sin poder evitar que se le escapasen algunas lágrimas de felicidad, riendo, por su parte, Keika en shock mirándolo todo, sus ojos algo molestos por la luz del sol.

Wolf se rió suavemente sin poder evitarlo, sujetando a Keika en brazos y apretándolo un poco, abrazándolo con fuerza y besándole la cara –Estamos afuera…

Jun se trepó por su hermano, colgándose de su cuello llorando también sin saber muy bien por qué lloraba, pero no soportaba ver llorar a su hermano –Niisan…- lo llamó como si fuera un drama.

Ray sujetando a Yasu por la cintura y alzándolo sobre él para cogerlo a horcajadas, besándolo profundamente, no podía creérselo. Se dejó caer hacia atrás sobre la hierba crecida y descuidada, olía a hierba… era increíble.

Ian miró a Soren aún sin ser capaz de asimilarlo –Soren… - dio unos pasos hacia el reformatorio de nuevo, sin atreverse a preguntarle lo que tanto sentía como una verdad

Arn corriendo con Seiren hacia la luz afuera, sonriendo al verlos, sin percatarse de nada más –Seiren…- sonrió, sólo pensando en que estaban allí Ian y Soren, que estaban bien y que había conseguido salir de aquel encierro con el albino.

- No es cierto.... – Soren murmuró, negando con la cabeza, algunas imágenes viniendo a su mente, cosas que sabía no podía refutar, pero aún así, se negaba. – Arn! – lo llamó al verlo salir.

- Es... hermoso.... – sonrió Seiren observándolo todo, las nubes, el color del cielo. Le parecía todo terriblemente bello, incluso la hierba seca, no importaba.

- Jun.... tranquilo, sólo estoy feliz.... – el albino le acarició el rojo cabello, sonriendo y apretándolo contra sí. – No volveremos a estar encerrados- le susurró mientras Yasu volvía a besar a Ray de aquella manera, arrancando trocitos de hierba con las manos y dejándolos caer sobre el pecho del albino luego, riendo.

Arn sonrió llevando a Seiren con él junto a ellos, abrazando a Soren y después a Ian sin comprender por qué sus rostros congestionados ¿Es que sabían que estaba muerto? ¿Sería por eso? –No me importa… si estoy con él…- susurró en bajo.

Ian mirándolo a los ojos –Estamos muertos… todos estamos muertos…- susurró como si ninguno de los demás allí estuviera a parte de ellos cuatro.

- Morimos.... hace tiempo ya. Sólo que no conseguimos salir aquella vez. – Soren lo miró también, serio, tratando de ser fuerte, y aún más, de verse fuerte, pero le resultaba difícil. Todos los planes que habían hecho.... todo aquello... ¿qué era?

Keika se les acercó, viéndoles la cara de trauma a todos. – No es tan malo... una vez que te acostumbras. Seguimos aquí, ¿no? – se sobresaltó un poco al ver a las figuras que aparecían por el umbral, sonriendo luego. – Kadem, Hisaki!

El moreno sonrió levemente, mirando al rubio y alzando un poco la mano, desviando luego la vista, observando el cielo y los edificios más allá. La respiración salió entrecortada por sus labios, volteándose y mirando atrás, el edificio en ruinas. Lo había pensado cuando vio que Arn también estaba allí, pero parecía increíble, como si hubieran estado viviendo en un sueño hasta ahora –Hisaki…- le pasó la mano por el cabello, revolviéndoselo como le gustaba verlo y besándolo profundamente.

Rein parado en medio de la hierba, con el chico en sus brazos –Sigues aquí…- susurró, como si temiese que de pronto se fuera a desvanecer de nuevo. Se dejó caer sentado en la hierba con el chico sobre sus piernas. No comprendía nada, pero todo le daba igual. Ahora empezaba a recordar… por qué sentía como si ya lo conociese de antes…

- No me voy a ningún lado. – sonrió, relajado ahora. No había por qué temer, todo había acabado. – Gracias, Rein... por quedarte esta vez. – lo besó de nuevo.

Hisaki riéndose un poco descontroladamente, pero para lo poco que le importaba. Besó a Kadem de nuevo, trepándosele encima y casi tumbándolo. Tenía ganas de correr, y saltar, y..... no parar nunca.

- Jun! Ya no llores! Acá debe haber más helado. – se rió Keika tratando de lograr que se bajara de Hyouden, el albino riendo.

- De eso no trata el mundo. – miró a Wolf, dejando a su hermano en el piso y besando al moreno con suavidad. – Te ves más atractivo en la luz.

-Pues espera a que me quite esto…- se rió, bromeando, mirándolo a los ojos y sujetándole la nuca, besándolo ahora él, de forma apasionada, sujetando su cintura con la otra mano y cerrando los ojos, completamente feliz después de tanto tiempo. No sabía qué clase de existencia tendrían allí, sólo que estaban juntos.

Jun se rió abrazando a Keika y pegándole a su hermano con pie –No sean asquerosos… no queremos ver eso…

-A buenas horas…- protestó el doctor, mirándolos de soslayo. Haciendo que Jun se pusiera rojo y echase a correr con Keika por el campo, sintiéndose extraño, completo, feliz.

………

Yudai observó cómo entraba la luz del sol por los agujeros en el techo y las paredes, pero no miró hacía allí, Sus ojos se cerraron, doloridos de llorar, apretando más el cuerpo del hombre contra él, escuchaba las risas afuera, pero sólo le causaban más dolor.

Aquella silueta acercándose desde atrás suyo, un poco mareado con tanta tembladera. No comprendía muy bien nada, pero estaba intentando razonar lo más que podía. - ¿Yudai?... – lo llamó, acercándose más y viendo lo que tenía entre sus brazos, sorprendido, y reaccionando del único modo en el que podía. – No me veo bien, muerto....

El rubio apartó su rostro del cabello del profesor, observándolo allí, frente a él, sonriendo, lloroso, sin poder creérselo – ¿Sensei?- lo llamó, si se lo estaba imaginando… no importaba… sólo quería que durara para siempre. Se sentó lentamente, sin poder abandonar su cuerpo por completo, aún sujetando su mano.

- Yudai, estoy... aquí ahora. – suspiró, entre contento de verlo y entristecido. No podía evitarlo. – Me llamaste Toshihiro antes... –sonrió un poco, tocando su rostro. Era extraño estar en el mismo lugar que su cadáver.

Yudai se levantó, abrazándolo con fuerza y besándolo, casi empujándolo un poco con su cuerpo, pasándole las manos por el cabello y sujetando los dedos un poco de él incluso –Sí… Toshihiro…- se rió un poco, sin creérselo –Aún… aún puedo cuidar de ti…- le sujetó el rostro, observándolo como si no hubiera nada más hermoso.

- Y yo de ti.... – le aseguró el rubio, besándolo de nuevo. – Supongo... que de esta manera me puedo quedar contigo para siempre.

-Para siempre… lo siento… yo no deseaba esto…- lo miró a los ojos con algo de dolor inevitablemente –Aunque sí deseo… que siempre estemos juntos… siempre…- tragó saliva, abrazándolo de nuevo. Observando afuera a los demás por la raja de la pared.

Volteó al profesor, mostrándoselo sin poder decir ni una palabra.

- Están afuera... Y... Rein!– sonrió, alegrándose de verlo tan feliz. Se giró de nuevo, mirando a Yudai a los ojos. – Deberíamos reunirnos con ellos, ¿quieres?

-Claro…- sonrió levemente, mirando un momento atrás, al cuerpo del profesor, desapareciendo poco a poco. Desvió la mirada, apretando más la cintura de Toshihiro. Observando el edificio mientras Rein abrazaba a Toshihiro como sin poder creérselo.

-Toshihiro-san- lo abrazó con fuerza, era increíble. No comprendía nada…

- Mereces un regaño, pero.... me alegra tanto que estés bien... – las lágrimas corriendo por sus mejillas, finalmente. Se las secó con una mano, mirando a Tetsu. - ¿No me presentas al chico que te hace sonreír así?

-Mira, Hisaki…- Kadem sujetó el hombro del pelirrojo para que se detuviese y mirase a Yudai que le sonrió levemente.

Hisaki lo saludó con la mano, sinceramente contento. – Ahora sí es una celebración. ¿Quieres asustar gente luego, Yudai? – se rió. Toshihiro abrazando a Rein con fuerza.

Soren se giró, aún en shock, observando a Ian. – Estamos muertos – repitió, como si no fuera obvio ya.

-Sí…- Ian lo miró a los ojos sonriendo levemente con algo de tristeza -¿Lo recuerdas? Yo lo recuerdo ahora…cómo morimos todos… y creo… que el único motivo por el que volvimos a tener una oportunidad… fue por ese chico…- miró de soslayo a Tetsu y luego abrazó a Soren –No importa… no importa nada de lo que pase… estamos los dos…

Rein sonrió aún más. Acercando a Tetsu que parecía estar como perdido y poniéndolo frente al profesor, abrazándolo por detrás y tocándole una mejilla con un dedo –Se llama Tetsu… y aunque él no lo sepa… me ha devuelto la vida… - cerró los ojos, besándole la mejilla.

- Mucho... gusto – sonrió el pelirrojo, enrojeciendo, imaginando que esa era la persona de la que hablaba Rein antes. – Pero fue al revés, supongo....

- Eso da igual, me alegro mucho... – sonrió el profesor, besándole la mejilla también, como si de veras fuese el padre de Rein aceptando a su novio, y girándose para ver qué hacía Yudai.

- Sí, lo recuerdo. – Soren sonrió de la misma manera, frunciendo el ceño un poco de todos modos. – Bueno, al menos ya no tengo que preocuparme del trabajo y eso....

-No…- el rubio lo abrazó con más fuerza -¿Y qué pasará ahora? ¿No existimos para los demás? ¿Podemos salir de aquí? ¿Vamos a simplemente desaparecer de pronto? - Yudai se giró, sujetando a Toshihiro de la mano con fuerza –Lo mismo pensaba… - Kadem se acercó a ellos, subiéndose las gafas –No podemos saberlo…

- Yo digo que nos arriesguemos, mira lo que pasó, cuando salimos del edificio. – sugirió Hisaki, sonriendo.

- Extrañamente, yo estoy de acuerdo.... No creo que desaparezcamos, ya lo hubiéramos hecho. – comentó Yasu, aún sentado sobre Ray. – Y creo que debemos tener esperanza.

El albino le pasó las manos por las piernas, sujetando sus nalgas y acercándolo más a él, observándolos bastante poco agradecido de que lo devolviesen a la realidad –No… estamos aquí… aunque ellos no puedan vernos… y no nos iremos…

-No- Ian lo miró, no lo conocía de nada pero le dio la razón, sujetándole los hombros a Soren y besándole el cabello.

Arn miró a Seiren, sujetando su mano, aquellos dedos tan finos que siempre le habían parecido tranquilizadores –Podemos quedarnos aquí para siempre…

Wolf los miró, interesado, sujetando la mano de Hyouden y agradeciendo que Keika y Jun siguieran jugando en los escombros ahora como si fuera un parque –Salgamos…

-Salgamos…- Rein los miró y luego a Tetsu a los ojos –Hay muchas cosas que quiero mostrarte… aunque ni siquiera sepa si existen aún…- sonrió confiado.

El chico sonrió, contento asintiendo. Confiaba en él, lo había sacado de aquel encierro, lo había salvado después de todo.

- Quiero un gato.... ¿crees que un fantasma pueda cuidar de un gato? ¿Habrá gatos fantasmas por ahí? – se rió Hisaki, como siempre tomándoselo todo a broma.

- Yo pienso quedarme a tu lado, es todo lo que necesito....- Seiren le sonrió a Arn, como jamás había sonreído, completamente feliz por primera vez en su vida. Hyouden por su parte, observando a los chicos y luego a Wolf.

- Aún quiero que Jun vea otras cosas, y creo que a Keika también le gustaría.... pero no quiero arriesgar esto. Por otro lado, tal vez debí arriesgarme antes – le sonrió mirándolo a los ojos.

- ¿Qué dices Ray? ¿Nos quedamos o te llevo a conocer más lugares japo? - - sonrió, lanzándole hierbitas de nuevo encima. – Podemos vivir aquí y tal vez salir.... no lo sé. No creo que desaparezcamos.

- No, tendrá que venir el diablo a llevarme. – Soren le contestó a Ian, decidido.

Toshihiro permaneció observándolos hacer planes. Sabía que le pesaría luego, que aún no tenía idea de la magnitud de lo que había sucedido, que extrañaría dar clases y a los chicos. Miró a Yudai pensando que lo iba a necesitar mucho más de lo que imaginaba el rubio. - ¿Y tú? ¿Qué deseas hacer?

Yudai se paró delante de él, pasándole las manos por el pecho sobre la chaqueta del traje y rodeándole el cuello con estas, notando lo confundido que estaba y el temor que sentía –Creo que… no deberíamos permanecer separados…- se giró a mirar a los demás –Sé que hay muchas cosas que quieren hacer… pero creo que deberían volver, que todos deberíamos volver…a reunirnos…

Kadem se subió las gafas por el puente de la nariz, atendiendo aunque había estado tratando de explicarle a Hisaki que habría fantasmas de todo tipo según le parecía lógico. -¿Y qué propones? ¿Regresar? ¿Cuándo?

-Me parece bien…- Wolf los miró y luego a los niños que parecían ajenos a todo aquello.

-¿Y por qué cojones volvemos aquí?- Ray los miró, no tenía ni las más mínimas ganas de regresar a ese lugar infernal

-Es el único lugar que conocemos todos… genio…- Yudai le sonrió como acostumbraba, luego de todo aquel tiempo que le parecía eterno sin hacerlo, tras lo sucedido a Toshihiro.

Arn se tapó un poco la boca para no reírse y sujetó a Seiren –Yo no quiero separarme de Ian y Soren tampoco… ni…de Toshihiro sensei…- susurró finalmente como si le costase un mundo admitir que lo apreciaba. Mirando a Seiren a los ojos –Tú ni siquiera eres una posibilidad, jamás me separaré de ti…- le sonrió, abrazándolo.

-Yo tampoco quiero separarme del sensei…- Rein sonrió a Toshihiro, acercando más a Tetsu así –pero quiero mostrarle cosas a Tetsu…

-Volvamos… cuando lo sintamos…- Wolf los miró a todos –Sé que lo haremos, cuando estemos preparados… ya que ni siquiera el tiempo nos afecta…

Ian sujetó a Soren de los hombros y se los apretó un poco –Ya vale de blablabla… siempre os pasáis un siglo para cada cosa, nosotros nos vamos…volveremos, sensei…chicos…- sonrió al pelirrojo llevándolo con el hacia el umbral de la puerta.

- Espera.... – protestó Soren, enrojeciendo luego por haber atraído la atención sobre él. - Arn... cuida de Seiren. – lo miró, mirando luego a Yudai y a Toshihiro esperando que comprendieran con esa mirada y ya.

- Estoy seguro de que nos veremos de nuevo muy pronto. Como si pudiera separarme de ustedes.- sonrió Toshihiro conmovido, apoyándose en Yudai. – Además, me gustaría conocer mejor a Tetsu y a Seiren...

Tetsu se limitó a sonreír enrojeciendo, porque se sentía abrumado por tanta gente nueva. Le parecía que el mundo le daba vueltas.

- Miren.... no desaparecen.... – señaló Hisaki, mostrando a Ian y Soren que seguían tan tangibles fuera de aquella área, como lo habían sido dentro.

-Pues… ¿vamos?- el moreno sonrió levemente, acercándose a Hyouden y curiosamente para sí mismo, abrazándolo –Hyouden… - se separó subiéndose las gafas algo rojo –Sólo quisiera que supieras que te aprecio mucho y me gustaría que nos viéramos de nuevo.

Wolf los miró, sintiendo una punzada inevitable aunque tratando de no ser celoso, pasándole la mano por el cabello a Keika distraídamente aunque Jun ya echaba a correr con él hacia la puerta, saltando desde allí –Vámonos! Vámonos!

Ian miró a Soren y apretó más sus hombros –Aún nos queda todo por delante…

- Jun! Ten cuidado! – le advirtió su hermano sin poder sacudirse el hábito, Keika riendo y correteando también. Volvió a mirar al chico sonriendo. – Lo mismo digo. Me alegro que hayas conseguido sincerarte. – miró a Hisaki sonriendo también y alejándose con Wolf, para seguir a su hermano que ya iba a mitad de la calle.

Hisaki se acercó por detrás a Kadem, pellizcándole la nalga. – “Cuidadito con los ex novios....“ - se rió, sólo por molestarlo.

-Hisaki… no se trata de eso y lo sabes- el moreno meneó un poco la cabeza, reprendiéndolo, rojo, desde luego y sujetando al pelirrojo de la mano –“pero qué suerte… te vas con esa ropa puesta…”- le susurró reído y apartándose el cabello del rostro mientras atravesaban el umbral, sintiendo que podía respirar de nuevo. Sonriendo al notar que nada malo ocurría aunque la gente no parecía verlos.

Jun corriendo con Keika y Wolf riéndose sin poder evitarlo, algo emocionado y aliviado, revolviéndose un poco el cabello con la mano y bajando la cabeza, apretando a Hyouden contra él.

- No te pongas celoso que vi esa mirada.... – sonrió Hyouden besándolo y observando cómo Keika y Jun le hacían muecas a la gente, divertidos porque no los veían.

-No estaba celoso…- renegó el moreno sonriendo con cara de que sabia que no le creería nadie.

- Serás mi entrenador para siempre... –bromeó Hisaki, girándose desde afuera y alzando una mano. – Eh! Ray! No te olvides que me prometiste una canción!

Toshihiro observando a los niños correr, y riéndose sin poder evitarlo, Yasu aún sobre Ray, besándolo de nuevo. – “Hum.... y a mí nada, superestrella.... todos son iguales” – le sonrió. - ¿Qué dices? ¿A la playa?

-Cuando vuelvas!- le prometió el albino al chico mientras lo veía salir, no se iba a olvidar de cómo lo había hecho sentir. Se volteó sobre Yasu, besándolo profundamente y mirándolo a los ojos fijamente –Vamos… no lo sé… a todos lados…- sonrió, levantándolo con él y despidiéndose con la cabeza de los que aún quedaban allí –¿Te he dicho que estoy harto de japoneses? Y que también hay playas en Corea… ¿verdad?- bromeó con el rubio, sujetándolo por el bolsillo trasero del pantalón y pegándole una nalgada suave, reído.

Rein miró a Tetsu y luego a Toshihiro y a Yudai, susurrándole al pelirrojo –“¿Nos vamos con ellos?”- le pasó las manos por el cabello, observando sus ojos rojos -¿Sabes? A la luz… todavía son más rojos…

- El chico enrojeció, sonriendo. – Pero te gustan ¿verdad? Está bien...me agradan – accedió, contestando a su otra pregunta.

-Me encantan… eres precioso…- Rein lo siguió mirando, besándolo con suavidad y abrazándolo con fuerza, pasándole una mano por el cabello y apoyando los labios en su mejilla –Estoy enamorado de ti… y lo estaré aún más…

- ¿Arn? ¿Qué vas a hacer tú? – le preguntó Toshihiro al chico, preguntándose si querría venir con ellos también y le daba vergüenza pedirlo. Aunque lo más probable es que tuviese otros planes.

Tetsu sonriendo de nuevo y besando sus labios, observándolo a los ojos. Por su parte, podía pasar el resto de la eternidad, mirando en esos ojos.

-No lo sé…- el moreno sonrió levemente, no podía creérselo. La verdad, él no lo veía tan mal –Teniendo en cuenta que no tendré que trabajar nunca más… ni estar encerrado… que ya no tengo el riesgo de ir a la cárcel y que tengo un novio… así…- miró a Seiren, porque claro, para él era insuperable –Supongo que cualquier lugar está bien… ¿Dónde quieres ir Seiren?

- No me importa realmente mientras esté contigo....- le sonrió el chico un poco rojo, pero increíblemente contento. – Nunca he estado tan feliz de estar muerto. Supongo que.... quiero ir lejos, quiero ir a todos los lugares a los que no he podido ir antes.

-Yo también…quiero llevarte allí…- sonrió, abrazándolo serio, pensando en lo mucho que lo amaba –Te amo…- susurró, abrazándolo con fuerza.

Rein observándolos mientras abrazaba a Tetsu, pensando en lo mucho que se parecían entre ellos, cediendo como siempre –Vayamos… juntos…

Arn lo miró de soslayo sorprendido, no comprendía cómo podía ser agradable con él después de cómo se había comportado –Sí… vayamos juntos… - miró a Seiren a los ojos, pensando en que no quería dejarlo solo con él, quería que tuviese todo lo que no había tenido.

Yudai se apartó un poco con Toshihiro, dando unos pasos hacia el exterior –Sensei…- susurró sonriendo y mirándolo de soslayo –No sabía que quisieses tener hijos… yo que pensaba en … bueno… ya profundizaremos en mis pensamientos…

- Yudai.... – le sonrió, como riñéndolo aunque sólo lo hacía por bromear. – Son mis estudiantes, considéralo una excursión educativa. “Además, creo que ellos también necesitarán su tiempo a solas, sólo míralos... – se rió, tomándolo de la mano y adelantándose un poco, esperando.- ¿Chicos?

-Vamos…- Arn sonrió, llevando con el a Seiren de la cintura, Rein acercándose a ellos y sujetando la mano de Tetsu, caminando junto al moreno

-Quien lo hubiera dicho…- susurró Rein, algo reído.

Seiren los miró de soslayo sonriendo un poco, en realidad le había parecido que tenían mucho en común desde un principio, pero era mejor dejar que ellos mismos se diesen cuenta de eso.

-Toshihiro sensei…- el rubio sonrió –Espero que también me eduques a mí… ¿Sabes que no fui al colegio?

- Eso está muy mal, Yudai, tendré que darte clases especiales. – le sonrió de vuelta Toshihiro, besándolo con suavidad, profundizando un poco luego.

-Hazlo…- susurró el rubio solo por molestarlo un poco con la orden, sonriendo malicioso y mirando atrás observando el edificio gris, semi derruido, apartándose el flequillo de delante de la cara y retirando la mirada para observar a Toshihiro suspirando –Ah… sensei… muéstramelo todo…

FIN


 
 

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